La alerta por amianto no se limita a la base aérea de Torrejón: detectado también en Gando, León y Villanubla
El Ejército del Aire va a retirar o encapsular el material cancerígeno que se ha encontrado en polvorines, chimeneas y hasta un pabellón de oficiales
El problema del amianto en las instalaciones del Ejército del Aire no se limita a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Otras bases y aeródromos militares presentan este material peligroso que puede provocar cáncer, por lo que va a ser necesario retirarlo.
El diario El Mundo reveló a principios de agosto que miles de metros de tuberías de calefacción de la base de Torrejón están recubiertas de amianto friable, “la versión más peligrosa del aislante cancerígeno”.
El Ejército del Aire tramitó de urgencia una licitación pública para contratar a una empresa especializada que se encargue del “servicio de retirada de calorifugado de tuberías de agua sobrecalentada en la BA. de Torrejón”.
Reconoció que a lo largo de los 46 kilómetros de tuberías que existen en esa base, donde se ubican los cazas F-18 del Ala 12, se han detectado “residuos peligrosos, como es el caso de los aislamientos térmicos existentes, con amianto y posibilidad de presencia de amianto en estado friable”.
Varias asociaciones profesionales de militares han reclamado al Ministerio de Defensa que elabore una lista de instalaciones de las Fuerzas Armadas contaminadas por amianto.
Confidencial Digital ha podido comprobar que el Ejército del Aire está empezando a tomar medidas para retirar amianto y otros materiales peligrosos para la salud en varias bases, más allá del caso ya conocido de Torrejón de Ardoz.
Base aérea de Gando
La base aérea de Gando, situada en Telde (isla de Gran Canaria), acoge el Ala 46, que con sus cazas F-18 garantiza la defensa aérea de las Islas Canarias. También se ubican en esa base del Grupo de Alerta y Control, y el Centro Coordinador de Salvamento de Canarias.
ECD ha comprobado que el Cuartel General del Mando Aéreo de Canarias inició a principios de septiembre la búsqueda de una empresa que ejecute unas “obras de encapsulamiento de las cubiertas de fibrocemento de la B.A. Gando”, a petición del coronel jefe de la base.
Las obras afectan a tres cubiertas correspondientes a dos edificios distintos de la base, y tienen por objeto “encapsular las planchas que conforman la cubiertas de los hangares, así como piezas de remate en cumbreras y perímetros, reparar y proteger la armadura que se pudo ver afectada por la falta de impermeabilización y darle mayor durabilidad a los materiales ya existentes”.
En los documentos de la licitación se dan más detalles sobre esas obras en Gando: “Se trata de encapsular las planchas actuales de fibrocemento. Así como reparar y acondicionar también los elementos de fachada y estructura de cubierta correspondientes”.
A continuación, se reconoce el peligro de esas planchas: “Las placas de fibrocemento, también conocidas como Uralita por el nombre de una casa comercial de amplio espectro en este tipo de trabajos, contienen amianto, que es un producto cancerígeno para el ser humano. Por esta razón la UE prohibió su uso y lo regularizó bajo una normativa comunitaria”.
El ingeniero técnico del Ejército del Aire que elaboró los pliegos señala que “el peligro del amianto consiste más que nada en la forma que tienen las fibras microscópicas que lo componen, más que por su composición química en sí. Si estas fibras microscópicas entran en contacto con el aire que respiramos pueden llegar a nuestros pulmones y provocar graves enfermedades (como cáncer de pulmón entre otras)”.
Si bien también rebaja la alerta al señalar que esas planchas de fibrocemento “no presentan riesgo para la salud del personal de trabajo en la instalaciones, a no ser que se manipule y se desprendan las fibras microscópicas que lo componen”, añade que “de todas formas, no deja de ser un riesgo para la salud de las personas ya que las minúsculas fibras se pueden ir incorporando al ambiente poco a poco por el propio deterioro de las placas.
