Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España

“Nos gustaría que la Reina Letizia fuera más embajadora de la moda española incluyendo más diversidad en su vestuario”

Modesto Lomba es el alma entera de Devota & Lomba, la firma de diseño de moda con esencias de arquitectura. Desde hace 15 años preside la Asociación de Creadores de Moda de España: la pasarela cultural y “política” de un gremio puntero en el reino de la fast fashion

Rodeado de maniquíes mide el artista sus obras para el futuro.
Rodeado de maniquíes mide el artista sus obras para el futuro.

Modestamente, una referencia. Lleva 28 años en las pasarelas. 60 desfiles. Sus patrones: la santa innovación y el santo esfuerzo. Sin alfileres en la lengua. Claro. Constructivo. Como buen arquitecto de la moda, tiene los cimientos a prueba de los tsunamis de las tendencias que van, y las tendencias que vienen. Pide a la Reina ser mejor embajadora de los vestidos de España. A Podemos: vestir con propiedad es otro elemento del discurso. Admirador de Amancio Ortega. Y del talento de España. Apuesta por un operación-triunfo o un masterchef de la moda española. Ahí deja la aguja: en el pajar de las teles.

Frente al Museo del Romanticismo, en Madrid, tiene su laboratorio el rostro de la vanguardia clásica de la moda española. Modesto Lomba. Y equipo. Un señor tan contemporáneo como el propio Balenciaga que tiene porte de director de orquesta o de hombre de danza: equilibrado, justo, claro, concreto y discretamente elegante en la forma de ser y en las maneras de decir. Ni políticamente correcto, ni disimuladamente pancartero. No da puntada sin hilo.

Cosecha de Vitoria 1962, hijo de investigadores agrícolas. Llegó a la moda por inspiración, pero sin raíces en su árbol genealógico. La vocación. Sastre de oficio, como se observa en sus manos. Tras 28 años sobre las pasarelas, con sus flashes, sus deslumbramientos y su camisú, sigue en la cresta del pespunte con la cabeza fría y el afán creativo en constante efervescencia. 60 colecciones de arte con el sudor de sus dedales sobre las tablas del mundo lo confirman.

Aquí, en su estudio, hay maniquíes por todas partes. Y vestidos transgeneracionales, pruebas, telas, retales, piezas que nacen y piezas que brillan hechas y derechas, como si esto fuera el armario-vestidor de aquél anuncio viral de Heineken. El sueño de muchas damas. Si Madrid fuera Londres, en esta fachada habría una placa redonda y azul: “Aquí tricotea Lomba. Silencio. Arte”. 

Rodeado de bolsos, zapatos, y de trajes como templos, rozamos, en San Mateo, el cielo del Tejenova elevado a su Modestísima potencia. Y hay perfumes (Florissima), y gafas, y complementos arquitectónicamente construidos con el saber de la ciencia de este manostijeras cordial. Y el de su equipo. Devota murió en 1993, pero por los pasillos de este garito singular sigue más que vivo.

Un maniquí sin cabeza contempla nuestra conversación. Es todo el punto jalogüín que he encontrado para teñir de oportunismo esta entrevista…

En silla baja de cuero negro, face to face, deconstruimos al sastre tranquilo. Puntada a puntada. La aguja avanza silenciosa. Sin abrir la boca más de la cuenta, incluso físicamente, pero diciendo mucha personalidad y talento, Modesto Lomba entra en el probador.

Buenos días, caballero. Antes de hacerle un traje, permítame que le haga unas cuantas preguntas…

Amancio Ortega es el hombre más rico del mundo. Hay gente a la que eso le sienta mal. ¿Qué significa ese dato para la moda española?

Es un buen dato. Es un dato magnífico. Para la moda española y para España.

 

¿Será un sastre lo que necesite esta España de patrones nuevos, medidas dispares, tijeretazos, rotos sociales, sietes, y otros artes sobre la piel de toro?

La sastrería es una buena disciplina, y sí, puede ser un buen instrumento para encauzar la España con nuevos patrones.

Modesto Lomba es nombre de sastre. O de árbitro, como mucho. ¿Por qué la moda fue lo suyo claramente?

