Los bancos de las ‘tarjetas revolving’ intentan cerrar acuerdos extrajudiciales para evitar una avalancha de denuncias

La sentencia del Tribunal Supremo de marzo dictamina que los intereses de este producto son “usurarios”. Más de 3.000 afectados han iniciado los trámites para emprender acciones legales

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La sentencia del Tribunal Supremo del pasado 4 de marzo dictaminó que los intereses que se cobran por las ‘tarjetas revolving’ son "usurarios". Para evitar una avalancha de pleitos en los juzgados, algunos bancos están intentando dirigirse directamente a los clientes. Contactan con ellos y les ofrecen una cantidad que, en la mayoría de los casos, es menor que la que luego tendrían que pagar en los tribunales.  

Los expertos calculan que puede haber al menos dos millones de afectados por esta sentencia que dice, básicamente, que cobrar un interés del 27% es excesivo. Las ‘tarjetas revolving’ son un tipo de crédito que permite disponer de un dinero como préstamos de consumo la gente lo suele utilizar para compras habituales o emergencias en casa. 

Clientes que acumulan intereses de años 

Precisamente, para emergencias como averías en el coche o para algunas compras a las que su sueldo de 700 euros no llegaba, eran los motivos que mantuvieron a Pedro Darias más de siete años con una de estas tarjetas. 

“Te lo ponían muy fácil, sin gastos de apertura decían y sin comisiones”, explica el afectado. Se la hizo cuando solo tenía 23 años y lo máximo que llegó a adeudar fueron 4.000 euros. “La dejé de usar durante un montón de años para saldar la deuda pero pasaban los años y yo seguía pagando y pagando”, explica Pedro. Para terminar de pagar tuvo que pedir un crédito a su banco de 2.000 euros y quitarse la deuda completa.  

Pero una vez la hubo saldado, Pedro se planteó denunciar. “Me metía en foros y leía lo que recomendaba la gente”. Su sorpresa llegó cuando consiguió mucho más dinero del que se esperaba. 

Las estrategias de los bancos

La ‘tarjeta revolving’ de Pedro pertenecía al grupo Carrefour. Cuando la empresa vio que el afectado estaba interesado en denunciar, contactaron con él para ofrecerle una especie de contraoferta por 3.500 euros. Pedro decidió continuar con el pleito y consiguió 7.000 euros de todos los intereses que había pagado a lo largo de los años. 

“Intenté acceder a los extractos de todos los años y no me dejaban”. En la web solo le permitían ver los extractos de 2013 en adelante, tres años más de cuando él se abrió la tarjeta. Carrefour le ponía trabas continuamente para que no tuviese los datos al completo. 

”Es una práctica habitual”, dice Cristina González, abogada de la plataforma Reclama Por Mí. “Nosotros informamos a la empresa de la situación por si quiere llegar a un acuerdo antes, pero nunca nos contestan. Simplemente, a veces, se ponen en contacto directamente con el cliente para hacerle una oferta y evitan que los abogados estén de por medio”, explica. 

Además, los legalistas explican que la pandemia está intensificando los contactos entre bancos y afectados para evitar una avalancha en los tribunales “Se suele aprovechar de la situación en la que están ahora mismo, intentando buscar algún tipo de negociación, que tratan de evitar una reclamación judicial y evitan pagar una parte de lo que realmente le corresponde”, dice Javier Moyano CEO de la empresa. 

 

Avalancha de reclamaciones

Plataformas como estas se han convertido en una vía más sencilla para que los afectados comiencen este tipo de pleitos. En estos tres meses han recibido más de 3.000 consultas de afectados para iniciar los trámites legales. 

“Por un crédito de 1.000 euros se puede estar pagando 12 meses sin haber amortizado casi nada”, cuenta Moyano. “Estamos hablando de que entre el 60-70% de lo que se paga son intereses”, dice. 

Los expertos hablan de dos perfiles de afectados: por un lado están los que pagan religiosamente su cuota, es una cuantía pequeña que no les preocupa y no se fijan en los intereses por eso pagan y siguen pagando. Por otro lado están los que tienen necesidades económicas y al final, terminan asfixiados. 

La sentencia que puede cambiar millones de casos

Por eso, después de esta sentencia del Supremo, se puede producir una avalancha de denuncias en los tribunales. Las empresas más afectadas son Bankinter, Caixabank, Sabadell, Creditea, Carrefour y BBVA.  

El Pleno del Tribunal Supremo ha señalado que las tarjetas de Wizink, con un 27% de interés, son usuarias y no ha admitido el recurso que la citada entidad financiera había interpuesto. 

Una clienta con un interés del 26% y cierta antigüedad, el abogado solicitó la nulidad del contrato por usura para que se devolviera la diferencia entre lo pagado y lo financiado. El Juez de primera instancia dijo que sí en la Audiencia de Cantabria. El Supremo viene a confirmar la doctrina del 2015 en la que señalaba que las 'revolving' debían compararse con créditos de consumo. 

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