Sarah Sanders: "Yo he sido más madrileña que… que el torrezno servido en cualquier bar"

Hablamos con la actriz en una entrevista muy personal en la que afirma que los años le han ayudado a aceptarse y a quererse tal y como es

Sarah Sanders.
Sarah Sanders.

Buenas tardes Sarah. Lo primero de todo, ¿de dónde eres?

Uy, que pregunta tan bonita. Pues mira, soy española de nacimiento. Nací en Torrejón de Ardoz. Mi padre americano. Mi madre inglesa. Mi padre había sido militar, pero no lo era cuando yo nací y mi padre es afro descendiente, mi madre inglesa de Londres. Se abrieron una galería de arte en Medinaceli, en Soria, antes de que yo naciera. Yo nací en Madrid en la base aérea de Torrejón y aquí estoy.

Vamos que eres una mujer de mundo

Pues mi mundo es pequeño, pero sí de mundo.

Bueno, cuéntame un poquito sobre tu profesión que como ya sabemos eres actriz, humorista, has sido modelo…

Bueno he trabajado durante muchísimos años; empecé como modelo, seguí como actriz con pequeños papeles, hasta que me ofrecieron un papel en una película que, como no hablaba, acepté, se llamaba “La mujer de tu vida”. He tenido mucha suerte, que me considero una actriz afortunada porque he trabajado mucho y con gente maravillosa.

Así que empezaste a trabajar en cine directamente como modelo y después en cine como actriz

Empecé en el cine como modelo, efectivamente, en “Yo soy el que tú buscas” y empecé con Hermida. Era una de las que hacían los desfiles por las mañanas, sobre todo de bañadores y cosas así.

¿Cuándo te empezaste a dedicar profesionalmente a ello?

Hombre, profesionalmente era siempre porque cobraba por lo que hacía, pero obviamente yo no me consideré actriz hasta que hice teatro. Cuando llevaba casi doscientas cincuenta funciones, recuerdo que el regidor me dijo: “Deja de decir que eres modelo porque eres actriz”. En ese momento me sentí más actriz sinceramente y seguí por ese camino del teatro que me enseñó a medirme y a entenderme, a tener una relación con el público y a soltarme y dejarme llevar por el personaje.

sarah-libro

¿Cómo te sentiste al ser la única mujer humorista en el mítico “No te rías que es peor”?

Pues fue por casualidad. A mi siempre me ha gustado contar chistes desde muy pequeña. Soy además de chistes muy sencillos y tontos, pero son los que me gustan.

La acogida fue fantástica y el trato fenomenal. Yo lo pasé muy bien y con unos compañeros excelentes.

Claro porque en esos años era diferente la profesión. Actualmente ha cambiado muchísimo el panorama actoral…

Todo. Sí, en ese momento la verdad es que para mi, en mi ingenuidad, pensé que no pasaba nada por hacer humor en televisión. Pero claro, una vez que me convertí en humorista, perdí muchísimo trabajo como actriz, ya no se me consideraba como actriz. Entonces para mi fue una decepción porque yo en esencia soy actriz.

 

Y bueno, no pude ser una humorista actuada todo el tiempo tampoco y es verdad que el humor en aquel momento era muy diferente, se podía decir cualquier cosa. Yo no tenía filtros, casi nadie tenía filtros, pero el espectador tampoco. Entonces el espectador era muy receptivo al humor que hacíamos en “No te rías que es peor” porque lo importante no era el “por qué” sino “el qué” y reírse. Es una conexión entre dos personas cuando está sutilmente dicho o 'a lo bestia'.

¿Y cuál fue el mayor momento de esplendor en tu carrera?

Yo podría decir que subirse al escenario con Juan Luis Galiardo fue muy importante para mí, el saber que lo podía hacer, que podía hacer un mano a mano con él. Para mí personalmente, a lo mejor para los demás quizás no, pero eso y trabajar con Paco Rabal y con Rafael Alonso en una gloria nacional, pues me sentí muy bien. He he trabajado con gente estupenda y me he divertido mucho presentando programas, otras veces no tanto pero... he disfrutado mucho de mi profesión y he aprovechado todas mis oportunidades. Es verdad que antes tenía más oportunidades y en esa época no había demasiados actores marginales o si los había, yo no los conocía. 

Bueno, sabiendo que te dedicas a tu pasión, que lo disfrutas, ¿hay algo en especial que disfrutes más? Cuando te subes a un escenario, cuando te pones delante de una cámara… Porque sabemos que, además de ser actriz, eres presentadora y humorista, has hecho un montón de cosas. Entonces, ¿con qué te quedarías de todo eso?

