La etapa
Pasadas las duras jornadas a través de los Pirineos, la organización del Tour ha puesto una etapa llana de 207 kilómetros para que los velocistas se la disputen al sprint o para que algunos valientes intenten la escapada, algo difícil ya que los equipos de los esprinters suelen tener estas etapas muy controladas.
Esta etapa se disputará el viernes 16 y será la antesala de la contrarreloj que se correrá al día siguiente y que presumiblemente dejará la carrera sentenciada para el paseo por los Campos Elíseos.
El pronóstico
Como decíamos, la etapa es claramente propicia para que acabe en un sprint más o menos numeroso. Y, como decíamos también, los conjuntos de los velocistas no suelen dejar que se produzcan escapadas.
Pero a estas alturas del Tour sigue habiendo equipos y corredores importantes que todavía no han ganado ninguna etapa y esta es la penúltima oportunidad que tienen, a no ser que posean en sus filas a un especialista en contrarreloj que pueda competir para ganar la etapa siguiente.
Desenlace pues incierto de una etapa en la que los líderes deberán estar atentos a los cortes o a las caídas para no perder lo ganado hasta ese momento. Y no olvidemos que, tras los Pirineos, las distancias pueden no ser muy amplias y la etapa se convierta también en una batalla por la clasificación general.
Las apuestas
Este tipo de etapas son bastante inciertas en cuanto a las apuestas se refiere. En principio, y sobre todo si el Tour está prácticamente decidido, son propicias para apostar por los especialistas en el sprint, pero hay mucho buen rodador que no está dispuesto a que eso suceda.