Segundo acto de rebeldía tras el 12 de octubre

600 ayuntamientos catalanes montan un paripé para convertir en laborable el día de la Constitución

Los funcionarios se han negado a trabajar, pero los concejales organizarán actividades externas para simular que están operativos

El 12 de octubre y el 6 de diciembre son las dos fechas del calendario que más polémica suscitan en Cataluña. El sector soberanista rechaza estas fiestas nacionales porque las vincula con el nacionalismo español y con una Constitución que considera que no le representa. 


El último 12 de octubre fue especialmente controvertido en Cataluña. El Ayuntamiento de Badalona (Barcelona) planteó abrir simbólicamente sus puertas: la Delegación del Gobierno, entonces liderada por Llanos de Luna, llevó el caso a los tribunales y un juez instó al Consistorio a cerrar sus puertas.

El tercer teniente de alcalde, Josep Téllez (Guanyem Badalona), rompió ante los medios la orden judicial que prohibía al Ayuntamiento estar activo durante la jornada festiva, y la institución abrió al público.

Ahora, según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes próximas a la organización de estos eventos, alrededor de 600 ayuntamientos catalanes, lo que representa alrededor de un 70% del total (947), están dispuestos también, en este momento, a convertir este año en laborable el día de la Constitución.

Pero en unos términos totalmente distintos a los del 12 de octubre, cuando la apertura de ayuntamientos fue secundada por 40 Consistorios, aunque el foco se puso en Badalona.

A pesar de que el primer anuncio de los sectores independentistas llamaba a abrir de nuevo las puertas de los organismos catalanes el próximo 6 de diciembre, algo que Carmen Forcadell y Ada Colau ya han descartado con el Parlament y el Ayuntamiento de Barcelona, la propuesta da ahora mayor libertad a los ayuntamientos y se plantea completamente abierta para lograr la máxima adhesión.

Así las cosas, los funcionarios quedarán al margen de los actos de rebeldía, dado que ellos sí pueden sufrir represalias por contravenir órdenes del Estado, lo que dificulta enormemente el funcionamiento de las instituciones locales y poder dar esa imagen de normalidad en un día festivo.

Entonces, serán los concejales los que promuevan actos para escenificar que están trabajando. Pero en su mayoría, no será tampoco en la intimidad de sus despachos.

Se plantea, por ejemplo, que los cargos electos participen en la pintura de muros deteriorados en los municipios, atiendan demandas de los vecinos o recojan fondos para causas benéficas en mesas instaladas en la calle. En definitiva, hacer visible que los concejales trabajan como cualquier otra jornada, saltándose el festivo nacional.

 

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