Finlandia y Suecia a punto de entrar en la OTAN, ¿qué consecuencias podría tener?

Mientras la ofensiva Rusa continua en el este de Ucrania, cada vez son más países europeos los que quieren formar parte de la OTAN. Es el caso de Finlandia y Suecia, territorios que históricamente han sido neutrales y que ahora están muy cerca de integrarse en esta alianza militar.

Los dos países podrían solicitar su admisión este mismo verano después de la cumbre que tendrá lugar en Madrid los días 29 y 30 de junio y a la que acudirán los principales líderes de la organización. Esta reunión ya se considera como la cumbre del siglo por el contexto en el que se desarrolla.

La OTAN sumaría así dos nuevos miembros, pasando de 30 a 32 países integrantes, aunque para ello se requiere de un proceso previo que, pese a que es más sencillo que la incorporación a la UE, por ejemplo, también requiere de un tiempo. Aproximadamente se necesitan unos 4 meses y que los 30 miembros voten a favor de esta incorporación. El problema reside en que cada país debe ratificar esta decisión en su respectivo parlamento.

Posibles consecuencias

Por su parte, Rusia ya avisó hace unas semanas sobre esta posible incorporación y las consecuencias "políticas y militares" que esto puede suponer. Resulta difícil predecir que podría pasar cuando esto ocurra, pero el mundo se encuentra en una tensa calma. Los dos países pueden resultar fundamentales en un posible enfrentamiento con la potencia rusa. Primero porque Finlandia comparte una frontera de 1300 kilómetros con Rusia, mientras que Suecia se sitúa a apenas 200 kilómetros de la misma. En segundo lugar porque supone un aumento de más de 60.000 militares aportados por Finlandia y más de 50.000 ofrecidos por Suecia.

A esto debemos sumar la relación poco amistosa entre estos países, especialmente en el caso de Finlandia. No olvidemos que la Unión Soviética tuvo un gran peso en la guerra civil finlandesa. A día de hoy sigue siendo un tema tabú en el país norteño.

Ahora más que nunca sobrevuela la idea de un conflicto a gran escala entre Rusia y la OTAN, lo que podría desencadenar en un catástrofe internacional. Para muchos expertos supondría el inicio de una Tercera Guerra Mundial. Es cierto que resulta imaginarse un escenario de estas características. Las dificultades en las que se está viendo Rusia para conquistar Ucrania están dejando al aire las debilidades de su ejército, por lo que cabe suponer que un conflicto abierto con la Alianza no es la mejor opción. Sin embargo, la idea de una guerra en Europa tampoco era algo previsible y finalmente ocurrió. Se espera cualquier desenlace, más ahora que Putin siente que su país está amenazado.

Lo que está quedando claro es que la guerra en Ucrania ha provocado un terremoto en Europa. Finlandia y Suecia abandonan la neutralidad militar. Centrándonos en esto, la idea de unir fuerzas con la OTAN ha crecido ampliamente en Estocolmo y Helsinki. En Suecia, el apoyo de las calles ha pasado de un 35% a un 46%, mientras que en Finlandia ya se supera el 60%. De hecho, recientemente, uno de los socios del gobierno de coalición finlandés, que siempre criticó la adhesión de Finlandia en la OTAN, cambió su opinión y apostó por apoyar la unión de su país con la Alianza.

Además, las acciones para alejar a Ucrania de Occidente han provocado el efecto contrario. Destaca también que Alemania ha puesto fin a su política no armamentística.