Iba acompañada de dos agentes vestidos de bailarina

Los misterios de la guardia civil que se disfrazó de Rambo en Madrid

No fue una prueba para “perder la vergüenza”. Pertenece a una discreta unidad de inteligencia

La agente de la Guardia Civil caracterizada de 'Rambo', reptando en las inmediaciones de la Plaza de España.
La agente de la Guardia Civil caracterizada de 'Rambo', reptando en las inmediaciones de la Plaza de España.

La Policía Municipal de Madrid retuvo e identificó el pasado viernes a una mujer en la Plaza de España que había puesto en alerta a los vecinos. Iba reptando, disfrazada de militar y con un rifle automático que era en realidad un juguete. Se trataba de una agente de la Guardia Civil, perteneciente a una discreta unidad de inteligencia del cuerpo, que estaba realizando un ejercicio práctico.


La Jefatura de Información de la Guardia Civil es un ente cuyo funcionamiento y misiones ni siquiera las conocen otros miembros del Instituto Armado. La nebulosa que rodea a las tres unidades centrales especiales –las UCE’s- protege a sus aproximadamente 6.000 integrantes de todo tipo de indiscreciones. En caso contrario, cualquier paso en falso podría dar al traste con una operación antiterrorista por ejemplo.

La ‘Rambo’ de Plaza España

Sin embargo, el pasado viernes se vivió un episodio extraño en el centro de Madrid. Y sus protagonistas, según fuentes consultadas por El Confidencial Digital próximas a la Jefatura de Información de la Guardia Civil, fueron integrantes de estas UCE’s.

La Policía Municipal de Madrid recibió una llamada alertando de la presencia en la Plaza de España de una mujer que actuaba de forma extraña. Los testigos que denunciaron la situación la describieron como mujer joven, “con ropa militar” y con lo que parecía un arma larga.

El aviso se trasmitió a la patrulla más cercana. Una vez en el lugar, los agentes municipales encontraron a una joven caracterizada del personaje de cine ‘Rambo’ y equipada con una réplica de plástico de un fusil de asalto ‘M4’.

Según el relato de los agentes municipales, la mujer advirtió que se trataba de una representación teatral callejera, de un grupo de teatro al que pertenece. Mientras era identificada, dos hombres vestidos de bailarines asiáticos. Uno de ellos, caracterizado de mujer.

Los tres, bajo la misma coartada, trataron de mediar con los agentes para evitar que la cosa fuera a mayores. Al no conseguirlo, desvelaron su verdadera identidad: agentes de la Guardia Civil realizando un ejercicio práctico. Su capitán confirmó posteriormente que formaban parte del Cuerpo.


No fue un ejercicio de “pérdida de vergüenza”

El hecho, que hubiera pasado desapercibido para la opinión pública, se filtró a los medios de comunicación por la existencia de un vídeo grabado por un vecino y por una fotografía del arma de juguete, tomada presuntamente por uno de los agentes que participó en el atestado.

La Guardia Civil admitió posteriormente que los tres agentes estaban realizando una práctica de “pérdida de vergüenza” dentro del curso de Policía Judicial de la Escuela de Especialización de Valdemoro.

 

Sin embargo, fuentes extraoficiales de la Guardia Civil conocedoras de los detalles de estas prácticas admiten a ECD que ni se trató de un curso de “pérdida de vergüenza” ni que los tres agentes están relacionados con la Policía Judicial, sino con el Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC).

Miembros de la inteligencia de la Guardia Civil

Tal y como apuntan, los tres agentes que protagonizaron la curiosa anécdota son miembros en activo del organigrama del SIGC. Pero, al parecer, ninguno de ellos está adscrito a una de las tres UCE’s, sino a una unidad más discreta y cuyas atribuciones y misiones son aún más complejas y reservadas –“y habitualmente arriesgadas” explican-.

Estas voces no confirman ni desmienten que se trate del Grupo de Apoyo Operativo, una estructura interna del SIGC que se encuentra al margen de las tres UCE’S –dedicadas esencialmente a investigaciones sobre terrorismo-.

Poco se conoce oficialmente del GAO, más allá que está dirigida por un teniente coronel y que sirve de apoyo para las tres Unidades Centrales Especiales. Los resultados de sus misiones, explican estas voces, no se les atribuyen directamente.  

Pasar desapercibido disfrazado de Rambo

Las fuentes consultadas por ECD eluden ofrecer datos concretos sobre el contenido y misión de las prácticas que estaban realizando en la Plaza de España los tres agentes. Pero explican que este tipo de actuaciones guardan un carácter “simbólico”.

“Así vestidos, tres agentes no pasan desapercibidos en pleno centro de Madrid. Como tampoco pasarían desapercibidos vestidos de civil en una operación que se desarrolle, por ejemplo, en el barrio de El Príncipe”.

Las voces a las que ha tenido acceso ECD advierten que este tipo de ejercicios, lejos del debate sobre la idoneidad del momento elegido –en plena alerta 4 antiyihadista-, han dado históricamente “muy buenos resultados a nivel operativo”.

Al menos, cabe especular que el ejercicio, a la vista de la publicidad que le ha rodeado y que los tres agentes tuvieron que identificarse como tal, resultó fallido.


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