¿Podemos fiarnos de las encuestas electorales que se publican en España?

“Podemos se consolida como alternativa al bipartidismo”, “PP y PSOE amenazados por la irrupción de Podemos”, “Terremoto Podemos”… Estos son algunos de los titulares que aparecieron en las portadas de los periódicos tras el conocer los resultados del último barómetro del CIS. Pero, ¿podemos fiarnos de las encuestas electorales que se publican en España?

Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón.
Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón.

El último Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sitúa a Podemos como la primera fuerza en voto directo en las elecciones generales, con un 17,6% de apoyos, por encima del PSOE (14,3%) y el PP (11,7%).  Estamos ante un hecho sin precedentes. La formación de Pablo Iglesias nació hace apenas nueve meses, y en este tiempo ha logrado conseguir 5 escaños en el Parlamento Europeo y ser el partido con la intención directa de voto más alta en España.

Pero si tenemos en cuenta la estimación de voto, el PP ganaría las elecciones con un 27,5% de los sufragios, seguido del PSOE con el 23,9% y como tercera plaza se situaría Podemos con el 22,5% de los votos.

El último estudio del organismo público se realizó entre el 1 y el 13 de octubre, sin duda un momento desfavorable para la política española: el escándalo de las tarjetas opacas acababa de estallar y además coincide con los primeros días de la crisis del ébola, cuya gestión fue muy polémica a raíz de la rueda de prensa de la ministra de Sanidad, Ana Mato, y de las palabras del consejero madrileño, Javier Rodríguez, quien acusó a la infectada, la auxiliar Teresa Romero, de haber "mentido". Por lo tanto, se entiende que el cabreo estaba muy presente entre los ciudadanos en el momento que se realizaron las encuestas.

Antes de seguir es necesario diferenciar entre voto directo y la estimación de voto. El voto directo es el porcentaje de personas que cuando son preguntadas a quién votarían si hubiera hoy elecciones lo tienen claro y contestan.

Sin embargo, hay muchas personas que no saben o no contestan, estos son los indecisos y los votantes opacos. Para que el resultado de la encuesta del CIS se acerque lo máximo posible a la realidad, ya que muchos de estos electores acabarán votando, se hace lo que se conoce como estimación de voto. Es el cálculo que se lleva a cabo a partir de cruzar las respuestas obtenidas con el recuerdo de voto, su fidelidad, la tasa de participación estimada y la valoración de los partidos y sus líderes.

Encuesta de Metroscopia para El País

Según también la última encuesta de Metroscopia que publicó el diario El País, la formación que lidera Pablo Iglesias podría incluso ser la lista más votada en las próximas elecciones generales, con un 27% de los sufragios. En este sondeo, Podemos aventajaría en 1,5 puntos al PSOE y 7 al PP, que se hundiría hasta caer al 20,7%.

El Confidencial Digital se ha puesto en contacto con dos expertos en la materia demoscópica para conocer su opinión sobre si las encuestas que se publican estos días son o no fiables.

Jorge Díaz-Cardiel, socio director de la consultora ADVICE Strategic Consultants, confía plenamente en las encuestas cuando están bien hechas. “De las encuestas me fío cuando tienen los ingredientes adecuados. Del sondeo del CIS, por ejemplo, confío al cien por cien, ya que es un espejo del censo. Un valor muy positivo es que aporten la estimación del voto” afirma.

José Antonio Ruiz San Román, profesor titular de Sociología de la Universidad Complutense, opina que “podemos confiar en las encuestas, de igual modo que nos podemos fiar de lo que pensamos hacer en el momento en el que nos preguntan”.

 

Para el profesor de la Complutense, una buena encuesta “tiene que tener presente numerosas cuestiones, además de la respuesta que da el entrevistado. Son muy importantes otros datos como es el voto anterior, recuerdo del voto…

Díaz-Cardiel, por su parte, considera que una buena encuesta tiene que tener las siguientes características: 1) una muestra que refleje lo diverso, 2) que sea lo más amplia posible, 3) el índice de confianza debe ser muy elevado y 4) un margen de error muy pequeño.

Ambos coinciden en que las encuestas miden la temperatura de la sociedad en un momento muy determinado. Por lo tanto, los sondeos sirven para hacerse una idea de cuál será la tendencia, pero ni mucho menos se pueden tomar como resultados definitivos.

Un buen ejemplo -relata Díaz-Cardiel- de que las encuestas son el termómetro de la temperatura de la sociedad en un momento determinado son las que se realizaron en las elecciones generales de 2004. Prácticamente todas las encuestas daban como claro vencedor al Partido Popular, ya que se realizaron días antes del atentado del 11-M. Sin duda, este acontecimiento supuso un punto de inflexión que modificó el voto de numerosas personas y por ello las únicas encuestas que acertaron son las que se hicieron con posterioridad a este trágico día.

Ruiz San Román destaca la dificultad de los tiempos para hacer encuestas: “En estos momentos revueltos hacer un sondeo es muy complicado, vivimos una etapa en la que estamos en constante cambio”. Además, recuerda que “cocinar una encuesta  no es manipular, sino que es hacerla más real”.

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