Las obras tienen un presupuesto de 100.000 euros, y consistirán en trabajos en la cara exterior e interior de las cubiertas. Se limpiarán con agua a presión, se rociarán con agua oxigenada y fijador penetrante, y se aplicará, como nuevo aislante térmico, espuma de poliuretano de alta densidad.
Aeródromo militar de León
Algo similar se va a hacer en el Aeródromo Militar de León, situado en la localidad de La Virgen del Camino, y donde se ubica la Academia Básica del Aire en la que se forman los suboficiales del Ejército del Aire.
Ya el pasado mes de julio el capitán jefe de la Escuadrilla de Infraestructuras de ese aeródromo firmó un documento para licitar la “reparación cubierta Pabellón de Jefes”, con un presupuesto de 77.368 euros.
Una justificación breve del contrato indica que la cubierta del edificio nº 35 del aeródromo, que sirve de pabellón para mandos, se encuentra en mal estado, y que “en la actualidad está realizada con fibrocemento y presenta varias deficiencias”, como problemas de estanqueidad y desperfectos en los elementos salientes.
Pero en el documento también se explica que “la cubrición de la cubierta del Pabellón de Jefes está realizada con fibrocemento y presenta numerosos desperfectos que han de ser subsanados, en primer lugar por contener amianto en su fabricación y por otro, para eliminar las goteras y desperfectos en los elementos salientes”.
Los trabajos consistirán en el levantado y tratamiento como residuo peligroso de la cubierta de fibrocemento y posteriormente se procederá a realizar un aislamiento y colocación de nueva cubrición. Se colocarán tejas cerámicas y se sustituirán los canalones y bajantes del edificio.
El fibrocemento es un material que durante muchos años se utilizó con mucha frecuencia en la construcción de edificios y otras infraestructuras, como revestimiento para aislar e impermeabilizar.
Está formado por un aglomerante, como cemento o un silicato de calcio, que se refuerza con fibras orgánicas, minerales o fibras inorgánicas sintéticas. Esas fibras de refuerzo solían ser de amianto, también llamado asbesto. Al descubrirse que el amianto puede provocar cáncer, se empezaron a usar otros materiales como la fibra de vidrio.
La Sección Económico-Administrativa del Aeródromo Militar de León publicó este martes 13 de septiembre la adjudicación y formalización del contrato con la empresa Montblanc Obras e Interiorismo SL, por 72.573,69 euros.
El plazo de ejecución de estos trabajos de retirada del fibrocemento con partículas de amianto en el Pabellón de Jefes es de 60 días.
Villanubla (Valladolid)
Por su parte, la Sección Económico-Administrativa de la Base Aérea de Matacán acaba de adjudicar a la empresa Cubiertas y Pinturas Hergar un contrato de “Mejora de la envolvente (cubierta) del edificio de Fuerzas Aéreas B. A. Villanubla”, por 84.426,30 euros.
En Villanubla (Valladolid) tiene su base el Ala 37, cuya misión principal es el transporte aéreo de personal o de mercancías, así como el lanzamiento paracaidista de personal o cargas. Cuenta con aviones CASA C-212 Aviocar.
También este caso el proyecto se firmó en julio de este año.
En el edificio de Fuerzas Aéreas “se realizan los trabajos específicos de un grupo de fuerzas aéreas tipo de un ala de transporte”. Dispone de oficinas, vestuarios, aseos y salas de reunión.
El problema del edificio es que se producen filtraciones de agua de lluvia al interior, por el mal estado de las tejas de cubrición, lo que genera humedades. También hay riesgo de caída de elementos de la cubierta desde el alero, con el riesgo consiguiente para los usuarios.
En el proyecto de obras se detalla que en el tejado del edificio hay dos chimeneas: “La primera corresponde a la caldera de calefacción del edificio, forrada de ladrillo cara vista y con sombrerete; la segunda formada por una tubería de fibrocemento, correspondía a una antigua estufa ya fuera de uso”.
Esa segunda chimenea de fibrocemento “será eliminada y su hueco cegado”.
