Planea repetir la estrategia de Aznar en su salida en 2003

Rajoy pedirá a Cospedal que deje la secretaría general del PP si aspira a ser la próxima presidenta

Con ese movimiento se equilibran las opciones de todos los candidatos a sucederle (Soraya, Feijóo...). Maíllo se convierte en una apuesta ‘neutral’ para número dos del partido

Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal.
Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal.

Mariano Rajoy asume que el de febrero será el último congreso nacional del Partido Popular con él como presidente. Después de 12 años, asume que dentro de tres o cuatro deberá dejar la dirección del partido en manos de otro/a. Y, precisamente por esa razón, está trabajando para que la elección de la nueva ejecutiva en el congreso no precipite el debate sucesorio.

Según cuentan a El Confidencial Digital dirigentes nacionales del PP, Rajoy tiene muy presente cómo fue él elegido sucesor de José María Aznar, en 2004 y lo que ocurrido cuatro años antes, en el congreso nacional de 2000 posterior a las elecciones generales de ese mismo año, que supusieron la continuidad del entonces presidente en la Moncloa.

Entonces, Aznar se propuso evitar cualquier especulación sobre su relevo en el PP y para ello mantuvo en la  secretaría general a un Javier Arenas que no entraba en ninguna de las quinielas que ya entonces se cruzaban sobre quién sería el sucesor.

Más tarde, en agosto de 2003, apenas seis meses antes de las elecciones generales, Aznar se decantó por  Mariano Rajoy como sucesor, en detrimento de Rodrigo Rato y Mayor Oreja, nombrándole secretario general del partido, con lo que se convirtió en candidato a la Presidencia del Gobierno. En el siguiente congreso del PP, celebrado en octubre de 2004, Rajoy ya fue elegido presidente y Ángel Acebes su número dos.

Ahora, afirman altos cargos del PP, Rajoy quiere hacer algo semejante a lo que hizo en su día Aznar. Su objetivo es celebrar un congreso en el que se produzcan cambios mínimos en su ejecutiva, y apostar por una secretaría general que no genere especulaciones sobre su sucesor.

Ese planeamiento implicaría la salida de María Dolores de Cospedal, una de las principales candidatas, aunque no la única, de convertirse en próxima presidenta del PP, que así no tendría ventaja sobre otros posibles nombres.

Una conversación pendiente con Cospedal

La actual secretaria general, sin embargo, ha comentado en privado que su intención es continuar en el cargo a pesar de haberse convertido en ministra de Defensa. Una postura que, según las fuentes consultadas, va a intentar cambiar Mariano Rajoy.

El presidente, explican desde el PP, “ni se ha planteado aún” quién puede sucederle al frente del partido. No obstante, no quiere quemar a una Cospedal que figura “en su lista de posibles relevos” manteniéndola como número dos de partido, ni tampoco dar la impresión de descartar a otros candidatos y aspirantes, como Soraya Sáenz de Santamaría, Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Alonso.

Así las cosas, Rajoy “tiene una conversación pendiente” con Cospedal para intentar convencerle de que, si quiere aspirar a sucederle, como presidenta del PP y del Gobierno, debe aparcar ahora su trabajo en el partido y centrarse en el Ministerio de Defensa. No obstante, explican las fuentes consultadas, el presidente respetará la decisión que ella tome finalmente.

Maíllo asumirá galones

En esta estrategia, la idea de Mariano Rajoy es situar en la secretaría general a alguien que no genere ningún tipo de especulación sobre sucesiones. Y por ello cobra mucha importancia la figura de Fernando Martínez Maíllo.

 

El actual vicesecretario general del PP es el elegido para convertirse en nuevo número dos del partido si finalmente María Dolores de Cospedal abandona el cargo. Su labor durante este último año como colaborador principal de la madrileña le ha hecho ganarse la confianza de altos cargos tanto de Moncloa como de Génova.

De hecho, explican dirigentes nacionales del PP, Maíllo se ha convertido ya, de facto, en secretario general y va a ejercer como tal hasta la celebración del congreso nacional: “Va a ser quien comparezca después de las reuniones de la ejecutiva, y también el que lleve el día a día del partido en los próximos meses”.

Continuarán Casado, Maroto y Levy

Fernando Martínez Maíllo protagonizó, junto a Pablo Casado, Javier Maroto y Andrea Levy, la mini-revolución que impulsó Mariano Rajoy en la cúpula del PP tras los malos resultados cosechados por el partido en las municipales y autonómicas de mayo de 2015. Desde entonces, los cuatro vicesecretarios han convencido al presidente.

Por ese motivo, los actuales vicesecretarios continuarán en la nueva ejecutiva que se forme tras el congreso de febrero.

Las fuentes consultadas por ECD explican que Rajoy no les ha dado ninguna cartera ni secretaría de Estado en el nuevo Gobierno porque quiere que sean ellos los que piloten el partido durante esta legislatura: “Comunican muy bien, y son los mejores para transmitir el mismo mensaje que se da desde Moncloa”, por lo que su continuidad está “blindada”.


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