La mala alimentación puede hacer volver enfermedades como el escorbuto

Es una enfermedad conocida desde el antiguo Egipto

Zumo de naranja.
Zumo de naranja.

El escorbuto es una enfermedad conocida desde el antiguo Egipto, y aunque en el siglo XVII ya se evitaba con la administración regular de frutas como limones y fresas, no fue hasta principios del siglo XX cuando se supo con certeza que era producida por la carencia de vitamina C.

Hasta hace unos años era muy raro encontrar casos de esta enfermedad entre la población infantil y menos en países desarrollados. Pero en la actualidad, y según diferentes estudios clínicos, el número de casos va en aumento lo que es indicativo de que no está erradicada.

Principales causas de falta de vitamina C

El organismo humano carece de la facultad de producir vitamina C, o ácido ascórbico, por sí mismo y debe adquirirla mediante la ingesta de alimentos que la contienen. Es por ello que la escasez de frutas y verduras en la dieta habitual se considera la primera y única causa del escorbuto.

Si bien es cierto que hay factores que pueden agudizarlo, como el frío o la humedad, no son causas por sí mismos para que se declare. 

Esta avitaminosis no es infecciosa ni contagiosa, ya que el daño que produce es causado por el propio organismo incapaz, en estado carencial, de sintetizar el colágeno necesario para la buena salud de los tejidos.

Síntomas del escorbuto

Los síntomas de esta enfermedad no se presentan de repente ni todos de golpe, por ello a veces es difícil de diagnosticar al poder ser confundida con otras de tipo oncológico o reumatológico. Los más significativos son:

  • Dolor e inflamación en las articulaciones acompañado de una debilidad generalizada.
  • Hemorragias, tanto externas como internas, cardenales y mala cicatrización de las heridas.
  • Aspecto facial “apergaminado”, de una palidez extrema y hundimiento de ojos.
  • Alteraciones del ritmo cardíaco y dificultades respiratorias.
  • Mal estado anímico e irritabilidad.

Y no puede faltar el que más llama la atención, y por el que es más conocido el escorbuto, que es la inflamación de las encías y la consecuente pérdida de piezas dentales.

Prevención y tratamiento

El tratamiento, una vez se tiene una analítica completa y un reconocimiento de la salud general del paciente, consiste en la dosificación y administración de vitamina C, ya sea de forma oral o inyectable en el caso de posibilidad de la aparición de vómitos, en función de cada persona.

Este debe ir unido a un plan de alimentación realizado por un nutricionista que sea equilibrado en todos los nutrientes necesarios y sobre todo que se adapte al gusto del enfermo para evitar que de nuevo se produzca esta avitaminosis.

 

La prevención, como es evidente, puede parecer tan fácil como mantener una dieta saludable y rica en frutas y verduras, pero en la práctica se observa que esa facilidad se pierde frente a otra, que es la presencia en gran parte de la alimentación infantil de comida basura.

Este tipo de comida ha desvirtuado las pautas alimentarias y al ser tan atractiva para los más pequeños ha ido ocupando un lugar dentro de ellas que no le corresponde y de las que hay que sacarla a toda costa.

Aunque para padecer escorbuto la falta de vitamina C debe ser muy prolongada en el tiempo nunca está de más cambiar de hábitos y reforzar la alimentación de los más pequeños con frutas y verduras siempre que se pueda.

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