Pues si te soy sincera, cuando más feliz he estado ha sido en “De Pe a Pa”, un programa que hice en Chile con Pedro Carcuro,  un ser humano extraordinario, con muy buen sentido del humor, con mucho carisma, con mucha inteligencia y los mano a mano que tuve con él los considero los momentos creo más gloriosos para mi, como ser humano y como artista. Primero, porque él me alimentaba los chistes, me ayudaba, me llevaba muy bien y estaba muy tranquila. Por ejemplo, en Viña del Mar (Chile) fue una oportunidad muy grande, pero lo pasé fatal, unos nervios horribles. Salir delante de cuarenta mil personas y ser la primera mujer humorista

El día anterior, ver al humorista que le habían tirado tomates, lechugas y de todo, y eso impone –comenta entre risas– pero luego fue muy gratificante el saber que llegué a tanta gente en ese momento y a través de Latinoamérica mucha gente me ha reconocido. Ahora que llevo el pelo corto no tanto…pero antes sí.

Bueno, ya que has mencionado Chile, ¿cómo fue tu experiencia por allí? También estuviste en Argentina, ¿verdad?

Sí, me ofrecieron una película en Venezuela que se llama “Piel”, en la que hacía de madre de la protagonista. Estuve en Venezuela pues casi dos meses y algo rodando la película, muy bien tratada y muy contenta con el resultado. Era una mamá veterinaria, lo pasé muy bien. Estando allí un programa que se llamaba “Humor a primera vista”, que tiene una anécdota muy graciosa: cuando llegué los humoristas que presentaban dijeron “y ahora viene una humorista de España” entonces yo bajé y me puse a contar chistes. Bueno, nos morimos de la risa, de esto que sabes que está quedando perfecto. Por fin dicen “corten” y llega el productor y dice “ha sido magnífico, magnífico, pero… ha quedado demasiado largo, tenemos que repetir” y yo no me lo podía creer – comenta entre risas –.

Total que me subo a la escalera y estoy arriba y de repente oigo: “Y ahora, con nosotros la magnífica, la estupenda, la divertidísima, la encantadora, la guapísima: Sarah Sanders”. Así quedó muy bien y bueno, repetimos más o menos porque además habían salido cosas antes que recuperamos

Y entonces de ese programa me invitaron a ir a un programa en Chile que se llamaba “De Pe a Pa” y me fui a Chile. Yo fui para un programa, pero me acabé quedando tres programas y entre el segundo y el tercer programa, me ofrecieron ir Argentina, al programa de “Hola Susana” también a contar chistes y que allí se llaman cuentos. Y fui al programa de “Hola Susana” y también, pues fui para un segmento y acabe haciendo tres.

Cuando terminé me dijeron me dijeron que Susana Giménez tenía un pedal o un botón que si el invitado no le gustaba, le daba con el pie y empezaba a sonar el piano y te largaba. Y dije “menos mal que no me habéis dicho esto antes porque hubiera estado todo el rato pensándolo”.

Y luego volví a Chile a hacer unos cuantos programas más. Y luego, pues me invitaron a “Viña del Mar” y mi representante no sabía que era conflicto, porque eran televisiones diferentes así que mi aventura chilena pues acabó un poco triste porque a mí me hubiera gustado continuar en “De Pe a Pa”.

Sabiendo que, lo que hablábamos antes, eres una mujer de mundo; no es que sólo hayas estado en España, sino de además has trabajado en Sudamérica y has vivido en Los Ángeles, ¿verdad?

Sí he estado en Los Ángeles once años y medio y a pesar de lo que todo el mundo piensa, yo no me fui allí a trabajar. Mi primera intención era conocerlo y tuve la suerte, como la tengo siempre, de conocer a una persona maravillosa que me llevó a un show que se llamaba “The Seventy Show” y viendo aquello me di cuenta de lo mucho que tenía que aprender. Al final me quedé por unas cosas y por otras. Me había separado de mi marido español, fui a hacer unos cursos, porque obviamente también es diferente el idioma. Aunque yo soy totalmente bilingüe, yo hablo inglés muy poco en España. Entonces hablaba con mis padres, mi familia, pero pero hablar profesionalmente era otra cosa. Necesitaba un poquito eso, entrenar el músculo y me gustaba.

Hice un par de programas de televisión, una película y luego, pues conocí a mi segundo marido y me casé y ya saben, ya te quedas y me quedé hasta que bueno, adopte a mi hija, que es maravillosa y y luego ya me quedé ahí hasta que me separé y he vuelto a casa.

