La Zarzuela diseñó de acuerdo con el Gobierno un detallado operativo para informar de la operación del rey dirigido a evitar todo alarmismo: la palabra clave fue “normalidad”
El modo de dar la noticia de la operación a que ha sido sometido el rey en Barcelona, para quitarle un nódulo en el pulmón, se diseñó desde La Zarzuela y de acuerdo con el Gobierno con la idea de evitar cualquier alarmismo. Y las cosas han salido según sus deseos.
Fuentes cercanas a la residencia real, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, muestran cierta satisfacción por el modo como se ha desarrollado todo el proceso informativo, en un hecho de cierta relevancia como es una intervención quirúrgica a don Juan Carlos por un tumor.
El primer trabajo que hubo que afrontar desde los servicios de La Zarzuela comenzó la víspera. En la noche del viernes, la presencia de la reina en Barcelona, para un acto público, provocó diversos rumores, entre ellos el de que doña Sofía “había sido hospitalizada”. Al parecer, los preparativos que ya se estaban realizando en el Clínico de Barcelona para don Juan Carlos habían empezado a trascender y se relacionaron con la presencia de la reina.
El ingreso del rey en el hospital, a las 7,30 de la mañana, pasó inadvertido. La primera noticia saltó por la nota oficial que La Zarzuela envió a los medios las 9,30 de la mañana, por internet, dando cuenta de que don Juan Carlos estaba siendo operado. Fue un escrito muy medido en el que se hablaba de “calcificación” y de “nódulo”, sin que aparecieran las palabras “tumor” o “cáncer”.
El siguiente paso fue la rueda de prensa en el Clinic a cargo de los médicos. Las fuentes cercanas a La Zarzuela calificaban de una intervención “muy clara”. A esa hora, las citadas fuentes hablaban de “operación muy limpia, poco invasiva”, y también utilizaban la palabra “suerte” al destacar que finalmente el nódulo no contenía células malignas.
Otro elemento “tranquilizador” fue el anuncio de que el príncipe Felipe mantenía su viaje oficial a Costa Rica, donde asiste a la toma de posesión de la nueva presidenta. Quien sí se apresuró a acompañar al rey fue la infanta Elena, de la que se dice que es la que está más unida a su padre, que anuló su participación en un concurso hípico para viajar a Barcelona.
Precisamente el mantenimiento de este viaje del heredero apunta a que la decisión de proceder a una intervención quirúrgica se tomó con cierta rapidez, y que no estaba en la agenda cuando don Felipe salió de España.
Además de las declaraciones del presidente y del líder de la oposición, y de la noticia de que el Gobierno y la Casa del Rey no habían considerado necesario tomar medidas excepcionales, el último elemento ‘tranquilizador’ fue la presencia de doña Sofía y sus declaraciones en el hospital.
La reina bajó al vestíbulo pasadas las cinco de la tarde, se dejó fotografiar, y declaró a los periodistas que don Juan Carlos se encontraba “muy bien y muy animado”, que tenía “una salud impresionante”, y se mostró “feliz” con el éxito de la operación. Añadió que el rey estaba descansando y que recibirá el alta “en cuatro o cinco días”.
