Condenado por abuso de poder un sargento que humilló a un soldado y utilizó letras de un rap sobre sus defectos físicos

La canción sonaba en los coches de las tropas: “vecchia, ven aquí a la derecha de tu amo”. La víctima sufría un problema de cadera y terminó por no ser renovado en el Ejército

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Militares españoles y extranjeros regresan de Mali. Imagen de archivo

“¿Con ese cuerpo eres capaz de follarte a tu novia?”, le espetó un sargento del Ejército de Tierra de Las Palmas de Gran Canaria a un soldado que tenía problemas de movilidad en la cadera. Por frases de esta guisa, un tribunal militar acaba de condenar al suboficial por abuso de poder al intentar corregir “a su manera” a su subordinado por el que “tenía fijación”. 

Lo que sufrió el soldado -descrito en una sentencia a la que ha tenido acceso Confidencial Digital- es un caso de acoso laboral en toda regla. No solo por parte del sargento, también sus compañeros le humillaron durante años hasta que finalmente en 2015 no renovaron su compromiso en las Fuerzas Armadas (FAS) y tuvo que abandonar. Ahora el soldado solicitará a la ministra de Defensa su reincorporación, según ha confirmado su abogado Antonio Suárez-Valdés. 

El sargento J.L.M. y el exsoldado coincidieron entre enero de 2010 y finales de 2010 en la brigada de infantería ligera de Canarias. El rendimiento profesional del denunciante era deficiente y sus errores, despistes y fallos continuos dieron lugar a todo tipo de bromas y mofas. 

Esta falta de habilidades del soldado fue aprovechada por el sargento para destacar y provocar la hilaridad del resto de compañeros. “Tiene el cuerpo raro”, “es que está mal hecho”. 

Utilizaban el apellido del soldado Gilbert (nombre ficticio) para referirse a los fallos o torpezas que se cometieran en la Unidad como “gilbertadas” o “no seas como Gilbert”. Algo de lo que el sargento en cuestión participaba e incluso iniciaba, según ha considerado acreditado el tribunal togado. De hecho, el sargento llegó a manifestar durante el juicio que Gilbert había sido el peor soldado que había tenido nunca en la carrera militar. 

El rap sobre ‘vecchia’ 

Sus compañeros le hicieron dos canciones a ritmo de rap donde, con las exageraciones propias de una canción compuesta en burla, relataban las vicisitudes personales y profesionales del soldado: “Es el terror de la compañía, no le mandan na’ porque nadie se fía, tiene flow tiene swing tiene su tontería, ¿no has visto cómo anda? parece que esquía”.  El denunciante padece un defecto en los pies que le produce una mala pisada y le genera una mala postura, lo cual le impide correr con normalidad. 

La canción fue pasando de Whatsapp en Whatsapp y se acabó escuchando en vehículos particulares de las tropas. Aunque el sargento no participó en ella, había una voz que lo imitaba en la frase: “Vecchia, ven aquí a la derecha de tu amo”. El suboficial era, sin embargo, perfecto conocedor de la existencia de estas letras porque, de hecho, se la pusieron al llegar a Afganistán en 2011. 

El sargento lo apodó entonces “Vecchia” (vieja en italiano) y lo llamaba a voces: “Vecchia ven aquí a la derecha de papá” o “Vecchia ponte aquí a la derecha de tu amo”. 

Golpes en el pecho para corregirle 

Las canciones no eran el único tipo de violencia que se utilizaba. Cuando Gilbert cometía un error le daba un golpe en el pecho. Estos no produjeron ninguna molestia física, pero según el denunciante sí le avergonzaban. De hecho, una de las 14 testigos a las que se tomó declaración durante la vista, dijo que en su momento creía que los golpes que daba el sargento era algo normal, pero que a día de hoy, once años después, lo considera violencia. 

 

Otro de los testigos, un cabo, aclaró que el sargento se obsesionó con Gilbert, que lo enfiló y que decidió disciplinarlo a su manera. El soldado acabó siendo la mascota de la unidad, dijo. 

Una denuncia tardía 

El soldado esperó para denunciar cuando ya no formaba parte del cuerpo militar. Este fue el argumento de la defensa que considera la acusación como una venganza por no haber sido renovado por el Ministerio de Defensa. 

Sin embargo, los magistrados togados no compran esta versión porque cuando Gilbert no fue renovado ya no estaba bajo las órdenes de este sargento. Además, entienden que haya presentado la denuncia tarde como un intento de mantenerse en el cuerpo militar a toda costa. 

Según la Sala es “perfectamente entendible” que tardara en poner la denuncia porque además todos a quien les contó su sufrimiento trataban de persuadirle diciendo que estaba en el ejército, que las cosas eran así o que “entre ellos se protegían”. 

Los magistrados togados se apoyan en el artículo 47 del Código Penal Militar que castiga al “superior que tratare a un subordinado de manera degradante, inhumana o humillante” y le condena a una indemnización de 800 euros a Gilbert por daños morales; así como a dos meses y un día de prisión con suspensión de empleo militar y derecho a sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. Para el letrado Suárez-Valdés esto es una “condena modélica en los tribunales militares que viene a marcar un listón de tolerancia cero hacia el acoso en el ámbito de las Fuerzas Armadas”. 

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