O sea que volviste a España por esa razón. Te fuiste sola a LA, con la experiencia que cogiste allí y con una hija volviste a casa.

Sí, porque primero, como en casa no se está en ningún sitio. Yo todo el tiempo que estuve en Los Ángeles cuando me preguntaban de dónde era, siempre decía que era española de Madrid. Es verdad que España ha cambiado mucho desde que me fui, han sido años muy cruciales donde el cambio ha sido drástico y en Estados Unidos yo no entraba realmente ninguna categoría porque no soy lo bastante americana o afroamericana como para hacer ese tipo de personajes. Y no soy lo bastante latina como para hacer ese tipo de personajes, con lo cual me vi mucho más limitada. Aquí me sentía en una pecera pequeña como un pez mediano, pero allí me sentía un mini pez, una gula prácticamente que decía “me comen las ballenas”. Y entonces creo que ser honesto con uno mismo es de las cosas más importantes para poder vivir e intentar hacer algo que que es demasiado esfuerzo para lo que no estás preparado me parece perder el tiempo.

Es verdad que aprendes y también uno debe aprender sus propias limitaciones porque sin eso no puedes hacer nada.

Has comentado que volviste con tu hija y tu eres artista, te dedicas a una profesión…complicada, vamos a llamarla. ¿Cómo es compaginar la vida familiar, la vida personal, tener una hija con tu profesión?

Pues no es fácil, pero vamos, lo han hecho muchas mujeres antes que yo y lo seguirán haciendo porque es una tarea al final de la mujer, compaginar todo.

A veces tienes suerte tienes un buen compañero de viaje, pero en esencia ser madre es también algo que una elige y yo siempre quise ser madre.

He tenido la gran suerte de tener una hija que vamos, siento que el universo la ha hecho para mí y es verdad que mi hija es muy artista, entonces supongo que por eso me eligió para vivir en este mundo. Pero yo creo que que según ella va creciendo yo también me estoy relajando y puedo trabajar mejor. Cuando tienes un bebé, una niña pequeña, la responsabilidad te come y al final los trabajos que hacía cuando mi hija era más pequeña sufría mucho por la separación. Pero también se que es bueno a veces para los niños adaptarse a las circunstancias y mi hija es muy adaptada a las circunstancias.

Es una profesión que si tienes libertad, es decir, si no tienes vínculos, si no estás atado, le puedes dedicar mucho más tiempo y obviamente avanzas mucho más rápido.

Y has comentado antes también que los años que estuviste en Los Ángeles viviendo fueron muy gratificantes pero luego, al volver a España, había cambiado muchísimo, la España de antes con la España actual...

Si a nivel cultural, a nivel estético, a nivel costumbrista incluso. A mi me sorprendía mucho que de repente que en vez de 'pescaditos' vendieran pizza y ese tipo de cosas que yo detesto, las deteste allí y las detesto aquí.

Creo que estamos perdiendo un poquito de nuestra identidad. Me parece muy bien que haya de todo para todos, pero creo que es muy importante apoyar lo que nos hace nosotros. O sea, yo ahora me siento más española después de estar en América que cuando fui, porque es verdad que cuando fui a América eché tanto de menos las cosas que aquí que me abrumaba, yo decía “cómo puede ser que eche de menos comer, no sé, pues que me pongan una tapa, por ejemplo” o el sabor de la patata, unos huevos fritos con patatas que parecía una cosa rara para todos... Pues las cosas se echan mucho, mucho de menos, la verdad.

Y la fama en esos años no era lo mismo…

Yo me fui en 2003, acababa de entrar el euro y estábamos todavía con la peseta en la cabeza, llegue allí y tuve que ponerme a pensar en dólares y luego pues he vuelto y a pensar en euros.

Cuando yo me fui había gente de todo tipo pero no se como decirte… los bares eran más Castizos y todo sea era diferente…

Claro y las redes sociales también han influido mucho

No había, no había redes sociales. Mira, yo me fui en 2003 y sólo tenía tenía contacto con seis personas. No fue hasta el dos mil diez -el año antes de adoptar a Farah- que yo descubrí Facebook.

Ahí ya vi que había algunas personas, no muchas, pero empecé a poder comunicarme con personas, que para entonces, ya llevaban cuatro o cinco años sin saber de mi…

Y las redes sociales ¿te han afectado mucho también -para bien o para mal- en tu trabajo?

Yo amo las redes sociales. No las amo como: no soy una instagramer ni nada de eso; pero yo doy gracias a Dios todos los días por Facebook.

