Alerta en las fronteras españolas por el tráfico de pasaportes sirios falsificados
Se venden por 1.200 euros en Turquía y facilitan la entrada en la Unión Europea
Desde que comenzase la crisis humanitaria en Siria y el incesante goteo de refugiados hacia países de la Unión Europea, una de las prioridades de los servicios de inteligencia ha sido evitar la entrada de personas con documentos falsificados. La última alerta advierte de pasaportes sirios falsificados por especialistas turcos, que se venden por 1.200 euros.
Un refugiado tiene muchas más papeletas de lograr asilo en ciertos países de la Unión Europea si es de nacionalidad siria. Algunas naciones, como Alemania, reconocen el estatus de refugiado político a todos los ciudadanos sirios que demuestren serlo, pero no a otros de distinta nacionalidad que provengan de países conflictivos.
Por ello, la documentación que acredita la nacionalidad siria se ha convertido en un bien muy preciado –y altamente cotizado- entre quienes quieren solicitar asilo político. Y lo que es realmente preocupante: entre los yihadistas.
Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes de la lucha antiterrorista, desde comienzos del 2016 hay una alerta específica en las fronteras españolas para impedir la entrada –y detener- a las personas que traten de entrar al país mostrando un pasaporte falsificado.
Tal y como explican, estos pasaportes se anuncian a través de internet y se pueden comprar in situ en Turquía, donde operan mafias de falsificación de documentos a gran escala. Por 1.200 euros se puede comprar un pasaporte con sellos de autenticidad del gobierno sirio. Incluso se venden títulos universitarios por 100 euros.
Las fuentes arriba citadas afirman que existe una alerta de seguridad, distribuida entre los servicios de inteligencia de toda Europa, advirtiendo de que yihadistas que han combatido en Siria o en otros frentes como Libia están tratando de conseguir estos pasaportes para entrar a Europa. Se exige extremar la vigilancia ante posibles documentos manipulados.
En los atentados del 13-N de París, uno de los atacantes llevaba consigo un pasaporte sirio falsificado, que había quedado registrado por las autoridades grecias cuando el atacante entró en Europa como refugiado sirio.
