Las mascarillas llegan a las cárceles españolas con retraso: siete días para emitir una orden

Instituciones Penitenciarias envió la resolución para imponer su uso una semana después de la instrucción de Sanidad

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Las mascarillas han llegado a las cárceles bastante más tarde que a la calle. El Gobierno publicó el pasado 19 de mayo una orden en el BOE que regulaba las condiciones de uso obligatorio de las mascarillas. Los funcionarios de prisiones se habían quejado porque no tenían ninguna regulación para los internos. Instituciones Penitenciarias acaba de enviar una resolución a las cárceles españolas para regularlas. 

La obligación de llevar mascarillas en sitios públicos cerrados y al aire libre cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad entró en vigor hace ya más de una semana. La orden de Sanidad considera necesaria esta protección para evitar la expansión del virus. 

Por el contrario, fuentes de prisiones, aseguran que hasta hace un día ningún preso tenía mascarilla porque no habían recibido órdenes al respecto. En los módulos es muy complicado respetar la distancia de seguridad y, por eso, el sindicato CCOO envió una carta a Instituciones Penitenciarias pidiéndoles que regularan este aspecto. 

“Si los ciudadanos tienen la obligación de llevar mascarillas, los presos también”, explica Silvia Fernández, secretaria de CCOO, a Confidencial Digital. “Y más cuando hay talleres de producción que durante la pandemia los han estado haciendo”. 

La orden llega tarde, pero llega 

Instituciones Penitenciarias ha enviado a las cárceles de su competencia este 26 de mayo una resolución en la que ya regula la utilización de mascarillas. 

A partir de este momento los internos con sintomatología de sospecha o casos confirmados tendrán que llevar esta protección en todo su periodo de aislamiento. También los que se encuentren en un módulo específico de cuarentena, incluido el departamento de ingresos. 

Los internos que desempeñen trabajos fuera del módulo como limpieza de las zonas comunes, reparto de comida, cocina, talleres productivos o economatos tendrán que llevarla siempre; así como todos aquellos que transiten por las zonas comunes. 

Para salir de prisión, bien sea al hospital, diligencias judiciales o traslados también será necesaria la protección. Y lo mismo con las visitas de familiares.

En principio, el único lugar que queda libre de su utilización es el propio módulo porque Instituciones Penitenciarias lo considera “su propia casa”. 

 

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