Ahora lo tengo claro, pero entonces no. Lo mío no viene de una tradición familiar. Mis padres se dedicaban a la investigación en el ámbito de la agricultura. Nada que ver. No tengo ningún motivo para decir por qué me he querido dedicar a la moda. Era una cuestión que me gustaba y tomé la decisión con el apoyo de mi familia, y de mi madre, sobre todo. De este mundo sabía lo justo que se aprende cerca de un ama de casa que, además, se dedicaba al laboratorio: coser botones.

¿Los buenos artistas van aprendiendo también a ser buenos empresarios?

Soy empresario no por devoción, sino por obligación… Desgraciadamente, hemos tenido que acometer ese papel, que no nos corresponde, porque no estamos suficientemente formados para eso. Yo reconozco que, aunque no creo que lo haya hecho tan mal, tampoco lo he hecho tan bien… Si te comparas en positivo con otros países, ves que hay colegas que cayeron en manos de empresarios y la gestión de sus creaciones es bastante mejor. Soy muy de “zapatero, a tus zapatos”.


¿Qué atributos significan la marca Devota & Lomba?

La marca Devota & Lomba significa diseño y construcción. Construimos arquitectura a través de la moda. Entendemos la moda como una realidad en movimiento, que es parte de una cultura y una sociedad. Creemos que aportamos algo a ese avance a nuestra sociedad y a esta España nuestra, que diría la canción…

¿A los emprendedores de antes les hemos tratado bien, o tuvieron que avanzar por el desierto durante demasiado tiempo?

No me siento mal tratado. Al contrario. Pero creo que no valoramos suficientemente lo nuestro. Hay países con menos historia, con menos tradiciones y con menos estructura que la nuestra, pero que sin embargo saben quererse. Nosotros no nos valoramos justamente. Hemos empezado esta conversación hablando de Amancio Ortega, el hombre más rico del mundo. Hay gente en este país que lo critica, cuando lo propio sería alabar a todo un modelo de empresario y emprendedor, y no es el único. Está claro que nadie es perfecto. Bastaría con que quien esté libre de pecado, sea capaz de tirar la primera piedra…

¿Hay diferencia entre diseño y moda?

Sí. Mucha. Y en este momento, más. Si esa diferencia no la teníamos clara en los 80, llegó Amancio Ortega y nos explicó con su ejemplo la diferencia entre hacer negocio con el ejercicio de la moda para generar consumo, puro y duro, y el diseño, que es un arte mucho más atemporal. El diseño no está en el código de la moda. Perdura y trasciende el tiempo. Los objetos diseñados sobrepasan incluso a su propio creador.

¿Su objetivo cuando crea arte es, a corto plazo, vender, y a largo, permanecer?

En el caso de la moda están excesivamente relacionados creación y venta. El arte de la moda tiene sus momentos. La exposición del proceso creativo es la pasarela, pero evidentemente, detrás de esa parte creativa siempre hay una parte de negocio. Gran parte de los creadores en este mundo diferenciamos bien los dos ámbitos. Sin negocio nuestro arte es insostenible. Nadie vive de un trabajo exclusivamente creativo. Eso pudo pasar en la alta costura, pero ahora estamos en otro ciclo. Hemos dejado atrás la alta costura, y el prêt-à-porter, y estamos ahora en la etapa de la fast fashion. Es un proceso histórico que dice mucho sobre la evolución de la creación y del negocio de la moda.

Posiblemente dentro de diez años estemos en otro ciclo. No sé cuál, no soy profeta. Pero espero que sea otro Amancio Ortega el que lo descubra.

Lo del fast fashion suena a comida rápida… Casi de usar y tirar…

El fast fashion puede estar hecho magníficamente, como lo hace Inditex, o de otra manera muy diferente, como hacen otras marcas que forman grandes colas en la Gran Vía... Y no diré nombres… Estos últimos ofrecen precios sin ningún tipo de sensibilidad hacia el diseño.

¿A usted le hace ilusión convertirse en un clásico de la moda?