Yo tengo el máximo de personas que se pueden tener y sé que hay mucha gente que está esperando y no puedo, porque yo me pongo a buscar y toda la gente que tengo, la conozco. He podido recuperar a mi familia americana, mi familia inglesa, a mis amigos que se han ido fuera, a modelos con los que trabajé, a personas con las que fui al colegio… Para mi ha sido…una maravilla.

Yo sí soy una persona que me acuerdo de todas las cosas buenas que he vivido con las personas con las que las he vivido y a mí me gusta que sepan que les quiero.

Aunque sea sólo “Hola y adiós”, pero eso para mí me parece el mayor regalo de Facebook. Utilizarlo para vender y comprar…bueno, yo estudié de marketing y creo que hay que saber para hacerlo.

Yo cuando llegué aquí hace cinco años anticipé Instagram, quise crear una empresa para que la gente se hiciera vídeos caseros y tal y al final por unas cosas o por otras no pudo ser.

Pero no es que yo fuera más lista ni nada, simplemente lo había visto allí en LA. Los últimos castings que hice en Estados Unidos me pedían mi cuenta de Instagram y me pedía mi Facebook. Y ahora pues si ves en nuestra profesión, pues te piden eso también, antes de pedirte tu currículum.

Entonces creo que es necesario, que es bueno, porque una persona, un director por ejemplo en Portugal puede ver que clase de persona eres a través de tu Instagram.

Por eso no me gusta que mi Instagram sea todo postureo, me gustan que me vean como soy. Creo que una de las cosas que te da la edad es que de repente dices “es que soy así”. Obviamente, todo lo que pueda mejorar, fenomenal, pero quererme como soy; un día tengo buena cara, otro tengo mala cara, un día estoy contenta y otro estoy triste, otro día no tengo ganas de hablar con nadie y eso hay que aplicarlo.

Creo que están diseñadas de una manera muy buena por un lado y por otro lado es tiene sus cosas y que hay que tener cuidado y hay que saber sobre todo, hay que saber protegerse.

Bueno, cambiando un poco de tema y haciendo así un salto en el tiempo…

Sí, porque como contesto tan corto… (se ríe)

Vamos a hacer un salto muy grande del tiempo. ¿Cómo te ha afectado la pandemia en el trabajo porque Tu justo antes de la de toda la pandemia del coronavirus estabas trabajando mucho, estuviste en el teatro…

Estaba trabajando mucho sí, justo iba a hacer una segunda función.

Pero la pandemia me ha sentado muy bien a nivel introspección, es decir, yo soy una persona casera, quizá porque he salido mucho, no lo sé, pero siempre he sido casera. Yo ahora no me quedo en mi casa porque no puedo, pero a mí me gusta estar en casa. Tuve tiempo para estar con mi hija, un tiempo que ahora pues… cuando eres madre soltera, cada vez es menos y me dio por escribir. Entonces una de las primeras cosas que me ocurrió fue que me ofrecieron escribir en un libro que se llama “Confinados” con un montón de gente y escribí un poema que se publicó, y por ese poema me preguntaron si quería escribir un libro yo. Tenía la historia de mis padres en el corazón, en la cabeza y ya no me dolía hablar de ellos y me puse a escribir la historia de mis padres, ayudada por unas memorias de mi madre.

He hecho tantas cosas en la pandemia…. Escribí otra obra de teatro.

1636459077349

He descubierto quién está, quién no está. He he podido estar para gente que me he necesitado, me he sentido apoyada por la gente a la que quiero mucho…

Quiero decir, ¿que es cansino? Sí, vale, es muy cansino, ¿que es miedo? Yo es que no he tenido miedo, respeto absoluto sí, pero miedo no, porque si me toca me toca. O sea, que si es como lo de como lo de ir en coche, si te toca, te ha tocado.

Obviamente no vas a ir como un loco por la carretera para te pase. Pero quiero decir, he vivido con la consciencia de que había algo ahí peligroso que había que cuidar y, sobre todo, proteger a mi hija y proteger a las personas que quiero y mantenerme al margen y el teléfono forma fantástica de comunicarse, no tienes que ponerte la mascarilla para hablar por teléfono y ni te tienes que callar, te pueden poner en silencio, ¡entonces todo fantástico!

Así que profesionalmente aquí podríamos aplicar el dicho de: “No hay mal que por bien no venga”, porque al final, por unas cosas o por otras, acabaste escribiendo un libro que se llama “El arte de vivir”.

Sí, “El arte de vivir” se llama.

