Nuevo incidente grave durante una repatriación de inmigrantes: servicio policial de 20 horas sin bajar del avión y el doble de ‘sin papeles’ por agente

16 de julio. Un grupo de de la Unidad de Intervención Policial recibe el aviso de que al día siguiente debe presentarse en la ‘base’ de Moratalaz, en Madrid. La cita es a las 17:15 y las órdenes son claras: tienen que hacer un viaje de repatriación ese mismo día a Senegal. Si todo va bien, regresarán al día siguiente. Comienza una odisea.

Todos echaron mano del móvil: hay que anular planes y avisar a la familia o a los amigos. No hay cabida para las quejas o las excusas justificadas para exonerarse del viaje. La salida es desde el Aeropuerto de Barajas. En el primer punto de destino, Fuerteventura, se les informa de cuántos inmigrantes irregulares tendrán que acompañar. Entonces, es cuando –aseguran a El Confidencial Digital fuentes de la Policía, comenzaron a incumplirse las normas previstas para las repatriaciones.

En este vuelo, en concreto, el número de ilegales era el doble que el de policías presentes, cuando debería ser de uno por cada individuo, sobre todo porque no es inusual que opongan resistencia física. El dispositivo policial lo componían unos 30 agentes frente a 75 inmigrantes. Tampoco se les hizo un informe de las posibles enfermedades, cuidados especiales de los repatriados.

Este viaje, por suerte, llegó sin incidentes pero en lugar de aterrizar –como estaba previsto- en Dakar, Senegal, la aeronave lo hizo en el Aeropuerto San Louis. Como ya se explicó en estas páginas (véalo aquí), se trata de un destino temido por los propios pilotos. Pero la visión de la policía tampoco es muy buena: “Últimamente, como sucedió en este vuelo, estamos aterrizando en Sant Louis porque es un aeropuerto pequeño, en medio de la selva y sin posibilidad de que lleguen civiles, como periodistas”, explican.

Entonces, las autoridades locales deben subir al avión en un plazo de tiempo que suele ir de una a dos horas. Deben “dar el visto bueno” a los repatriados y culminar la entrega. “En otros casos, no hay esa aprobación y tenemos que dar la vuelta con todo el pasaje”. A los agentes no se les permite que bajen del avión, ni siquiera, para estirar las piernas.

Pero aquí se produjo la entrega, y de vuelta a Tenerife a recoger otro cargamento. Allí tampoco se permitió a los policías descender de la nave. La justificación, aseguran las mismas fuentes, fue que les esperaban ahora en Dakar.

Las condiciones con las que se encontraron fueron las mismas: el doble de inmigrantes que agentes del orden. A la tripulación de la aeronave ya se les había relevado porque habían superado el número de horas de vuelo permitidas, se les dijo. A los policías, no. La llegada al país africano se produjo, de nuevo, sin incidentes. Y, de vuelta, a Madrid.

Era el quinto vuelo en 20 horas. A su llegada, algunos de los agentes tuvieron que ir al hospital porque, aseguran, los cambios de presión y la disminución del oxígeno acabaron afectándoles. Sobre todo, por las diez maniobras de cambio de presión. La hora de llegada fue las 13:20 del 18 de julio.

Estas sesiones maratonianas se les compensa con un servicio extraordinario, valorado en 60 euros. Al día siguiente, los agentes se reincorporarn a su jornada habitual.

Estas son algunas imágenes de la llegada a San Louis:

 

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