La política penitenciaria del Gobierno sueco, puesta en cuestión por una serie de evasiones sucesivas
La política penitenciaria del actual Gobierno socialista sueco, considerada demasiado “liberal” por la oposición conservadora, ha sido puesta en cuestión por una serie de evasiones en serie que se han producido en el país, y también por el aumento de la criminalidad.
La política penitenciaria del actual Gobierno socialista sueco, considerada demasiado “liberal” por la oposición conservadora, ha sido puesta en cuestión por una serie de evasiones en serie que se han producido en el país, y también por el aumento de la criminalidad.
En unos pocos días se han registrado dos fugas seguidas. A finales de julio se escapó un célebre atracador de bancos, Tony Olsson, antiguo responsable de un grupúsculo pro nazi, que había sido capturado después de tres evasiones. Está condenado a cadena perpetua por un caso en el que murieron dos policías.
Una semana más tarde, en agosto, tres reclusos, condenados a largas penas, lograron escapar de un establecimiento de alta seguridad cerca de Estocolmo.
El Ministro de Justicia, cuya dimisión es exigida por la oposición, ha prometido reforzar las medidas de seguridad en las cárceles, y construir “en cuanto sea posible” un prisión destinado a los presos más peligrosos. En ella, los detenidos no tendrán contacto entre ellos y serán vigilados día y noche mediante cámaras de vídeo.
