“Te denunciaré si no declaras emergencia por combustible”. Las prácticas de Ryanair para ahorrar costes provocan una rebelión de pilotos que sobrevolaban Barajas a la espera de tomar tierra

Segunda quincena de octubre. Una decena de aviones comerciales sobrevuelan Barajas en la zona asignada por la torre de control. Esperan para aterrizar porque hay saturación en el aeropuerto. De repente, irrumpe en la frecuencia común a todas las aeronaves la voz de un piloto de Ryanair: “Torre, voy corto de combustible. Permiso para bajar”. Y entonces se desató la tormenta.

Según el relato realizado a El Confidencial Digital por testigos del suceso, antes de que la torre pudiera responder a la demanda del aparato de Ryanair, se escuchó la voz del comandante de uno de los aviones de Iberia que estaban a la espera, orbitando en torno a los 14.000 pies de altura estipulados:

--“Madrid. Entiendo que el Ryanair declara emergencia por falta de combustible”.

El término al que aludía el piloto no es inocente. Una cosa es informar a la torre de que se anda corto de combustible (solicitando simplemente ‘prioridad en el aterrizaje’) y otra bien distinta declarar la denominada ‘emergencia de combustible’, que se emplea en situaciones excepcionales, cuando el avión necesita máxima prioridad.

En esos casos, el piloto debe pronunciar por radio hasta tres veces la clave ‘mayday’ e informar sobre el tipo de contingencia. A partir de ahí, el resto de aeronaves pierden cualquier tipo de precedencia y la torre de control más cercana tiene la obligación de centrarse en el avión afectado. Tendrá primacía para todo. Sin embargo, tras el aterrizaje, un suceso así debe ir acompañado ineludiblemente de una investigación por parte de las autoridades del aeropuerto, un procedimiento que puede tener consecuencias para la aerolínea.

¿Qué sucede? Que, como se relató hace más de un año en estas páginas (véalo aquí) por denuncias de profesionales de la aviación, la práctica de cargar el mínimo de queroseno, o sea, el estrictamente necesario para el viaje, es una de las argucias más comunes de las compañías aéreas de bajo coste con el fin de ahorrar costes. Al reducir la carga de combustible, se gasta menos dinero y se reduce también el consumo ya que el aparato pesa menos.

Sin embargo, según las normas europeas de seguridad aérea, todo avión de pasajeros debe cargar combustible suficiente como para mantenerse en el aire entre 30 y 45 minutos más de lo que exige su trayecto. Concretamente, deben incluir carburante para llegar a uno de los denominados “aeropuertos alternativos”, por si surge la eventualidad de que no pueda aterrizar en el destino por cualquier motivo.

En el caso del pasado mes de octubre, tras la intervención del piloto de Iberia, control de Barajas se dirigió a la tripulación de Ryanair atendiendo a la indicación del Iberia:

-- “A ver, Ryanair. ¿Me confirma ‘emergencia por falta de combustible’ para darle máxima prioridad?

La respuesta no se hizo esperar:

 

-- “Negativo, negativo. No declaro emergencia por falta de combustible”.

De nuevo sin dejar intervenir a la torre, se escuchó la voz imperiosa del comandante de Iberia:

-- “Torre, le informo de que, si usted da ahora autorización para aterrizar a este Ryanair, haré una denuncia contra usted y contra esa compañía”.

No hizo falta más. El comandante de Ryanair pidió con urgencia un aeropuerto alternativo (para Barajas son Salamanca –el más cercano-, Zaragoza y Valencia) y salió sin más dilación hacia allá. Lo más sorprendente de todo fue lo que se produjo a continuación: por la frecuencia de radio se comenzaron a escuchar las voces de los pilotos que se encontraban a la espera, que habían asistido al rifirrafe, y que reaccionaron con vivas, aplausos y felicitaciones al Iberia:

--“Bravo, compañero. Eso es. Tolerancia cero. Se acabó. Ya era hora de pararles los pies a estos tipos...”.

Los propios pilotos de Ryanair denunciaron estas prácticas

La cuestión no es nueva. En septiembre del pasado año, el diario The Sunday Times desveló el contenido de un informe interno que la compañía había enviado a sus pilotos exigiendo una política de reducción de costes mediante el racionamiento de las reservas de combustible cargadas. Se recortaba el poder discrecional del comandante de requerir una carga adicional del 5% del combustible que demande cada vuelo para imprevistos y desvíos. Lo publicado confirmaba también que Ryanair enviaba cartas de advertencia a los pilotos que pedían más combustible sin ofrecer explicaciones, como medida de presión.

La respuesta del colectivo de pilotos no se hizo esperar y manifestaron sus quejas a través de la web de la Asociación de Pilotos Europeos de Ryanair. Denunciaron que la medida afectaba a la seguridad de los pasajeros y no quedaba justificada por la reducción de costes.

Las compañías españolas han decidido rebelarse contra Ryanair

En España, se puede constatar en estas semanas un movimiento de protesta generalizado. El propio presidente del SEPLA, el principal sindicato de pilotos de nuestro país, registró en el Ministerio de Fomento, el pasado 5 de octubre, una queja conjunta firmada por las principales patronales del sector de la aviación.

Se trata de un documento de ocho páginas en los que se presenta un listado de las supuestas irregularidades que estaría cometiendo Ryanair en España, incurriendo por tanto en competencia desleal.

El escrito, que ha sido enviado además a gobiernos regionales y al Tribunal de Defensa de la Competencia, menciona, entre otros extremos, la peculiar forma de contratación de los pilotos, sus precarias condiciones laborales, el sistema que emplea para evitar pagar la seguridad social, la presunta fijación de precios engañosos para los clientes… y el mencionado sistema para evitar emplear todo el combustible que marca la directiva europea.

Puede consultar este documento pinchando aquí.

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