No se dan más información sobre la presencia de amianto en esta tubería de fibrocemento, pero sí cabe apuntar que en los documentos de la licitación se recoge que entre la normativa de aplicación en este proyecto se incluyen las “disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto”, como el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto.
Polvorines de Torrejón
A estos casos en Gando, León y Villanubla se suma otro contrato en la misma base aérea de Torrejón de Ardoz, donde se va a retirar amianto no sólo en las tuberías de agua sobrecalentada para la calefacción.
El Grupo de Apoyo de la Agrupación de la Base de Torrejón elaboró en julio un proyecto para una licitación, que ya está en marcha, que tiene por objeto la “Eliminación de revestimientos de Uralita en Polvorines de la Base Aérea de Torrejón” y cuenta con un presupuesto de 220.000 euros.
Cuatro depósitos de armamento presentan un avanzado estado de deterioro. Estos almacenes consisten básicamente en una estructura metálica de acero, revestida por paneles de uralita.
En el año 2002 se prohibió en España el uso del amianto, que hasta entonces era muy utilizado en las planchas de uralita, que es el nombre común que se le da al fibrocemento (formado por cemento y un 10%-30% de amianto), por la denominación de la empresa Uralita.
Desde entonces no se incluyen fibras de amianto en la uralita, pero las planchas anteriores a ese año es posible que contengan amianto.
En el caso de los revestimientos de uralita en los polvorines de la base de Torrejón, la documentación del Ejército del Aire señala que “la obra comenzará con el desmontaje de la cubierta y revestimientos exteriores existentes de uralita, cuya ejecución se realizará con las oportunas medidas de seguridad de acuerdo a lo establecido en las leyes vigentes, al tratarse de un residuo peligroso, por empresa cualificada e inscrita en el Registro de Empresas con Riesgo al Amianto”, y “dicho material se retirará a vertedero autorizado, debiéndose emitir un documento acreditativo de su gestión por el organismo competente”.
La uralita del techo y las fachadas laterales se va a sustituir por chapas de acerco prelacada, para garantizar la estanqueidad del edificio y así proteger el armamento almacenado.
Cuando se formalice el contrato, la empresa encargada deberá ejecutar las obras en un máximo de tres meses.
2028, plazo máximo
Confidencial Digital se puso en contacto con el Ejército del Aire para recabar más datos sobre las instalaciones en las que, además de la base de Torrejón, se van a acometer trabajos para retirar amianto.
Desde el Cuartel General del Aire explican que la Ley 7/2022 de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados determina un plazo de ejecución que contempla un retirada de residuos paulatina desde ahora hasta el 2028.
“Por ello, y en aquellos casos en los que sea necesario, el Ejército del Aire y del Espacio irá retirando el material que sea preciso”, indica el Cuartel General.
Amianto en cuarteles y buques
El amianto lleva años dando problemas en las Fuerzas Armadas. Este material, ahora considerado muy peligroso para la salud, se utilizaba en la construcción de cuarteles y también en espacios de los buques de la Armada.
El portaaviones ‘Príncipe de Asturias’ y las fragatas de la serie ‘Baleares’ fueron algunos de los buques que tenían amianto a sus ‘tripas’.
Durante años se ha producido un goteo de militares que han reclamado indemnizaciones económicas, al considerar que se les habían originado enfermedades (diferentes tipos de cáncer, principalmente) como efecto directo de la exposición al amianto.
El Ministerio de Defensa ha concedido o denegado estas solicitudes, y algunos de los afectados han tenido que pelear en los tribunales para que se les reconocieran esas indemnizaciones.
Hace un mes y medio la Armada reconoció como muerte en acto de servicio el fallecimiento del almirante Francisco Javier González-Huix, que llegó a ser Jefe del Estado Mayor Conjunto (JEMACON).
El almirante González-Huix falleció por cáncer, y la Armada y el Ministerio de Defensa consideraron probado que esa dolencia se la generó la exposición al amianto en los buques en los que navegó durante su carrera militar.