La nueva financiación de la Iglesia deberá seguir haciéndose vía impuestos, según los acuerdos España-Santa Sede

La nueva financiación de la Iglesia, que el Gobierno ha anunciado que quiere cambiar, deberá regularse vía impuestos, según lo que se recoge en los vigentes acuerdos España-Santa Sede.

La nueva financiación de la Iglesia, que el Gobierno ha anunciado que quiere cambiar, deberá regularse vía impuestos, según lo que se recoge en los vigentes acuerdos España-Santa Sede. La reforma de la financiación que proyecta al actual Ejecutivo, que se negociará durante el año 2006 para entrar en vigor en 2007, tendría que ajustarse al contenido de los pactos entre la Iglesia y el Estado, que hablan concretamente de que se base en un gesto “de los contribuyentes”. Es decir, que los españoles digan a quién quieren destinar parte de sus ingresos recaudados vía impuestos. Actualmente, el porcentaje del IRPF que se puede destinar a la Iglesia es del 0,52 por ciento. Según datos recogidos por El Confidencia Digital, con ese coeficiente, cada año se iba cubriendo mayor porcentaje de los gastos: en 1988 representaba el 50 por 100, en 2003 (último año del que se tiene datos) significó el 85 por ciento. El porcentaje es insuficiente para cubrir todos los gastos, y la Iglesia ha manejado la opción de que pase al 0,7 por ciento. Si se hubiera aplicado ahora, habría cubierto la cantidad prevista por el actual tope y además tendrían que recibir otros 2.000 millones de pesetas. Los acuerdos con el Gobierno alcanzados en 1999 establecieron un tope de 24.000 millones de aportación a la Iglesia procedente de los Presupuestos del Estado, pero fue un límite pensado para tres años y ya han pasado seis y el tope sigue en el mismo nivel: no se ha puesto al día. En 2002 se planteó si se prorrogaba el sistema o se cambiaba el coeficiente; ahora lo que está planteado es un cambio en el sistema. Según fuentes solventes consultadas por ECD, el Gobierno de Rodríguez Zapatero no se sentó con la Iglesia antes de elaborar estos Presupuestos (los de 2006, ahora en debate por el Congreso), y una semana antes de cerrarlos les llamaron para negociar un acuerdo en tres días. La respuesta fue que era imposible hacerlo en ese tiempo, y se acordó prorrogar el modelo un año más, para que durante 2006 se pueda negociar. El Gobierno está en la línea de crear un grupo de expertos (una técnica a la que es aficionado Rodríguez Zapatero, como se ha visto en otras materias como es el caso de RTVE), que estudie la financiación y propongan una alternativa. Según fuentes cercanas a la Iglesia, no existe una única solución. Una posibilidad es que se evalúen las necesidades que tiene la Iglesia y dar respuesta a eso; otra, fijar un porcentaje del IRPF que de verdad sea suficiente (sin necesidad de aportaciones añadidas); una tercera, buscar otra clase de impuestos, o también otro tipo de asignación.

 

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