Y te basaste en la historia de tus padres, que al final es una salida profesional más. Cuéntanos un poquito más de tu ‘vena’ escritora.

A mi siempre me ha gustado escribir, eso no significa que lo haga bien, pero es verdad que yo soy de las que me pongo y lo hago: si me pongo a hacer punto algo siete bolsos y me pongo pintar, pinto cuarenta cuadros.

Entonces, me dio por escribir. Fue muy interesante porque fue un viaje desde la memoria, pero luego desde las historias que mi madre contaba: la perspectiva de mi madre, la perspectiva de mi padre y y sus dos mundos tan diferentes. Y yo siempre he dicho que eran unos valientes, pero hasta que te pones a escribirlo y lo lees y te das cuenta y estás metido en la historia del todo, no te das cuenta de la valentía absoluta de estas dos personas.

Primero ser de dos razas que no podía ni verse juntos, pues no podían tomarse un café en muchos sitios; no podían andar por la calle juntos, no debían; no podían coger el taxi juntos, no podían hacer muchas cosas juntos. Y de repente, de ahí a los dos aventurarse con una carrera como es el arte, meterse en una escuela de arte ya de por si es una valentía, sobre todo en los sesenta, con todo lo que estaba pasando a su alrededor: la falta de derechos de por un lado de mi padre y la sobrada de derechos, por otro lado, de mi madre; sus situaciones económicas; las casualidades que entre ellos hubo y luego atreverse, irse a otro Estado donde sí se podían casar un poquito más cerca de Canadá y decidir venirse a Europa a buscar un pueblecito para encontrar dónde hacer una galería de arte.

Más allá la casualidad de parar en Medinaceli, de encontrarse con personas a las que yo ahora amo, son mi familia y decidir que podían ver algo, una casa y encontrar una casa que costaba exactamente el dinero que tenían. Su intención era ir a Portugal y fueron, pero estando en Portugal dijeron “volvemos y la compramos”. Y abrieron una galería de arte en 1964, cuando no tenían más que su coche, pero que eran ochenta y dos personas en el pueblo…

Vaya, que fue todo…

Todo una hazaña.

Sí, sí. Todo un reto también el estar juntos.

Absolutamente. Pero también recordarle a las personas esa España a la que mis padres llegaron, porque parece que todo ha sido así siempre tienes. Y es que te estoy hablando que yo he crecido viendo cosas que ahora nos parecerían “uuuh”. Yo he sido una niña que era la única. Excepto en las bases americanas, no veía a personas como yo. Es una reflexión y al mismo tiempo es un privilegio poder decirte “aquí estamos, aquí estoy” y que gracias a la generosidad con la que fueron recibidos y y la curiosidad, pero respetuosa, que recibieron, pues pudieron hacer su vida aquí en España.

“Y aquí estás” ¿A qué te refieres con “aquí estás”? ¿Ahora mismo dónde estás?

Pues ahora mismo estoy en un pueblo maravilloso de la Sierra madrileña que es ahora mi hogar. Y sobre todo…es que yo soy de pueblo, soy de Medinaceli, Soria. Mi madre se fue a vivir a un pueblecito que se llama Facinas y luego Madrid pues ha sido mi casa en mi juventud, desde los dieciocho hasta los cuarenta. Yo he sido más madrileña que… que el torrezno servido en cualquier bar.

Entonces es verdad que aquí en este pueblo estoy en Madrid, pero estoy en un pueblo y al igual que mis padres en Medinaceli, yo me he sentido muy bien, me he sentido muy acogida y muy querida.

Y profesionalmente y personalmente, ¿en qué momento que encuentras? ¿tienes algo entre manos?

Ahora mismo acabo de jugar con Frank Ariza, una película que se llama “Por los años que me quedan” y estoy ya confirmada para una serie finlandesa, que se llama “Costa: The Paradise”. Intentando también hacer algunas publicidades para seguir adelante; creado una asociación de arte con la que espero, no ganar dinero, pero sí exponer a las personas, a mis convecinos y amigos y a gente de todas partes a los diferentes artes de todo tipo. Crecer una galería de arte te hace valorar cualquier pequeño gesto artístico. Esperando que alguien que quiero, pues a lo mejor estrene una de las funciones que he hecho, haciendo coachingspero sobre todo, siendo mamá.

Pues te vemos muy ocupada. Una mujer maravillosa, que siempre ha tirado para delante y te deseamos lo mejor.

¡Muchas gracias, igualmente!

Video del día

El coche 100% eléctrico no se acepta en España. Representan
el 1,3% del total de matriculaciones de turismos
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato