Un electricista que sufría vértigos gana la batalla a la Seguridad Social y consigue la incapacidad absoluta

Una jueza concluye que no puede trabajar en ningún oficio porque su dolencia le provoca estar de baja de forma continua

Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Un electricista que padece una enfermedad llamada Síndrome de Méniere ha logrado que la justicia le conceda la incapacidad absoluta a pesar de que la Seguridad Social le había dado la permanente, es decir, que no puede ejercer su profesión habitual pero sí otras. En cambio, la jueza ha considerado que el empleado no puede trabajar en ningún oficio.

La enfermedad de Méniere es, según MedlinePlus, un trastorno del oído interno que puede causar mareos, un sonido de rugido interno llamado tinnitus, pérdida de audición que aparece y desaparece y, también, sensación de dolor. Esta enfermedad no tiene cura pero se puede controlar con medicamentos y limitando la sal en la dieta. En ocasiones se necesita cirugía. 

Según han explicado fuentes del despacho de Campmany Abogados a Confidencial Digital, la enfermedad ha provocado que el electricista perdiese parte de su audición y que también le generase líquido endoencefálico en los oídos. A consecuencia de ello, necesita llevar aparato.

Además, aproximadamente tres veces al mes el trabajador se tiene que coger la baja al sufrir vértigos muy fuertes que le hacen estar durante varios días en la cama. Desde el despacho han señalado que “sólo una semana al mes está bien”. Asimismo, según la sentencia, el electricista también padecía ansiedad.

Tras acudir a la Seguridad Social con un informe médico para dejar constancia de que no podía trabajar, ésta le concedió sólo la incapacidad permanente total para su profesión habitual de electricista y el 55% de la pensión. El Instituto Nacional de la Seguridad Social consideró que su enfermedad sí le permite ejercer otras profesiones. 

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Al no estar de acuerdo, demandó a la Seguridad Social para reclamar el 100% de la pensión y que se le otorgara la incapacidad permanente absoluta al no poder ejercer ningún oficio. La jueza le ha dado la razón.