Alerta de Europol a la policía española sobre los ciberdelitos de moda: clonación de tarjetas con solo cruzarse en la calle, uso de smartphones ajenos para robar dinero de cuentas

Europol ha remitido a la policía española un documento reservado con las conclusiones de su último encuentro, en el que se repasaron las últimas y más intensas amenazas. La principal alerta es la 'ciberdelincuencia', cada vez más activa, y que permite el robo de los datos de las tarjetas con tan sólo pasar al lado, o la invasión de smartphones ajenos para obtener datos bancarios de los usuarios.

Según las conclusiones de ese informe, el ‘cibercrimen’ se está convirtiendo en la mayor pesadilla de las Fuerzas de Seguridad de todo el planeta. El aumento de este tipo de delitos se multiplica de año en año. Sólo en 2011, según los datos de Europol, hubo 431 millones de personas que fueron víctimas de delitos informáticos, generando pérdidas de 338.000 millones de dólares.

El documento de Europol al que ha tenido acceso El Confidencial Digital destaca la creciente preocupación que se está generando en torno a esas prácticas. En total, los delitos de este tipo se han multiplicado de 2010 a 2011 en un 67 por ciento a nivel europeo. En muchos casos se trata de robos de identidad en redes sociales, pero el resto tiene consecuencias económicas graves para las víctimas.

El uso de smartphones tipo iPhone, Android o Blackberry, que se ha extendido en los últimos años, se ha convertido en una de las principales vías que utilizan los ladrones para obtener datos bancarios o suplantar la identidad de las víctimas. El 7 por ciento de los propietarios de estos teléfonos han sufrido algún tipo de delito.

Robar una tarjeta a corta distancia

En el documento de conclusiones de Europol figuran algunas técnicas poco conocidas y de altísima sofisticación tecnológica. Es el caso de los lectores RFID, conocidos como ‘Credit Card Theft’ –‘Ladrón de Tarjetas de Crédito’-.

Los chips RFID, presentes en multitud de tarjetas de crédito que emiten los bancos españoles –y en general de todo el planeta-, pueden ser leídos a distancia. El delincuente, con un aparato de estos, puede cruzarse con una persona y activar el escáner, obteniendo así el número de la tarjeta y su clave de acceso en pocos segundos.

Lo más preocupante es que esta tecnología es muy barata. En internet pueden adquirirse este tipo de aparatos por unos 20 euros. Pese a que este tipo de método se conoce desde hace tiempo, y la mayoría de bancos ha puesto remedio reforzando la seguridad de los chips, los ladrones perfeccionan sus técnicas y se siguen produciendo casos.

Otro de los novedosos métodos utilizados por los ladrones consiste en convertir el Smartphone de la potencial víctima en uno de estos lectores RFID.

De esa manera, desde un ordenador, el ladrón puede introducir un ‘malware’ –un virus- en el terminal, haciendo que este funcione como clonador de las tarjetas que hay en las proximidades y obteniendo sus datos bancarios.

 

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