Así lo avalan múltiples estudios

No existe un consumo mínimo saludable de alcohol

No existe un nivel de consumo de alcohol saludable; “el nivel más seguro es cero”.

Red wine pour into glass isolated over white background
¿Qué pasa cuando una persona toma alcohol?

Existen multitud de estudios, realizados en diversos países del mundo y durante varias décadas, que evidencian la relación entre la ingesta de alcohol y la aparición de múltiples problemas de salud, así como fallecimientos precoces, siendo la ingesta de alcohol la primera causa asociada a muertes prematuras y enfermedades en personas de entre 15 y 49 años. Los estudios apuntan a que no existe un nivel de consumo de alcohol saludable; “el nivel más seguro es cero”.

El consumo de alcohol es un comportamiento totalmente normalizado e involucrado en diversos eventos y celebraciones de nuestro día a día. Las reuniones con amigos, los reencuentros, las cenas especiales, y muchos más momentos de la vida de las personas implican consumo de alcohol. Además, también existe la concepción de que tomar una caña, un vino o cualquier otra bebida alcohólica supone un momento de desconexión, “que apetece” cuando uno se siente rodeado de personas agradables, etc.

Todo lo expuesto anteriormente no es una generalidad, pero a nivel social suele ser bastante común este tipo de percepción en lo que respecta al uso del alcohol.

Del mismo modo, en la población joven resulta un problema pues el alcohol no es una sustancia inocua, sino que genera unos efectos en el cerebro y en el organismo de los jóvenes y adolescentes y además añadiendo la vulnerabilidad de esta población pues se están desarrollando madurativamente. Además, existe una percepción que tampoco se puede decir que sea general pero sí muy extendida de que cuanto más bebe alguien más “fuerte” es o más “aguante” tiene, sobre todo entre los más jóvenes.

Sin embargo, esto resulta muy problemático debido a que quien más bebe está generando tolerancia y esto resulta peligroso pues puede desarrollar con mayor facilidad una dependencia o una adicción a corto/medio plazo.

¿Qué pasa cuando una persona toma alcohol?

El alcohol es una sustancia depresora del SNS (Sistema Nervioso Central), por contra a lo que se suele pensar, ya que cuando se inicia el consumo la persona siente una pequeña sensación de euforia, pero posteriormente el alcohol comienza a deprimir el sistema nervioso generando emociones negativas como tristeza o irritabilidad, así como fatiga o sueño.

Independientemente de que el individuo haga un uso (consumo de manera esporádica, sin un patrón fijo de consumo), sea un abuso (patrón habitual de consumo) o se trate de un adicto (no puede parar de consumir alcohol a pesar de las consecuencias negativas del consumo), el consumo de alcohol genera repercusiones.

Desde que un individuo ingiere la primera gota de alcohol, sea del tipo y la graduación que sea ya se está produciendo una intoxicación por alcohol. El consumo de alcohol, desde el inicio genera una alteración en la percepción, la conducta, las emociones o los pensamientos de la persona. Si bien es cierto que, a mayor cantidad ingerida, más visibles serán los efectos, es importante reseñar que la intoxicación por alcohol no aparece cuando es observable, sino desde que se comienza a beber.

¿Cómo afecta la ingesta de alcohol?

Cuando se hace un uso de alcohol, se trata de un consumo esporádico, y no en grandes cantidades. A pesar de ello, el hecho de que una persona consuma de forma puntual no le exime ni de los daños ocasionados por el consumo de alcohol ni tampoco de poder desarrollar una dependencia o si tiene la predisposición genética, una adicción. A continuación, se van a exponer daños posibles del consumo de alcohol cuando se consumen pequeñas cantidades y a corto plazo:

  • Se produce una irritación de las paredes estomacales e intestinales
  • Debido a esta irritación, pueden aparecer náuseas y vómitos
  • El consumo de alcohol dilata los capilares de la piel, dando lugar a una disminución de la temperatura corporal y se observa rojez en la cara de la persona que está bebiendo.
  • Las sustancias nutritivitas necesarias para el organismo no son absorbidas adecuadamente, especialmente la vitamina B.
  • Cansancio y debilidad debido a una disminución de los azúcares en sangre
  • El consumo de alcohol repercute en la formación del hipocampo (parte del cerebro encargada de la memoria), siendo en los jóvenes consumidores un 10% más pequeño. Dada la afectación en la memoria, evidencian problemas en el aprendizaje y en el almacenamiento de información
  • Se genera pérdida del equilibrio.
  • Dificultades en el habla.
  • Alteraciones en la percepción visual y auditiva. Aumenta el tiempo de reacción.
  • La ingesta de alcohol genera desinhibición y verborrea.
  • Sensación inicial de euforia.
  • Falsa precepción de seguridad.
  • Embarazos no deseados y Enfermedades de Transmisión Sexual
  • Accidentes de tráfico, caídas, deshidratación, lesiones, ahogamientos, o incluso la muerte.
  • Altera el razonamiento.
  • Sensación de relajación y disminución de la ansiedad.

A medio y largo plazo el consumo de alcohol también es un factor importante en el desarrollo de enfermedades como:

 
  • Deterioro en el funcionamiento del sistema inmunitario (disminución de glóbulos blancos)
  • Anemia megaloblástica producida por la disminución de glóbulos rojos para transportar oxigeno
  • Ardor estomacal debida a la erosión que produce el etanol en la mucosa gástrica
  • Úlceras y hemorragias en las paredes del estómago
  • Sangrado de estómago o esófago.
  • Parada respiratoria
  • Entumecimiento o sensación dolorosa de hormigueo en brazos o piernas
  • Cirrosis hepática.
  • Pancreatitis
  • Incremento del riesgo de padecer cáncer de esófago, hígado, colon, cabeza y cuello, mamas y otras áreas
  • Anemia/Desnutrición por la desaparición del apetito
  • Deshidratación.
  • Diabetes tipo 2
  • Aumento en la presión sanguínea y arterial
  • Infertilidad
  • Disminución del apetito sexual
  • Disfunción eréctil
  • Alteración de la memoria
  • Daños en la salud visual
  • Daños cerebrales, en ocasiones, permanentes
  • Pérdida capacidad de concentración
  • Pérdida memoria
  • Problemas de sueño
  • Depresión
  • En caso de estar en un periodo de gestación e ingerir alcohol, síndrome alcohólico fetal (alteración en los rasgos del feto y malformaciones en sus órganos). También podría aparecer retraso mental del feto por afectación de su sistema nervioso central.

Además de todo lo anteriormente expuesto, el alcohol es una sustancia que genera dependencia, así como adicción en caso de tener una predisposición para desarrollar tal enfermedad. La diferencia entre ambos términos versa en que una dependencia está relacionada con la habituación física y psicológica del individuo, aunque si se empiezan a presentar consecuencias negativas en el entorno se desea abandonar el consumo.

Sin embargo, la adicción es una enfermedad primaria y crónica, que afecta al funcionamiento y la estructura del cerebro, basada en una pérdida de control sobre el consumo de alcohol, sin que el adicto pueda detener el consumo a pesar de las consecuencias negativas en las diferentes áreas de su vida. Cabe destacar que una persona adicta es dependiente pero que una persona dependiente no tiene por qué ser adicta.

Recuerda, que, aunque consideres que tu consumo de alcohol es mínimo, y por ello no te afecta, desde la primera gota de alcohol ya estás generando daños a tu organismo.

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