No llegué a este mundo con ninguna pretensión. Estoy encantado con mi recorrido y con mi posición, que tampoco sé muy bien cuál es, ni la voy a decir yo… Veo a gente nueva que desembarca en el mundo de la moda con muchas carencias afectivas y que buscan, evidentemente, el aplauso y el éxito. Pero no el conocimiento. No es ese mi camino. Yo estoy encantado de las muestras de afecto que recibo de la gente a la que les interesa mi trabajo, pero no fue ese el motivo esencial para dedicarme a esta profesión. Mi papá y mi mamá me quisieron mucho, así que no tengo esa carencia. Mi éxito es mi placer, y mi placer es mi trabajo... Mi trabajo, o mi hobby, no sé muy bien cómo llamarlo. Tengo la suerte de haber podido dedicarme a lo que me apasiona.

¿Cuáles son sus patrones?

Principalmente, el trabajo y la constancia, que es lo más difícil. La moda siempre se ve como algo extremadamente efímero. Mucha gente piensa que esta es una profesión en la que sólo interesa salir en las fotos e ir a fiestas con chicas guapas y gente famosa, y ese no es sólo mi trabajo. Aunque es una parte.

En esta vida puedes tener momentos de éxito, pero el gran reto que tiene cualquier proyecto de éxito de verdad es la constancia. Ese es el parámetro que te posiciona en tu sector.

¿Qué le parece que la Reina Letizia sea tan fiel a un modisto, casi en exclusiva?

Le cuento lo que le he dicho personalmente a ella, pero sin contestar necesariamente a su pregunta. A la Asociación de Creadores de Moda de España nos gustaría que la Reina fuera, mucho más, la embajadora de la moda española.

¿Cómo?

Incluyendo más diversidad en su vestuario. Y esto no es una crítica, es sólo una petición.

¿Qué es una pasarela: un mundo de ilusiones, un museo móvil, un escaparate de lujo, una meta, o una demostración de quién es el modista que más manda?

Es todo eso, y muchas cosas más. Es el momento clave después de muchos meses de trabajo de todo un equipo, no sólo del diseñador; es un momento en el que la parte efímera también es importante: la primera fila, las mujeres guapas, los famosos, y todo ese mundo mágico, y esa fantasía, y esos vestidos imposibles… Todo eso es la pasarela. Cuando hablamos de creatividad y de la exposición de esas creaciones, el diseñador debe transmitir ilusión. No tendría ningún sentido que narráramos lo que pasó ayer. Cualquier creador narra lo que cree que debe pasar mañana. Lo que creas es un mundo de fábula. Un desfile es un magnífico guiso con los mejores ingredientes.

¿Faltan pasarelas en España?

No. Me gustaría pensar en una pasarela única y libre. En este momento en el que, desgraciadamente, los políticos van en una dirección, y nosotros, en otra, es un buen momento para unirse en equipo. De todas formas, tampoco es esta mi principal preocupación, ni es lo más importante.

¿Cibeles es lo que era?

Sí. Lo que pasa es que en otros países hay más comunicación entre las instituciones y los diseñadores de moda, y esas sinergias siempre tienen eco. Este es un mundo muy competitivo. Ahora sí voy a hacer de vidente: creo que nos esperan años con grandes oportunidades para que la moda española vuelva a tener más relevancia internacional.

La gastronomía ha conseguido convertirse en la atracción de todas las televisiones. ¿Interesaría un programa de TV sobre moda?

Sí. La moda tiene muchos componentes atractivos. Después del deporte, es posible que sea el sector con más impacto mediático. El talento de la moda española está mal aprovechado. Me gustaría sentir, también desde las instituciones públicas y privadas, que nos abusan más. Y que nos abusan bien, se entiende. Los franceses serán el referente en la moda de lujo, y los italianos, del prêt-à-porter, pero nosotros somos referentes de la fast fashion. Está clarísimo. Por eso, en el sector de la moda, España es el país número uno. Los dictados de la moda en el mundo los marca un señor español. No vamos a repetir otra vez su nombre.

¿Los sastres y modistas son para la clase media?

La moda no es un problema de clases. La cuestión tiene que ver más con una manera de consumir. Como hemos visto con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud con la carne procesada, se trata de consumir adecuadamente. La mejor reflexión del estudio de la OMS que podemos sacar es “comamos mejor”. En la moda sucede algo parecido. La creación de la moda no tiene por qué estar reservada a unos pocos. Creo que puede estar al alcance de cualquier bolsillo. Pero si lo que se quiere es mucha cantidad, o se tiene mucho presupuesto o no hay forma. Lo bueno y las marcas no tienen una conexión matemática, y menos en estos tiempos. Si tienes conocimiento puedes encontrar productos bien hechos a muy buen precio.

