Defensa destituye al director del INTA nombrado por Carme Chacón. Una subvención a la Junta de Andalucía (Griñán), clave para el cese

El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial estrena nuevo director. El teniente general José Manuel García Sieiro sustituye a Jaime Denis Zambrana, nombrado en 2009 por Carme Chacón. El relevo tiene una clave política: al ex director del INTA se le adjudica desde el Gobierno una serie de movimientos "electoralistas" en favor del presidente andaluz, José Antonio Griñán.

Según fuentes del Gobierno a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, el relevo en la dirección del INTA tiene un componente político relevante: tal y como explican estas voces, al ahora ex director del organismo se le considera un ‘hombre de Chacón’.

Denis Zambrana llegó al INTA en 2009 de la mano de la ex ministra de Defensa. Antes había ocupado el cargo de director general de Infraestructura del departamento. Fuentes del sector aseguran que el balance de su gestión al frente del organismo “no fue negativo”, pero no estuvo exenta de polémica.

La última de ellas la contó El Confidencial Digital. En noviembre de 2012, en uno de los últimos consejos de ministros de la era Rodríguez Zapatero, el Ministerio de Defensa aprobó una subvención de 3 millones de euros para la construcción en la base de El Arenosillo –Huelva- de un gran centro de investigación en aviones no tripulados (UAV), destinado a ensayos, validaciones y simulaciones con prototipos. En total, un proyecto de 40 millones de euros.

La firma del convenio, en el que también estaba reflejada la Junta de Andalucía a través de la Agencia Idea –aportando 9 millones de euros- se entendió –incluso dentro del Ejército del Aire, según constató en su día ECD- como un “regalo electoral” a José Antonio Griñán pocos meses antes de la cita con las urnas andaluzas.

Según las fuentes del Ejército del Aire consultadas por El Confidencial Digital, por aquel entonces el gabinete de la ministra Chacón ya había recibido informes sobre la inviabilidad del proyecto por cuestiones ambientales y estructurales.

En concreto, la base de El Arenosillo –donde opera actualmente el INTA- se encuentra situada a pocos kilómetros del Parque Nacional de Doñana. Un espacio protegido por la legislación y que resultaría problemático a la hora de volar aparatos en fase de pruebas.

Además, las obras de adecuación y ampliación de estas instalaciones –con un coste de 10 millones de euros asumido por el Ministerio de Ciencia e Innovación- supondrían la construcción de una gran pista de despegue en este enclave. Imposible, según las fuentes consultadas, ya que invadiría terreno protegido.

Según constatan las fuentes militares, y respaldan fuentes políticas, aquel proyecto fue muy discutido en sendos ambientes. Desde la vertiente castrense se asegura que la decisión de seguir adelante con el proyecto se tomó después de saber los problemas que le rodeaban. Incluso motivó la salida de la iniciativa del único inversor privado interesado, el consorcio aeronáutico EADS.

Y desde el punto de vista político, el nuevo Ejecutivo “tumbó” desde el primer momento el plan de inversión pública en el centro de Huelva. Nunca se hizo efectiva la subvención de 3 millones de euros del INTA.

 

No fue hasta el pasado mes de septiembre cuando el gobierno admitió públicamente que El Arenosillo era un proyecto inviable. Lo hizo a través del secretario de Defensa Pedro Arguelles, quien en una entrevista al diario ABC, confirmó que la proximidad a Doñana limita su pista de aterrizaje y su capacidad de uso industrial.

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