Los utilizaron los Kouachi y Coulibaly

Por qué los cuerpos policiales han aumentado el calibre de sus armas: los yihadistas llevan ahora chalecos antibalas

Detectada la compra de estas prendas de protección a través de internet. Precio: desde 100 euros

Imágenes del asalto al supermercado de París, donde Coulibaly logró llegar hasta la puerta mientras recibía disparos
Imágenes del asalto al supermercado de París, donde Coulibaly logró llegar hasta la puerta mientras recibía disparos

Los tres terroristas que protagonizaron los atentados de Francia hace apenas diez días iban equipados con chalecos antibalas. También disponían de ellos los yihadistas detenidos en la redada de Bélgica, cuyos planes pasaban por atacar una comisaría de policía.


Según fuentes de la lucha antiterrorista, el uso de chalecos antibalas para absorber los impactos de munición contra el torso “se están generalizando” entre los grupos terroristas que operan en Europa.

Explican, por ejemplo, que se han detectado incluso –no precisan si en España o es un aviso de otros países- de individuos  que han hecho compras a través de internet de este tipo de protecciones, que están disponibles desde los 100 euros en adelante.

Esta circunstancia supone un problema añadido para la lucha antiterrorista de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. La munición habitual que utilizan en su armamento habitual, pistolas, es del calibre  9 milímetros. Unas balas cuya potencia no es suficiente para frenar a un agresor equipado con un chaleco antibalas.

Tal y como explican fuentes militares expertas en armamento, el calibre de la munición utilizada es de suma importancia de cara a operaciones como el asalto al supermercado de París donde Amedy Coulibaly había tomado rehenes.

“En las imágenes puede verse como el terrorista consigue llegar hasta la puerta del supermercado mientras recibe disparos de los agentes, que utilizaban calibres de 9 milímetros. Ese tipo de munición no tiene capacidad de parada contra un sujeto que lleva un chaleco antibalas” aseguran.

La capacidad de parada, explican, supone poder frenar en seco a una persona con protección antibalas que se dispone a atacar, e incluso inutilizarla. El shock que produce el impacto contra el cuerpo, pese a que no se traspase el chaleco, puede producir roturas de costillas.

Por ello, tal y como contó El Confidencial Digital, algunos grupos policiales están cambiando sus armas hacia calibres mayores. Como el caso del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, que se ha pasado a calibres .40 y .45 en sus armas cortas y está generalizando el uso de escopetas de postas del calibre 12.

Incluso unidades de Policía Local, como la de Madrid, han exigido que se les faciliten chalecos antibalas y escopetas SPAS del mismo calibre, así como mayor formación y horas en los pabellones de tiro para mejorar el uso de dichas armas. Entrenamientos  que, como contó ECD, ya están realizando en comisarías como la de Getafe.

Esta petición que va en consonancia con la que han realizado los sindicatos policiales a la Dirección General, al igual que han hecho sus colegas franceses con el Ministerio del Interior galo. Solicitan, básicamente, armamento más potente para hacer frente a la amenaza.

 

Además, como colectivo especialmente señalado por las redes yihadistas, algunos policías –como el caso de la Policía Foral de Navarra o la policía Belga- han recibido permiso para llevarse su arma reglamentaria a casa como medida de autoprotección.


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