Lo que aporta el trabajo del creador es una pieza atemporal y mejor. Compras calidad, y un producto que no está de moda, pero tampoco se va a pasar de moda. La vida de ese producto es mucho más larga.

Hay señoras cuyas madres o abuelas eran clientes de Balenciaga. Ahora siguen usando aquellos trajes después de tantos años, porque están en perfecto estado, y tienen una impecable estética totalmente actual. Yo, que tengo el honor de pertenecer al Patronato de la Fundación Cristóbal Balenciaga, veo piezas suyas que se podrían subir hoy perfectamente a la pasarela y parecer obras de nuevos creadores, a pesar de ser de los años 50.

Invertir en diseño de moda es una manera de consumir. Sí, costará más, porque en España trabajamos con empleados, no con esclavos, por lo menos que yo sepa. Producimos con ciudadanos, y eso tiene un precio.

¿A qué mujer viste Modesto?

En cada colección creamos un modelo de mujer, pero es algo que no nos gusta utilizar como regla de oro en el trabajo de Devota & Lomba, porque prefiero pensar al contrario: que cualquier modelo de mujer es capaz de encontrar un momento de su vida para Devota & Lomba. Creo más en esa mujer que en una determinada ocasión tiene la necesidad estética de vestir de una manera diferente que tiene que ver con lo que le propone Devota & Lomba, o puede enriquecer un momento de su vida con piezas de Devota & Lomba. Prefiero encontrarme en una fiesta con una mujer elegante que con un bonito vestido. La conexión entre mi trabajo y la personalidad de la mujer que visto es esencial.

¿Para ser modelo hace falta sólo genética?

¿Rafa Nadal es sólo genética? La respuesta a esa pregunta es la misma que para una modelo: hay algo más. Y no sé qué es. ¿Magia? ¿Un don? Mi experiencia es que hay chicas a pie de calle por las que hombres y mujeres se dan la vuelta, pero cuando suben a una pasarela no tienen ninguna magia, y al contrario: mujeres que pasan desapercibidas, y que ante una cámara y unos focos se crecen de una manera espectacular. Ser modelo no es ser alta, guapa, y delgada. Chicas altas, guapas y delgadas hay muchas, pero chicas mágicas, no es tan fácil encontrarlas.

La profesión de modelo se ha menospreciado muchas veces en esta sociedad machista, incluso por parte de las propias mujeres, porque hay personas que no entienden qué significa exponer el arte de la moda.

¿La moda enseña, tapa, muestra o transforma?

Lo de transformar no me gusta nada. Me gusta pensar que las mujeres que se acercan a una colección o a una prenda de Devota & Lomba buscan identidad propia. Nosotros damos elementos, información, y guía para que una mujer o un hombre puedan encontrar su identidad. Es algo parecido a las piezas de Lego: yo te doy los elementos y tú creas.

¿La idea es que sus piezas sean un atributo más de la personalidad de quien las viste?

Eso es. El creador es un mero buscador de ideas que después cada persona ordena y hace propias.

¿Cómo ve la calle? ¿Falta buen gusto?

En las calles españolas lo que veo es que sobra cobardía. Y eso se ve más claro cuando paseas por Nueva York, o Tokio, o incluso Londres. Allí la gente viste con mucha más valentía. Saben que son libres, que nadie les mira, que nadie les señala. Estas cosas hacen una sociedad mucho más libre. En las calles españolas vestimos con mucha uniformidad y es porque, en el fondo, somos una sociedad miedosa y poco valiente.

No es una cuestión de discreción, ¿no?

¿Para qué sirve la discreción? Yo no hablo de vestir ofendiendo a los demás. Hablo de vestir de una manera elegante, pero diferente. Si fuéramos mostrando determinados atributos quizás fuéramos ofensivos, o incómodos, pero no hablamos de eso. Hay demasiado seguimiento de la moda, y deberíamos salirnos de la fila.

¿Los hombres españoles somos un caso perdido para los innovadores de la moda?

Históricamente, el hombre ha dado un salto mayor en la indumentaria, con el concepto del pantalón. Pero sí, como el hombre, en general, es más miedoso que la mujer, que es más libre, es más cauto. Tiene más miedo a mostrarse de otra forma.

