Qué cambiar en tu dieta para reducir el dolor articular

El dolor articular puede parecer en cualquier momento de nuestra vida. Muchas veces, se recomienda acudir a medicamentos o pomadas para reducir o aliviar este dolor. Sin embargo, como casi todo, estos dolores pueden reducirse con un simple cambio en nuestra nutrición.

Las rodillas, uno de los puntos donde más se concentra el dolor articular.
Las rodillas, uno de los puntos donde más se concentra el dolor articular.

Quienes sufren dolor articular, saben la incomodidad que este supone  y lo agudo que puede llegar a ser, incluso cuando no movemos la articulación. Por ello, buscamos soluciones de todo tipo en cuanto percibimos los primeros síntomas.

Al acudir al médico, muchos aconsejan que el primer paso sea perder peso y realizar ejercicio para que nuestras articulaciones vuelvan a buen estado. Sin embargo, la gran mayoría no logra que sus articulaciones dejen de doler por mucho esfuerzo que realicen en estos ámbitos.

Por ello, conviene más fijarnos una dieta concreta basada en determinados alimentos que por los nutrientes que contienen, ayudarán a mejorar el estado de nuestras articulaciones y fomentarán la reducción de dolor en la zona.

Uno de los nutrientes que debe contener nuestra dieta debe ser el azufre. Éste se encuentra en alimentos aliáceos como la cebolla, el ajo y los huevos. Todos estos pueden combinarse en muchas recetas saludables: la cebolla puede introducirse como complemento en ensaladas, el ajo acompañar a verduras y los huevos tienen diferentes usos: en tortilla, revueltos o duros dentro de una ensalada. Este nutriente es fundamental para la correcta absorción del calcio y además favorece la reparación de huesos, tejido conectivo y cartílagos.

Por otro lado el arroz, junto al trigo y el centeno, son alimentos que contienen un aminoácido llamado histidina cuya función, entre otras, es la eliminación del exceso de cobre y hierro que presentan algunos pacientes que presentan estos pacientes.

Es recomendable, por otro lado, la ingesta de frutas, sobre todo frescas frente a las ácidas. Por ello, debemos consumir manzanas, peras, granadas, uvas, aguacate, etc. Sin embargo, y como excepción a la regla, es muy beneficiosa a la hora de calmar el dolor articular la piña, que a pesar de ser considerada como una fruta ácida por algunos expertos, contiene una enzima llamada bromelina, que reduce los procesos inflamatorios. Ésta debe ser natural y preferiblemente cortada por nosotros, ya que si se consume en lata puede perder alguna de sus cualidades y no tendrá el mismo efecto.

Otro nutriente importante para incluir en nuestra dieta son los aminoácidos presentes en las semillas de calabaza o de girasol, en las lentejas y en los cacahuetes, entre muchos otros. Éstos ayudan a reparar los tejidos, de manera que en caso de sufrir una rotura acelerará el proceso de recuperación.

Además, es favorable la ingesta de vegetales verdes que gracias a la vitamina K que contienen favorecen el mantenimiento de una buena salud ósea, y además, coagulan la sangre y mantienen los vasos sanguíneos en buen estado. Ejemplos de éstos son los espárragos verdes, la lechuga y el brócoli.

Sumándose a las anteriores, se recomienda que si se sufren trastornos articulares, se consuman las llamadas verduras de hoja verde, debido a su alto contenido en vitamina C, cuyas características son la reducción del daño de los radicales libres sobre las lesiones articulares. Dentro de este tipo, se agrupan la calabaza, los calabacines y las zanahorias.

 

Dentro de los pescados, se recomienda el pescado azul muy rico en ácidos grasos omega 3 que ayudan a reducir la inflamación de la forma afectada, una de las causas del dolor articular. En este grupo se encuentra la caballa, las sardinas, el salmón, el atún, el bonito y el emperador, entre otros.

Es conveniente además, incluir en nuestra dieta fibras vegetales como el salvado, los cereales integrales, la avena y las semillas de linaza. También debemos alimentarnos de una dieta rica en hierro. Sin embargo, este último nutriente lo hemos de incluir sólo a través de los alimentos ya que si padecemos dolor articular no están aconsejados los multivitamínicos y los suplementos de hierro.

No sólo incluir, sino que también debes evitar…

Las grasas ácidas que se encuentran en carnes magras, lácteos enteros y sus derivados, mantecas, mantequillas, chacinados y embutidos. Estos alimentos pueden agravar el dolor articular y la artritis. En ocasiones la leche puede empeorar las dolencias que sentimos por ello es una buena solución sustituirla por leche de soja.

Tampoco debemos incluir en nuestra alimentación los oxolatos, una sustancia que impide la correcta absorción de calcio y además forman cristales que se depositan en la articulación provocando dolor e inflamación. Sin embargo, al no ser un nutriente muy conocido, nos podemos llegar a preguntar por los alimentos que los contienen: se han de evitar, por tanto, las espinacas y las remolachas.

Lo mismo sucede con las purinas, que se transforman en ácido úrico. Éstas se contienen en habas, coles, espinacas, legumbres, espárragos, champiñones, embutidos y cualquier alimento enlatado.

También se han de evitar la cafeína y los azúcares refinados. El consumo de tabaco, a pesar de no formar parte de nuestra dieta es perjudicial para muchos ámbitos de nuestra vida, entre ellos el dolor articular por ello, se ha de evitar de la misma manera.

Las personas que sufren dolor articular, además, son muy sensibles a una sustancia llamada solanina, por lo que han de evitarse por lo que podría causar más dolor. Por ello, se han de evitar los pimientos, las berenjenas, el tomate y la patata.

Además, es conveniente no introducir sal cuando estemos tomando antiinflamatorios puesto que ambos producen retención de líquidos, un hecho que empeora el estado de nuestras articulaciones y agrava este dolor.

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