El juez de ‘Gürtel’ no fue el único: el instructor del caso Villarejo también ordenó un barrido de micrófonos en su despacho

Buscaba dispositivos de escuchas colocados de forma irregular para espiar la investigación de los Policías

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El comisario José Manuel Villarejo por fuera de la cárcel de Estemera

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ordenó un barrido de su despacho para saber si había dispositivos de escucha insertados de forma irregular. Así lo confirman varias fuentes de la sede judicial que enmarcan este hecho un tiempo después de iniciar el caso ‘Tándem’ que investiga todo lo relacionado con el comisario José Manuel Villarejo. 

Esta revelación tras la declaración del inspector jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) Manuel Morocho quien aseguró que el magistrado Pablo Ruz, también se planteó un barrido de su despacho mientras investigaba la corrupción del PP en el ‘caso Gürtel’. 

Morocho, encargado de las pesquisas relacionadas a identificar a los creadores y receptores de la ‘caja B’ del partido, relató ante el juez del caso ‘Kitchen’ “presiones” de todo tipo y “unas condiciones penosas” de trabajo que no solamente le afectaron a él como agente sino que llegaron hasta el instructor del Juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. 

Los niveles de desconfianza del juez Ruz le llevaron a pensar que podían haber instalado micrófonos en su propio despacho y le planteó al inspector la posibilidad de hacer un barrido para detectarlos. Si bien, el agente lo desaconsejó esgrimiendo que esta operativa recaería sobre las mismas personas que podrían haberlo colocado. 

Lo que no sabía Morocho durante su relato es que el propio juez al que le hablaba, Manuel García Castellón que lidera ahora las indagaciones sobre la ‘operación Kitchen’, también ordenó un barrido de micrófonos de varios despachos en la Audiencia Nacional tiempo después del inicio de la investigación de toda la trama de Villarejo que comenzó en 2017. 

Este barrido sí se llevó a cabo por las sospechas del magistrado de que alguien pudiera estar espiando sus actividades para esclarecer las actividades irregulares de la cúpula policial y el Ministerio del Interior en la etapa de Mariano Rajoy. 

¿Barridos comunes? 

El entorno del juez García Castellón confirma que esto ocurrió, pero resta importancia a la operación para detectar dispositivos ilegales que en ocasiones realiza la propia Policía y en otros casos la Guardia Civil. Sin embargo, fuentes de este último cuerpo aseguran que no es algo tan común hacerlo en despachos de magistrados y que el caso ‘Tándem’ (como se conoce la macrotrama sobre Villarejo) es especialmente delicado por tratarse de una investigación contra los propios agentes de la Policía. 

Para dichos barridos se utiliza un detector de señales radioeléctricas que es capaz de identificar a través de ondas dónde está exactamente ubicado el dispositivo de escuchas. Según fuentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, sonorizar un despacho es relativamente fácil para quien sabe del tema, por ejemplo colocando un pequeño micrófono imantado debajo de una silla. A través del ruido que las ondas generen durante el barrido, los agentes son capaces de identificar estos micrófonos. 

 

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