Flacidez cutánea y cómo controlarla

Motivos y cuidados recomendados para tratar la flacidez en la piel

Piel flácida.
Piel flácida.

¿Qué es y cómo se produce la flacidez de la piel?

Cuando hablamos de flacidez, realmente estamos hablando genéricamente de laxitud, un término que abarca dos condiciones diferentes: el exceso de piel, es decir aquella distendida que ‘cuelga’ y por otro lado la piel flácida como tal que es aquella que ha sufrido un proceso de elastosis (degeneración de las fibras elásticas presentes en el tejido conectivo y especialmente en la dermis).

Conocer estos dos ‘tipos’ dentro del significado de laxitud es importante, porque ambos se producen de manera distinta, por ejemplo la redundancia de piel ocurre con mayor frecuencia tras perdidas rápidas y bruscas de peso o tras el embarazo, porque durante estos sucesos se produce un desprendimiento y vaciado del panículo subcutáneo de la hipodermis. Pero, aunque la piel parezca laxa y colgante, en realidad sigue siendo elástica y tonificada lo que significa que estimulando correctamente la zona podemos revertir ese proceso y disminuir la flacidez. Sin embargo cuando se trata de una flacidez por elastosis, es decir, que se debe a una degradación de la piel y sus componentes durante el proceso de envejecimiento, el enfoque del tratamiento para mejorar esa flacidez se hará con un abordaje distinto.

Y ahora que conocemos el significado de laxitud ¿Cómo podemos combatirla y/o prevenirla?

Como acabamos de leer, la flacidez de la piel es parte del proceso de envejecimiento natural de la piel, a nivel facial como corporal, pero esto no quiere decir que no se pueda ralentizar o controlar. La clave para poder combatir los efectos de la laxitud cutánea es estimular a nuestra piel para que no deje de producir colágeno y elastina,  y es que con el paso de los años los fibroblastos (una célula importantísima de nuestra piel) que se encargan de producir acido hialurónico, fibras elásticas y colágeno, va perdiendo acción, va funcionando peor. Por eso, si conseguimos mantener activos a los fibroblastos, éstos seguirán produciendo colágeno y elastina de manera eficaz y por lo tanto disminuiremos y combatiremos esa flacidez. ¿Y cómo conseguimos esto?

Podemos controlar la flacidez a través de acciones que podemos mejorar en nuestra rutina diaria como:

1.      Ejercicio físico: Así es, el deporte y sobre todo el entrenamiento de fuerza combinado con el aérobico de bajo impacto, como por ejemplo, nadar, activa la circulación sanguínea irrigando con eficacia todos los tejidos de nuestro cuerpo lo que también mejora el tono muscular ayudando a aumentar la elasticidad de la piel.

2.      Alimentación:

Una alimentación saludable (rica en frutas, verduras, legumbres y semillas) nutre nuestra piel con antioxidantes, vitaminas y minerales fundamentales para el mantenimiento de su integridad, porque estimula la síntesis de colágeno y la producción de elastina entre otras muchas cosas.

3.      Estilo de vida.

Esta comprobado que ciertos hábitos influyen negativamente sobre nuestra piel, como el tabaco (por producción de estrés oxidativo), la exposición a radiación solar y UVA (por aumento de radicales libres) y dietas que provocan perdidas de peso bruscas (porque aunque la piel es increíblemente elástica, también tiene límites y cuando se la somete a un estrés excesivo, como una pérdida de peso repentina, los tejidos subcutáneos y adiposos se vacían, lo que lleva a una acumulación excesiva de piel en la superficie y a una perdida drástica de elasticidad).

Pese a estas tres claves influyentes en la salud de nuestra piel, en ocasiones los hábitos de nuestro a día a día no son suficientes para combatir la laxitud de la piel, porque hay factores que no podemos controlar que también favorecen este proceso, como el factor genético y ambiental, por ello a través de la dermatología estética podemos actuar dentro de los tejidos para activar y reponer la pérdida de células vitales para el mantenimiento de la estructura dérmica, atacando la flacidez facial y corporal desde su origen.

Algunas herramientas y tratamientos con evidencia científica y resultados reales que tenemos en medicina estética para controlar y mejorar la flacidez son:

-Radiofrecuencia: Transmite calor a las capas profundas de la piel sin afectar a las superficiales, produciendo una desnaturalización de las fibras de colágeno lo que estimula la producción de nuevas células.

-Mesoterapia facial y/o corporal: favorece la producción de nuevos fibroblastos, iniciando una nueva renovación celular, estimulando la microcirculación y aportando hidratación.

-Estimuladores de colágeno con ácido hialurónico: inyección subcutánea de sustancias que estimulan la producción de nuevos fibroblastos e inician una nueva renovación celular, aumentando la cantidad de fibras elásticas y reforzando la formación de colágeno.


Dra Dannia Shannen especialista en medicina y dermatología estética. Podéis encontrar más información de la doctora en su página web y en redes sociales como Instagram (@dra.danniashannen)

La doctora Dannia Shannen es médico especialista en Medicina estética y antienvejecimiento, con título de experto universitario en Dermatología Oncológica e infecciosa, título en Enfermedades Dermatológicas inflamatorias y hereditarias, diplomatura universitaria de Patología Dermatológica más frecuente, máster propio en Dermatología Clínica y máster propio en Nutrición.

Dra. Dannia Shannen.
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