¿La crítica de moda española es un género periodístico de calidad?

Ahora tenemos muchos más profesionales. En los años 80 nacimos una generación de creadores de moda novedosa y, tanto nosotros como la prensa especializada, hemos ido creciendo juntos, casi desde la nada. En estos momentos hay grados universitarios de moda, y ha evolucionado mucho todo el conocimiento sobre este arte, también en los medios de comunicación.

De todas maneras, en los medios de comunicación la moda se ha juntado demasiado con la prensa rosa, y al final se le da más importancia a la parte efímera de la creación, a esas primeras filas de los desfiles, y algunos se quedan sólo con eso haciendo críticas muy pobres, porque no son profesionales con conocimientos sólidos sobre el sector. Hacen más análisis desde el desconocimiento, y por eso hay críticas que dejan mucho que desear.

¿Y las revistas femeninas hablan de moda con nivel?

Las revistas actuales de moda, desgraciadamente, son catálogos de las grandes marcas. Ellas mismas han permitido que eso suceda. En los años 80 encontrábamos publicaciones que descubrían y apostaban por nuevos proyectos, al margen de las marcas. Ya no. Ahora mi impresión es que están absolutamente vendidas a las grandes marcas, porque ellas imponen tanto su canon de pago de publicidad, que al final lo que ves es su escaparate.

¿Vestir para gustar o para gustarse?

Si te vistes para gustarte consigues fácilmente gustar. Si no te gustas, no gustarás. Creo que ese es el recorrido.

Podemos ha llegado a los parlamentos, y hay gente que piensa que sus diputados no acuden a las instituciones vestidos para la ocasión. ¿Cómo lo ve?

No me parece lo más importante, pero esas cosas dicen mucho. Igual que un político no puede descuidar su vocabulario, o su inteligencia, si ellos le dan tanta importancia a su discurso y a sus buenas reflexiones, que no dudo que las tengan, a mí me hace sospechar ese descuido en el vestir. Una persona que representa a los demás tiene la obligación de cuidar todo.

Todos los políticos deben saber que la primera manera de presentarse es importante. En lo primero que me fijo cuando hablan es en cómo visten. Aunque después me guste su discurso, lo primero que veo es la imagen de la persona que habla. Si su imagen me genera rechazo, el mensaje no me llega con propiedad.


Una cosa es la naturalidad siendo político, y otra, presentarse adecuadamente, ¿no?

¿Naturalidad es hablar con tacos, o con faltas de dicción, o con pobreza de vocabulario? Nadie lo entendería. Antes de que una persona abra la boca, lo que vemos es su imagen. ¿Qué sucede con los curriculum que llegan sin foto? ¡Que van a la papelera!  La imagen es importante. Y este es el mundo real.

El deporte y la gastronomía españoles son número uno en el mundo. ¿Sus representantes son buenos embajadores de la moda made in Spain?

Cuando hablamos del made in Spain tenemos que saber unir moda, cine, deporte… Nosotros, desde la Asociación de Creadores de Moda de España, hemos trabajado también para animar a los responsables deportivos del país a cuidar más la imagen de nuestros deportistas…

¿Tendremos otros uniformes horribles en los Juegos Olímpicos de Río 2016?

Yo creo que sí… Volveremos a tener uniformes horribles, y no éticos, porque ese contrato con la empresa rusa se concedió de manera poco ética. Hablamos de España con esos mismos a los que se les llena la boca hablando de España-España, pero que después toman decisiones en otra dirección…

¿Y no ha habido avances para Brasil 2016 después de cuatro años?

Nosotros lo hemos intentado. Los creadores de moda y los confeccionistas nos ofrecimos para que el Gobierno enmendara esa decisión, no sólo desde el punto de vista estético. La decisión política sobre esta cuestión no tiene ningún sentido. Como si no tuviéramos capacidad en este país para vestir bien a nuestros deportistas…

Si no ha habido negociaciones cerradas a estas alturas, me imagino que ya…

Hubo avances, pero yo no tengo constancia de que se haya cambiado de punto de vista. Aunque puede ser que no esté informado.

¿Cuál es el reto de los creadores de moda españoles?

