Las 400 bombas de Arabia Saudí no aparecen en los registros oficiales de España y EEUU

Ni la DSCA del Pentágono ni el organismo español que controla la venta de armas incluyen en su documentación mención a los proyectiles vendidos a Riad

Una GBU-10 con kit de guiado laser Paveway II como las que ha vendido España a Arabia Saudí.
Una bomba con kit de guiado laser Paveway II como las que ha vendido España a Arabia Saudí.

Han pasado más de veinte días desde que estalló la polémica por el amago de veto, por parte del Ministerio de Defensa, a la venta a Arabia Saudí de bombas guiadas por láser. Un contrato ya firmado en 2015 y por el que el Ejecutivo se ha visto obligado a rectificar.

Sin embargo, aún hay una serie de cuestiones que ni el Gobierno ni Defensa han terminado de explicar. Como el origen de esas 400 bombas, la ausencia de la venta en las memorias de la Junta Interministerial y el cambio de posición efectuado por Moncloa cuando estalló la crisis.

Pero, sobre todo, está sin aclarar por qué ni la compra de España a Estados Unidos ni la posterior venta a Arabia Saudí han quedado reflejados en los registros públicos de las agencias que controlan los contratos de armas.

¿De dónde salieron los 400 kits de guiado láser?

La composición de los arsenales militares, y la cantidad de munición que contienen esos depósitos, es uno de los aspectos que con más celo guardan las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, hay pocos datos, casi siempre sueltos, sobre las reservas de los distintos tipos de misiles y bombas.

Las 400 bombas objeto del contrato saudí se encuentran, según la información oficial, almacenadas en un arsenal de la base aérea de Zaragoza, a la espera de ser enviadas al país árabe. Sin embargo, esa cifra genera dudas en ambientes militares del Ejército del Aire.

El número de proyectiles, cuatrocientas, “resulta extraordinariamente alto”, comparado con otro tipo de bombas que el Ejército tiene a su disposición, tal y como valoran estas fuentes. Y no existen datos públicos sobre cuándo y en qué condiciones se adquirieron estas bombas.

¿Por qué no hay registro de la venta en la DSCA?

La compra, dicen fuentes expertas en materia de adquisición de armamento militar, tuvo que realizarse “en los últimos diez o doce años”. Por una cuestión técnica: “el fabricante establece que estas guías láser tiene una vida útil de diez años, a partir de la cual empieza a perder operatividad. Esa cifra figura en un documento con información técnica del fabricante.

La adquisición de este tipo de armas debe ser aprobada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos -país al que pertenece el fabricante- a través de la Defence Security Cooperation Agency (DSCA), el organismo que analiza las implicaciones militares y políticas de cada venta y da o no luz verde al trato empresa-estado.

Sin embargo, como ha comprobado ECD, en los registros de la DSCA no existe documento que mencione la adquisición por España de una partida de bombas guiadas por láser . Sí figura la última compra de kits de guiado láser adelantada por ECD la pasada semana, así como la venta de sistemas AEGIS para las fragatas F-110, los drones Reaper y los recientes helicópteros CH-47 Chinook, entre otros.

 

¿Analizó la Junta Interministerial la venta de bombas a Arabia Saudí?

En España existe un organismo similar a la DSCA estadounidense, que vela por que las ventas de armas respeten la ley y no comprometan la seguridad de otros países ni a su población civil. Se trata de la Junta Interministerial para el Comercio y Control del Material de Defensa y Tecnologías de Doble Uso. Por sus siglas, la JIMDDU.

Ese organismo está presidido por el secretario de Estado de Comercio y por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores. También participan de la junta el Director General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, los directores generales de la Policía y la Guardia Civil, y el director del departamento de Inteligencia del CNI, así como otros cargos técnicos.

La memoria anual de la JIMDDU

Todos los años, los datos de las ventas de armas a otros países quedan reflejados en la memoria anual de la JIMDDU. Tal y como ha podido comprobar ECD, en las memorias correspondientes a 2015, 2016 y 2017 no figura ninguna venta de bombas guiadas por láser.

Sí figuran, por el contrario, el resto de ventas de armas a Arabia Saudí: aeronaves, repuestos, granadas de mortero, munición ligera y de artillería, sistemas electrónicos...

De hecho, de las decenas de países que aparecen en las estadísticas de la JIMMDU, tan sólo la ficha de Arabia Saudí va a acompañada de la siguiente advertencia: “Todas las licencias relativas a munición fueron acompañadas de certificados de último destino con estrictas cláusulas de no reexportación o uso fuera del territorio del país”. Para otros países, como Venezuela o Irak, no se incluye la frase en su ficha.

¿Al ser bombas vendidas por Aire no están bajo control de la Junta?

Cabría la hipótesis de que, al ser vendidas por el Ejército del Aire, este tipo de operaciones pudieran estar fuera del control de la Junta Interministerial.

Esa opción no es posible. La JIMDDU también regula las ventas que realiza el Estado de su material de defensa a otros estados. La legislación al respecto es muy estricta. En el Real Decreto 679/2014, que rige el funcionamiento de la Junta, tan sólo se excluye de autorización el material que las propias Fuerzas Armadas españolas vayan a utilizar en sus misiones en el extranjero, así como el que ‘importen’ ejércitos extranjeros cuando vayan a realizar maniobras en territorio español. 

Por tanto, las bombas -si se vendieron en 2015- deberían figurar dentro de las memorias citadas más arriba.

¿Por qué Moncloa confirmó el veto y después cambió de versión?

Pedro Sánchez conocía desde el pasado mes de julio las intenciones de Margarita Robles de paralizar y suspender el contrato con Arabia Saudí, antes de que la noticia saltase a la opinión pública.

Cuentan fuentes políticas a Confidencial Digital que la decisión de Robles estaba consensuada con el presidente y que este había dado luz verde. Y así lo confirmó Defensa a la Cadena SER cuando la noticia se hizo pública: “El Gobierno, a través del Ministerio de Defensa, ha confirmado punto por punto la información”.

La posición de Moncloa, desmarcándose de la polémica, provocó el enfado de Robles con el presidente, al sentirse desautorizada por el giro de la posición del Ejecutivo. Así, la titular de Defensa fue el único miembro del Gobierno que no asistió al acto que conmemoró los 100 primeros días del Gobierno.

Sánchez dio marcha atrás

Sánchez aseguró posteriormente, en la entrevista con Ana Pastor, que, cuando Moncloa se enteró de la polémica, intervino y dio marcha atrás en la prohibición de vender las 400 bombas.

“El dilema que tenía este Gobierno era romper las relaciones comerciales, económicas y políticas con un tercer país, con el impacto que eso podía tener en determinadas zonas de este país, por ejemplo la bahía de Cádiz, o cumplir con un contrato que firmó la anterior administración” dijo.

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