España pone en alerta máxima a sus tropas en Afganistán. Defensa maneja datos sobre agentes infiltrados de alta graduación que buscan venganza tras la quema de Coranes

España ha recibido un importante aviso de sus aliados estadounidenses: las tropas de la región se enfrentan a infiltrados en el Ejército afgano dispuestos a emprender una campaña de ataques como venganza por la quema de Coranes en una base norteamericana. Alertan de sucesos como el asesinato de dos estadounidenses este fin de semana.

La alerta ha llegado a las tropas españolas –y al resto de contingentes aliados desplegados en Afganistán- a través de los canales de comunicación internos de la ISAF. Es de vital importancia reforzar la seguridad del contingente español una vez analizado el ataque que ha provocado la muerte de dos asesores militares estadounidenses el pasado sábado.

Según las primeras investigaciones, el asesino podría ser un oficial afgano de alta graduación destinado en tareas de seguridad interior. “Una muestra de que la infiltración llega cada vez a niveles más altos” valoran a El Confidencial Digital fuentes militares de la misión. El suceso ha sido calificado de muy grave.

Además de las medidas tomadas por la OTAN, países como Francia y Alemania han decidido retirar a todo su personal civil de cualquier institución pública afgana. Se valora, incluso, recurrir a compañías de seguridad privada para garantizar la seguridad de los altos mandos de la misión en Kabul, sede central de la ISAF.

España en alerta máxima

Según han difundido los talibanes en una nota, este suceso es un “acto de venganza” por la quema de ejemplares del Corán en una base militar estadounidense, que ha provocado una ola de violencia por todo el país que ya se ha cobrado una treintena de víctimas.

“Esas amenazas no sólo se circunscriben a Estados Unidos, sino que se hacen extensibles al resto de los aliados, entre ellos nosotros”, confirman fuentes militares a ECD. El nivel de alerta en los acuartelamientos y posiciones españolas ha aumentado estos días, tal y como reconocen las mismas fuentes.

En la advertencia de la cadena de mando de la ISAF se hace referencia a la necesidad de reducir, “al menos por un periodo de tiempo”, la cooperación con elementos del Ejército o de la Policía afgana.

Los soldados españoles podrían dejar las posiciones que ocupan junto a los militares locales en aquellos puestos que aún comparten. Parte de la seguridad en Badghis ya ha sido transferida oficialmente a las autoridades afganas. Además, ningún afgano podrá entrar a partir de ahora en las bases españolas.

‘Tirar a matar’

 

La infiltración de agentes enemigos entre las filas del Ejército y la Policía afgana es un grave problema de difícil solución para los mandos de la OTAN.

En España, el ministro Morenés ya ha mostrado al JEMAD, tal y como publicó este confidencial, su preocupación por que las tropas españolas puedan vivir un episodio como el de agosto de 2010, cuando un chófer afgano asesinó a dos guardias civiles.

Desde finales de 2011 y principios de 2012, cuando se ha producido un repunte de bajas producidas por infiltrados afganos, a las tropas españolas se les ha dado permiso para utilizar “fuerza letal” en caso de amenaza explícita.

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