Sigue siendo sostener el mercado nacional y tener más presencia en los mercados internacionales, que no es fácil. Este es el principal reto: más cuota de mercado aquí, y fuera de aquí.

¿Hay cantera?

Sí. Tenemos historia, presente, y futuro.

¿A quién le daría usted el premio a la mujer mejor vestida de España?

Cuando a una persona le dan un premio así, acaba perdiendo la elegancia… Así que prefiero no hacerle esa faena a ninguna señora. Además, hay muchas mujeres españolas cuyos nombres no nos suenan especialmente, que son una referencia clave en el ámbito de la elegancia, que no es algo que se cultiva, sino que tiene mucho de innato.

¿El exhibicionismo tiene algo de elegancia?

No. El exhibicionista siempre cae en errores importantes. Confunde lo bueno con lo caro, y esas cosas.

Dos palabras rápidas sobre algunos de sus colegas:

¿Roberto Torreta?

 Magistral en la piel.

¿Amaya Arzuaga?

Una magnífica constructora.

¿Ágatha Ruiz de la Prada?

Una magnífica pintora.

¿David Delfín?

Un gran soñador.

¿Custo Dalmau?

Un magnífico mezclador.

¿Juanjo Oliva?

 La elegancia.

¿Nos quejamos poco del photoshop?

No me asustan ni las canas ni las arrugas, y por eso el photoshop me interesa más bien poco. Los retoques intentan quitar de nuestra propia historia aspectos de nuestra vida, de la que también forman parte los errores y los fracasos. El photoshop te quita cosas que son parte de tu integridad. Quizás sea divertido como juego, pero su uso ilustra bien el miedo que tenemos a envejecer, con lo maravilloso que es envejecer…

¿Los museos –más allá del Museo del Traje- cuentan con ustedes?

Sí. Tenemos la suerte de que la moda cada vez se entiende más. El atractivo de la cultura de la moda es evidente. Los museos han hecho un magnífico ejercicio para exponer el talento de nuestra moda, y lo hacen cada vez más. En el Museo Reina Sofía o el Thyssen hemos tenido exposiciones de creaciones de moda con un gran éxito.

¿La crisis en el sector ha muerto? Pregunto.

¡Pues habrá que ver quién la ha matado! ¡Que yo sepa nadie lo ha conseguido! Yo creo que se nos ha pasado el susto, que no es poco. Ahora seguimos vivos y trabajando con el mismo entusiasmo. Nos vamos recuperando.

¿Qué marca o qué nombre propio le inspiran estas prendas?

¿Una pajarita?

Más que una persona, una pajarita me lleva a un modelo universal de inglés.

¿Una chaqueta?

Yves Saint Laurent

¿Un traje de noche?

Balenciaga.

-           ¿Uno de boda?

            Absolutamente: Rosa Clará.

¿Un jersey?

Amaya Arzuaga

¿Una camiseta?

Inditex.

¿Un vaquero?

Levis.

¿Un sombrero de mujer?

Mabel Sanz es mi referencia.

Además de “hecho a mano y con esfuerzo”, ¿qué pone en la etiqueta de toda su moda?

La innovación y la creación son mis dos máximas aspiraciones. Con cada prenda siempre quiero contar algo nuevo.

REBOBINANDO

Decía el mito Balenciaga que “un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”. Actualicemos esta cita para referirla, Modestamente, a Lomba, porque este señor tiene algo de Le Corbusier y mucho de Devota; algo de Antonio López, y mucho de Picasso; algo de música barroca, y mucho de Björk, y algo de Aristóteles y mucho de esa antropología de la vida misma de quien se pasa la vida vistiendo almas.

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En frente, muy lejos, pero también en sus pasarelas: Tendencias de consumo. Copiar y pegar. Ocurrencias. Mujeres-florero. Histrionismo. Horterada. Pusilánimes del negocio a corto plazo. Gris. Borreguismo. Iconoclastia. Protagonismo. Cobardía. Incapacidad. Animalismo. Truco. Uniformidad. Estrellas fugaces. Yugo. Respondones. Monólogo. Sinrazones. Tristezas. Carencias. Individualismo. Pena. Feísmos 2.0.

Moda, modestia, modisto, Modesto. El tiempo, entre costuras.

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