“Jaque al rey”. Férrea ‘operación jaula’ en torno al Palacio Real para impedir su ocupación. El operativo policial será semejante al que se montó el 25-S en el Congreso

La convocatoria "Jaque al rey", que propone asaltar el Palacio Real el próximo 28 de septiembre, está siendo ya analizada por la Policía Nacional, y con mucho cuidado. El objetivo es que los manifestantes no consigan entrar en el edificio, pero también evitar que se monte una acampada a las puertas. Para ello, se prepara una 'operación jaula' similar a la que se articuló ante el Congreso hace un año.

Según ha sabido El Confidencial Digital, los servicios de Información de la Policía llevan semanas realizando un seguimiento, sobre todo a través de Internet, que es donde se difunda la convocatoria, de los impulsores de esa iniciativa, así como de las comunicaciones con grupos organizados en distintas provincias.

Por los datos recabados por los agentes, en estos momentos se estima que al menos unos 400-500 manifestantes llegarán a Madrid, procedentes principalmente de Cataluña, Zaragoza y Granada, lugares donde “el movimiento anti-sistema ha crecido muchísimo en los últimos años”, dicen fuentes policiales.

Los impulsores de la convocatoria, algunos de ellos procedentes del movimiento 15-M, “tienen contacto permanente con estos grupos, y están llevando a cabo con ellos una estrategia común para el próximo 28 de septiembre”, explican.

‘Operación jaula’ para blindar el Palacio

Agentes de la Unidad de Intervención Policial, con los que ha hablado ECD, explican que, a día de hoy, aún no se ha cerrado el dispositivo que montarán para evitar el asalto al Palacio Real y la hipotética acampada, debido a que todavía queda más de un mes para conocer el tamaño real de la concentración. Sin embargo, sí existe ya una ‘hoja de ruta’ que conocen los policías.

Según explican las fuentes consultadas, se está planeando una ‘operación jaula’ en toda la plaza de Oriente, para evitar que los manifestantes puedan acceder a las inmediaciones del Palacio, tanto a los jardines como al propio edificio.

Para ello, se instalarán vallas en todo el perímetro próximo, con el fin de impedir el avance de las protestas, tal y como se hizo el pasado 25 de septiembre, y posteriormente el 25 de abril, en los dos intentos de rodear y asaltar el Congreso de los Diputados.

Como en esas dos movilizaciones, los agentes desplegarán un primer cordón policial “a una distancia mínima de 500 metros”. En esa primera valla, se controlará desde primera hora de la mañana el acceso de cualquier persona, y a la hora de la manifestación “todo el perímetro quedará blindado”.

Si durante la concentración algún manifestante intenta sobrepasar la valla, “se procederá al desalojo y a las detenciones pertinentes”, afirman las fuentes policiales.

 

Gran presencia policial

Las fuentes consultadas por ECD explican que el despliegue policial, con el número total de efectivos, se decidirá a mediados de septiembre, cuando ya se haya analizado de modo definitivo el poder de convocatoria de los impulsores del “Jaque al rey”.

Sin embargo, al tratarse de una movilización cuyo objetivo es el asalto a un “edificio institucional” muy destacado, como es el Palacio Real, “habrá una gran presencia de agentes para garantizar que nadie pueda penetrar en él”.

En los pasados intentos de ocupar el Congreso de los Diputados, la Policía Nacional concentró a 1.400 agentes antidisturbios, procedentes de 28 grupos de la Unidad de Intervención Policial, integrados por 50 uniformados cada grupo. Para esta ocasión, se espera que “despliegue será prácticamente el mismo”, si no mayor.

Los convocantes han rebajado el tono violento

Desde los primeros seguimientos a través de Internet, que los servicios de Información de la Policía llevan realizando desde hace semanas, ahora han detectado un cambio en la estrategia de comunicación de los convocantes.

Según los agentes a los que ha tenido acceso ECD, “ya no hablan de incendiar las calles y de revocar a los actuales gobernantes del país, como hicieron en la última movilización para asaltar el Congreso en abril”.

El fracaso de aquella convocatoria “ha provocado que ahora lancen mensajes aparentemente más pacíficos, animando a la resistencia activa pero sin violencia”. El objetivo que buscan es “convencer a los ciudadanos no radicales para que acudan a la concentración del 28 de septiembre”.

Pese a esos mensajes más pacíficos, la Policía no se confía: “Calculamos la presencia de unos 1.000 radicales, a los que se unirán grupos más pacíficos y ciudadanos contrarios a la monarquía”. Esa mezcla es “muy peligrosa”, porque “hace impredecible” cual será la actitud real de los manifestantes el día en que inicien la concentración.

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