Las nueve variables para comprar el colchón más cómodo

El factor clave de un colchón es la comodidad y lo bien que se duerme

Imagen de un colchón de dormitorio
Imagen de un colchón de dormitorio

Una manera de mejorar el descanso de las personas es durmiendo en un buen colchón. Y uno totalmente apropiado para nuestro cuerpo, que no nos “quite el sueño” en el sentido de preocupación, sino que “nos quite el sueño” en el sentido literal de la palabra. Un buen colchón que nos permita dormir a pierna suelta y ser beneficioso para nuestra salud. 

Los especialistas en colchones aseguran que la comodidad es la clave para encontrar el colchón perfecto. Porque lo más importante de un colchón, es lo bien que se duerme.

El punto está en encontrar el colchón perfecto para cada tipo de persona, porque lo que es cómodo para unos, no lo será para otros. En la comodidad intervienen distinto factores: la calidad de los materiales empleados en su fabricación, su durabilidad, el adecuado para nuestra complexión, las necesidades personales de cada persona, la postura al dormir y, por último, la relación calidad-precio.

Nueve variables

Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios, a la hora de comprar un colchón, hay que tener en cuenta nueve variables.

1º La firmeza, que puede ser alta, media o baja. El grado de firmeza adecuado depende de la complexión y de la posición al dormir del usuario.

2º Independencia de los lechos que verifica que la parte intermedia no se hunde, sobre todo para las parejas.

Distribución de la presión que se concentran en hombros y caderas.

4º Estabilización que determina el efecto rebote y que facilite el cambio de postura.

5º La adaptabilidad, es decir, que se adapte al cuerpo de la persona. Un buen colchón debe adoptar la forma del cuerpo del durmiente.

6º La transpiración y termorregulación, un punto clave esencial para personas que sudan mucho por la noche.

Durabilidad. El tiempo de vida útil de un colchón suele ser de 8 a 10 años, aproximadamente. Esta dependerá, en gran medida, de la calidad de sus materiales y de su mantenimiento.

8º Construcción de los materiales en donde se analizan el tapizado, la textura, las capas, hasta las diferentes espumas o muelles utilizados.

9º Sustancias tóxicas, es decir que las espumas del colchón no contengan materiales potencialmente perjudiciales para la salud.

La OCU revisa y evalúa diferentes modelos de colchones cada año, haciendo más fácil la elección del consumidor.

Cómo probar un colchón adecuado

Una vez que conocemos todas las variables, es indispensable probar el colchón. Como hemos mencionado, el colchón perfecto para cada tipo de persona dependerá de tres características: complexión, postura al dormir y necesidades especiales.

Según las posturas

 Las posturas para dormir es uno de los factores más importantes a la

hora de elegir un colchón. Según los profesionales de la salud, las posturas más recomendables son dormir de lado derecho o de lado izquierdo, y la más inadecuada es boca abajo. Sin embargo, si no tenemos problemas de salud, cada uno debe seguir su tendencia natural, teniendo en cuenta que, por la noche, cambiamos muchas veces de postura.

Peso y tamaño corporal

El tamaño y el peso de una persona determinan la sensación personal que podamos tener de un colchón. “A menudo, usamos dos probadores con diferentes complexiones para que podamos dar una indicación justa de cómo responde un colchón. Porque la alineación de la columna y la postura correcta del cuerpo solo se pueden mantener si la firmeza y la estabilidad del colchón se adaptan perfectamente al peso, altura y postura al dormir”, explican los especialistas de ‘Mejores Colchones”.

Para las personas que sudan mucho

Otra variable a la hora de comprar un colchón es la transpiración. Los diferentes materiales de los colchones regulan la temperatura de manera diferente.

Para dormir fresco en verano y calentito en invierno, el mercado ofrece colchones doble cara.

Un lado de verano con mayor transpiración y sensación de frescura. Y un lado de invierno de espuma firme que guarde el calor.

Calidad-precio

Por último, desde ‘Mejores Colchones’ aconsejan a los consumidores que a la hora de comprar un colchón se pregunten por la relación calidad-precio. Las variables que influyen en esta ecuación son: la calidad general de los materiales, la densidad de las espumas y el número de muelles. También, la sostenibilidad del producto, si el colchón incluye noches de prueba y los años de garantía.

“Hemos descubierto que, muy a menudo, los colchones que parecen caros en realidad resultan más baratos a largo plazo y, por lo tanto, ofrecen una mejor relación calidad-precio”, concluyen desde la empresa.

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