Alteración hasta en la numerología

Dos graduadas en Derecho relatan los problemas en el examen de acceso a la abogacía en catalán

Dificultad para citar las leyes en el lenguaje regional. La versión B de la prueba es distinta a la manejada según el territorio

Licenciados en derecho preparados para hacer el examen de acceso a la abogacía.
Licenciados en derecho preparados para hacer el examen de acceso a la abogacía.

El primer examen de acceso a la abogacía de 2017 también se pude realizar en catalán. Dos graduadas en derecho, hablantes de catalán han descrito las dificultades de examinarse en dicha lengua.

Desde 2016 se pueden realizar en catalán. El decano del colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) y el presidente de la Abogacía Catalana, Oriol Rusca, firmaron el convenio que permitió que el 29 de octubre de ese mismo año el examen de acceso a la abogacía se pudiera hacer en la lengua catalana.

El 25 de febrero, se celebró la primera prueba de evaluación de la aptitud profesional para el ejercicio de la profesión de abogado de 2017, a la que se ha inscrito un total de 5.409 aspirantes. Es la quinta vez que se convoca este examen desde la entrada en vigor de la Ley 34/2006.

Pues bien. El Confidencial Digital ha podido saber que este año la prueba en catalán presentaba una serie de errores que aumentaban la dificultad de la prueba. Este confidencial ha hablado con dos graduadas en Derecho, que han descrito las dificultades de examinarse en la lengua catalana.

Explicaron a ECD que ambas son hablantes de catalán y es la lengua que utilizan habitualmente tanto de forma oral como escrita. Nos relatan una serie de dificultades y despropósitos para hacer el examen en su lengua. De hecho, una de ellas ha optado por hacerlo en castellano y la otra ha preferido hacerlo en catalán a pesar de las dificultades.

Las dos examinandos consultadas coinciden en decirnos que pocas personas solicitaron el catalán en cada sala (4 de 60 o 6 de 80, según el caso que quien quería hacerla en catalán debía superar algunas, que a continuación detallamos a partir de su consulta:

  1. El castellano es la única lengua en la que el BOE actualiza los cambios de las leyes y normativas. Muchas preguntas se responden directamente con el texto de la Ley, pero encontrar una versión obsoleta puede llevar a errores. Estudiar a partir de los textos en catalán, por tanto, es un riesgo ya que obliga a estar pendiente de todas las actualizaciones de forma manual. En cambio, quien estudie a partir de las versiones en español le basta con consultar las versiones consolidadas que se publican en la web del BOE. Este hecho, ya lo denunciamos en el informe Balanzas Lingüísticas 2.015 , que advertía, además, que sólo las versiones en castellano tienen validez interpretativa.
  2. Incertidumbre sobre si el examen se podría realizar en catalán. A pesar de los esfuerzos de la Administración de Justicia catalana, el derecho de examinarse en catalán no era percibido como asegurado. Si bien el Ministerio de Justicia lo comunicó el pasado día 14 de febrero, también es cierto que los alumnos de máster de acceso a la abogacía de la UB recibieron el pasado 18 de febrero un correo en el que se les decía que la habilitación del modelo en catalán dependería del número de aspirantes. Esta información provenía de una charla informativa de la presidenta de la comisión evaluadora, Eva María Fernández Cifuentes, realizada el 25 de enero.
  3. La versión en catalán presentaba deficiencias en la numeración de las preguntas y una versión diferente según el territorio. Como se puede comprobar en la web del Ministerio, el modelo B en catalán presentaba una numeración que rompía con el orden de aparición de las preguntas. Además, se preparó una doble versión en catalán, una para el Valencia y una para Cataluña y las Islas, con una versión dialectal diferenciada, lo que no se hace para las diferentes variedades de castellano que se hablan en todo el Estado.
  4. La versión en castellano se ofrecía por defecto, mientras que la versión en catalán debía solicitar. Las versiones por defecto siempre tienen más posibilidades de ser elegidas por las personas que tienen una preferencia poco clara dado que marcan una normalidad sobre la que no hay que decidir y una opción específica que se debe solicitar expresamente.
  5. El castellano es la lengua principal en la formación para el ejercicio de la abogacía. Más allá del grado diferente de presencia del catalán según la universidad en que haya estudiado cada estudiante, el hecho de que la justicia sea un mundo tan altamente castellanizado genera que la oferta de clases en catalán sea más baja. Se da el caso que en el máster de acceso a la abogacía, la formación era en catalán y castellano, pero los materiales en catalán de las asignaturas en catalán incluían los textos literales de las leyes en castellano.

 

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