La relación del chofer de Lady Di con los servicios secretos franceses ya fue desvelada en un libro sobre el Mossad

En las últimas semanas han ido apareciendo nuevas informaciones que avalan la tesis de una conspiración en la muerte de Diana de Gales. En realidad se trata de teorías adelantadas hace meses en libros de reciente reedición.

Primero se habló de la teoría de una pistola de rayos láser, que habría sido empleada por un motorista camuflado de fotógrafo (se habla incluso de un agente del MI6 británico) para aturdir al chofer y provocar el accidente. A inicios de semana, comenzaron a circular voces sobre una posible relación entre Henri Paul, el conductor del vehículo que se estrelló en el túnel del Alma de París, y el servicio secreto francés. Todas estas informaciones vienen a dar pábulo a las acusaciones realizadas por Mohammed al Fayed, padre de Dodi al Fayed, y dueño de los almacenes Harrods. Para él, las oscuras circunstancias que acompañaron a la muerte de su hijo, de la princesa Lady Di, y de su chofer Henri Paul en un túnel de París, escondían algo más que funestas casualidades. Este multimillonario ha derrochado fondos en la contratación de ex agentes de inteligencia en la búsqueda de cualquier pista que apuntalara su teoría de la conspiración: según Al Fayed, la Casa Real Británica no podía consentir que Lady Di matrimoniara con un joven y rico árabe. Cuando murió podría haber estado incluso embarazada, otra de las hipótesis de la famosa “conspiración”. ¿De dónde surgen estas teorías? ¿Cómo nacen? La mayoría del material especulativo que ahora está saliendo a la luz está entresacado de los primeros capítulos de “Mossad. La historia secreta”, una obra de Gordon Thomas, cuya última edición ha sido publicada en España por Ediciones B, en noviembre del pasado año. Autor de más de cuarenta obras de ficción y realidad, Gordon Thomas ha cubierto como corresponsal en el extranjero desde la crisis de Suez hasta los disturbios de la Plaza de Tiananmen en 1989. En “Mossad. La Historia secreta” se describe cómo, efectivamente, un agente del servicio israelí intentó durante meses captar como informador a Henri Paul, asistente jefe del Hotel Ritz de París y chofer de los huéspedes célebres. Se produjo lo que en la jerga de inteligencia se conoce como hacer “un contacto frío”. También se menciona entre líneas que Paul podría haber actuado como agente doble pues ya habría colaborado con el servicio secreto francés, a quienes era muy útil por su puesto de relevancia dentro del Ritz, un hotel frecuentado por personalidades muy importantes. Henri Paul es calificado en el libro de Gordon como un soltero de carácter inestable y amante del lujo. Ésta última condición le hacía sostener —según las fuentes manejadas por Thomas- un lucrativo negocio paralelo con los fotógrafos que pululaban cerca del Ritz a la caza de famosos. A cambio, Paul les alertaba de la presencia de gente VIP y les informaba sobre sus horas de entrada y salida del hotel. La obra arriba mencionada, ha sido calificada por un director general del Mossad y otras figuras de inteligencia cómo uno de los análisis más importantes publicados sobre el mundo del espionaje. En ella, Thomas se acerca a los servicios secretos israelíes a través de los testimonios de ex agentes operativos del hoy en día considerado mejor servicio de inteligencia del mundo.

 

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