Existe riesgo “muy probable” de atentado

Los yihadistas que huyen de Francia se refugian en España

La presión policial tras los atentados de Charlie Hebdo está provocando la llegada de radicales islamistas. Los servicios galos han facilitado sus identidades y aquí están perfectamente controlados

Imágenes del atentado yihadista en París.
Imágenes del atentado yihadista en París.

Francia continúa en alerta ‘nivel escarlata’, la más alta en la escala de probabilidades de un ataque terrorista. No ha abandonado este nivel desde los atentados contra el semanario Charlie Hebdo y contra un supermercado judío de París del pasado mes de enero.


La presión policial francesa contra las redes yihadistas está siendo “asfixiante” desde los sucesos de París, tal y como admiten fuentes de los servicios antiterrorista españoles que trabajan junto a los investigadores galos.

De hecho, la pasada semana el presidente francés Francois Hollande anunció la puesta en marcha de la Operación Centinela, por la que se desplegarán en todo el territorio más de 7.000 militares de forma permanente, con el único objetivo de evitar acciones terroristas y detener a fundamentalistas dispuestos a inmolarse.

El ‘efecto perverso’ de la presión francesa

Los esfuerzos del país vecino por evitar un nuevo atentado están provocando un efecto perverso para España: decenas de radicales y sospechosos de pertenecer a grupos yihadistas están entrando por la frontera francesa. Aquí la presión también es importante pero disponen de mayor margen de movimiento.

Así lo admiten a El Confidencial Digital fuentes de los servicios antiterroristas españoles, que describen este flujo migratorio como “lento pero constante”. De momento, dicen, se han detectado “varias decenas de desplazamientos”, aunque rechazan dar cifras concretas.

Están controlados

En esta categoría no incluyen sólo a “terroristas dispuestos a atentar”. También han detectado la llegada de individuos que pertenecen (o han pertenecido) a una red de captación, que mantienen vínculos con detenidos en Francia o son sospechosos de haberse radicalizado recientemente y han sido testigos de golpes policiales en su entorno.

Se trata, explican, de personas que están “bajo investigación”, sobre las que aún no se tienen pruebas suficientes como para ser detenidas, y por tanto, no se les puede negar la entrada en España mientras tengan sus papeles en regla.

Una vez en España, los servicios de información antiterrorista les siguen la pista y los mantienen controlados gracias a las identificaciones que aporta Francia. Aunque asumen que mientras dure su fase de ocultación “mantendrán un perfil bajo y discreto” y se alejarán temporalmente de sus actividades yihadistas.

Su escondite: Cataluña y Levante

Los que están abandonando Francia con destino a España eligen zonas suburbanas de Cataluña y del Levante. Áreas donde les resulta sencillo mezclarse con la población musulmana local sin llamar excesivamente la atención.

Tanto Cataluña como Levante se han convertido en los últimos años en el principal refugio de sospechosos yihadistas. En la zona alicantina, el incremento de este tipo de individuos ha sido exponencial: muchos residentes de Cataluña también huyeron hacia estas áreas por la presión de los servicios de inteligencia, tal y como contó El Confidencial Digital.

 

Actualmente, España se mantiene en el nivel de alerta 3 –subnivel bajo-, que supone un riesgo “muy probable” de atentado terrorista e implica una mayor vigilancia de las infraestructuras críticas como centrales eléctricas, estaciones de transporte, lugares públicos con grandes concentraciones de personas, comisarías o instalaciones militares.


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