La pistola intervenida al presunto etarra Arocena era un ‘arma de caída’, para evitar a la policía española: se enfría la hipótesis del abastecimiento vía Portugal

En la madrugada del pasado 12 de febrero se detuvo en Aurec-sur-Loire a un presunto miembro de ETA Haimar Arocena. En el momento de su detención se le intervino una pistola de una calibre 7.75. La interpretación de este dato como un error hizo pensar a algunos que la banda se encontraba abasteciéndose de armas vía Portugal.

Haimar Arocena fue detenido en la noche del pasado lunes 12 de febrero en la localidad de Aurec-sur-Loire por agentes de la gendarmería francesa. En el momento de la detención, el presunto etarra, se encontraba durmiendo en el interior de una furgoneta Renault Kangoo blanca con matrículas falsas.

Los agentes que practicaron la detención le hallaron en posesión de una pistola automática calibre 7,75, así como de instrumentos para el robo y falsificación de matrículas. También tenía seis juegos de placas ya falsificadas, documentación falsa, dinero en efectivo, un saco de dormir, un teléfono móvil y una mochila.

Desde un primer momento se difundió que portaba un arma automática del calibre 7.75, un calibre tan extraño que hizo pensar a mucho en una errata o error de trascripción. El Confidencial Digital ha podido saber en fuentes de la lucha antiterrorista que este tipo de armas no son tan inusuales en ETA.

Las informaciones recogidas por ECD en las citadas fuentes sostienen que el citado calibre 7.75 posibilita armas muy pequeñas, fáciles de portar. No es un calibre empleado normalmente por la banda en sus acciones terroristas, pero sí se han dado casos del uso de algunos de estos calibre, como el 22. Con un arma así cometió dos atentados el etarra Valentín Lasarte.

El hecho de que un arma de este tipo fuera portada por Haimar Arocena se encuadra dentro del comportamiento habitual de los miembros de ETA en Francia. Es lo que se conoce como “un arma de caída”, que propicia que los etarras al ser detenidos con ella se enfrentan a delitos con pena de hasta seis años de cárcel, lo que impide su entrega en la frontera a las Fuerzas de Seguridad españolas (FCSE), una entrega que desean evitar a toda costa.

Al portar un arma son juzgados en Francia y al cumplir su condena se les traslada a España para hacer frente a causas pendientes, pero van directamente a instancias judiciales sin pasar por las dependencias de las FCSE, evitando así tener que facilitar datos comprometidos para la organización terrorista.

Esta explicación viene a enfriar la hipótesis difundida en algunos ámbitos estos días de que el arma automática encontrada en poder de Arocena sería del calibre 7.65 y no del 7.75. Si así hubiera sido y se hubiera producido un error en la difusión de la información se posibilitaría otra hipótesis. En concreto se ha sostenido que de tratarse de un arma del calibre 7.65 podría tener un origen portugués, una de las vías de abastecimiento que se ha dicho que está trabajando ahora la banda terrorista.

Sin embargo, el arma incautada a Arocena tiene muchas más posibilidades de provenir del mercado negro de armas de Europa del Este. En estos mercados, este calibre se suelen incluir como ‘regalo’ en partidas más amplias de armas de uso más frecuente para las organizaciones terroristas, como el nueve milímetros ‘parabellum’.

 

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