El Ejército de Tierra cesa a dos guardias civiles que impidieron el acceso de militares a SIGO, la excepcional base de datos de la Benemérita

Dos agentes de la Guardia Civil fueron cesados en destino por el Ejército de Tierra tras negarse a facilitar a militares sus claves de acceso a la red SIGO, la base de datos de la Benemérita con un completo registro sobre delitos, delincuentes, automóviles y diligencias policiales.

Los agentes estaban destinados en el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) del Ejército de Tierra, localizado en Granada.

Sus labores estaban enmarcadas en el CESEGET, el Centro de Seguridad del Ejército de Tierra, órgano responsable de la dirección de las actividades relativas a la seguridad de las Unidades, Centros y Organismos de Tierra. Una unidad formada por guardias civiles y suboficiales y tropa del Ejército.

Según ha podido saber El Confidencial Digital de fuentes militares, el Ejército de Tierra transmitió a la Dirección General de la Guardia Civil que el motivo de este cese en destino era la “pérdida de confianza” en ambos agentes por parte del mando del CESEGET, sin especificar más detalles.

Sin embargo, tras un sondeo realizado por ECD entre otras fuentes igualmente castrenses, tras el cese parece haber otros motivos que el Ejército de Tierra no dio a conocer.

Ambos agentes se habían negado sistemáticamente a entregar a militares de la unidad sus claves de acceso personales a la red SIGO (Sistema Integrado de Gestión Operativa). Transmitieron esta circunstancia a la Dirección General, pero “no les creyeron” aseguran fuentes conocedoras del suceso.

SIGO, en la práctica, es una extensa base de datos de la Guardia Civil, con información sobre expedientes, diligencias, tráfico de armas, drogas, incidentes de vehículos, detenciones, órdenes de alejamiento, asuntos de malos tratos… en definitiva, un completo registro de actividades criminales y antecedentes penales. Esta base de datos puede ser consultada desde cualquier ordenador de la Guardia Civil en todo el territorio nacional.

El sistema entró en funcionamiento en 2006, tras una fase de pruebas en 2005 en la que la Guardia Civil contó con el asesoramiento de la consultoría Accenture. Los agentes de la Benemérita destinados en el Ejército de Tierra pasaron a disponer de este servicio de consulta.

Según las fuentes consultadas, a partir de ese momento comenzaron los problemas para estos agentes ‘empotrados’ en el Ejército de Tierra. Algunos de ellos comenzaron a denunciar presiones de militares para que les facilitasen sus claves de acceso personal a SIGO, con el objetivo, en ocasiones, de consultar “datos intrascendentes y de interés personal” aseguran algunos de los guardias civiles cuestionados por ECD.

Los que se negaban a facilitar sus claves, aseguran estos agentes, se convertían en “objetivo” del mando central del CESEGET. En 2009, otros dos guardias civiles fueron cesados por el mismo motivo, y otros tres agentes de una Subinspección General estuvieron a punto de correr el mismo destino. Un mando de alta graduación intercedió por ellos y finalmente mantuvieron su puesto.

 

En otra ocasión, según el relato de las fuentes consultadas, un agente de la Guardia Civil y un cabo 1º del Ejército estuvieron “a punto de llegar a las manos” por este motivo. El hecho ocurrió en Madrid, y fue necesaria la intervención de un mando de la Benemérita para evitar males mayores.

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