Un problema para el Gobierno: la situación de los militares que se jubilan ahora, ‘distintos’ a los anteriores porque muchos han intervenido en situaciones de guerra
Una de las situaciones que más preocupa al Ministerio de Defensa son algunas ‘salidas de tono’ de militares que ya han pasado al retiro, en forma de declaraciones o artículos en medios de comunicación. Y alertan de que el futuro puede ser peor.
Ocurre a menudo. Un oficial de alto mando retirado de alguno de los tres ejércitos publica un duro artículo en algún medio de comunicación criticando diversos asuntos sobre los que no se les permitió opinar cuando estaban en el mando.
Es un problema que ha preocupado profundamente a todos los gobiernos, pero ninguno ha hecho nada por evitarlo. Estas son algunas de las conclusiones a las que llegan varios artículos recientes publicados en revistas especializadas en temas militares.
Los analistas alertan que la situación puede agravarse cuando empiecen a jubilarse las actuales cadenas de mando de los tres ejércitos. Las Fuerzas Armadas españolas nunca estuvieron tan comprometidas como actores del escenario internacional como lo están actualmente. Una generación marcada por su participación en Irak, Afganistán o Somalia.
En estos conflictos ha habido numerosas bajas, críticas a la falta de material o decisiones difíciles a raíz de complicadas y pasivas normas de combate. Los analistas coinciden: esta nueva generación tendrá un retiro “más difícil”.
Por ello, alertan a los poderes políticos que están a tiempo de evitar una cadena de mandos retirados que recurrirán a medios de comunicación para contar su verdad sobre estos tiempos. Y la principal pregunta que se plantean es qué hacer con personas que dejan las Fuerzas Armadas en la cúspide de sus capacidades intelectuales.
La solución que proponen quienes han estudiado el tema es la creación de instituciones específicamente diseñadas para militares que han pasado al retiro, al estilo de las que ya existen en otros países como Reino Unido, Francia o Estados Unidos.
Esas organizaciones, respaldadas por sus gobiernos, se dedican a elaborar documentos sobre los aspectos que habría que reformar de las fuerzas armadas. Son documentos en clave interna que son tomados en cuenta por la cúpula del ejército.
El mejor ejemplo es la estadounidense AUSA, una plataforma considerada la ‘voz del ejército’ norteamericano. Creada en 1950 para dar cabida a los retirados de la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en un referente para los políticos. Todos los presidentes norteamericanos han participado activamente en sus eventos. “¿Sería posible hacer algo similar en España?” se preguntan algunos analistas.
