El comandante del nuevo submarino S-81 acude a un exclusivo curso de formación en Noruega

Navegó durante dos semanas por los fiordos recreando una infiltración en zona enemiga en tiempo de guerra. El oficial español aprobó mientras que dos militares locales suspendieron

Margarita Robles visita la base de submarinos en Cartagena.
Margarita Robles visita la base de submarinos en Cartagena.

El programa de submarinos S-80 registrará el 22 de abril un hito fundamental. Después de años de problemas, retrasos y aumento de costes, en el arsenal de Cartagena se celebrará la puesta a flote del primer submarino de esta clase, el S-81 ‘Isaac Peral’.

El rey Felipe presidirá el acto, que por fin mostrará que España se une al reducido club de países capaces de fabricar sus propios submarinos.

Una vez puesto a flote, comenzará un año de pruebas en el mar, hasta que se produzca la entrega oficial del submarino a la Armada y su entrada en servicio operativo.

La tripulación de este primer submarino de la clase S-80 se está entrenando en simuladores en la base naval de Cartagena. Pero el comandante de este nuevo submarino español ha completado su adiestramiento con un curso muy selecto: el que organiza la marina noruega para comandantes de submarinos.

Curso de la Marina Real de Noruega

La Kongelig Norske Marine (Marina Real de Noruega) cuenta con una flotilla de submarinos, compuesta por seis unidades de la clase Ula.

Desde hace décadas, Noruega organiza un curso de comandantes de submarinos en el que forma a sus propios oficiales, y al que también invita a militares de otros países. Se considera un curso muy exigente y de gran prestigio.

Así lo indica el capitán de Corbeta (equivalente a comandante) Manuel Corral Iranzo, quien será el comandante del submarino S-81 ‘Isaac Peral’.

Corral participó en 2020 en el Curso de Comandante de Submarinos de la Marina Real de Noruega, y escribió un artículo con su experiencia que se ha publicado en el Boletín Informativo para Personal de la Armada (BIP), en su número 167.

El español aprobó, los noruegos no

“Éxito en la primera participación de la Armada española”, se titula el artículo. La Armada destaca que “la Flotilla de Submarinos ha participado por primera vez en el Curso de Comandante de Submarinos que realiza la Marina Noruega, desarrollado en el primer semestre del 2020. El alumno participante ha sido el CC Manuel Corral Iranzo, destinado en la actualidad en EVACART-CEVACO y futuro Comandante del Submarino “Isaac Peral” (S-81), siendo además el único alumno que superó este duro curso de la Marina Noruega”.

 

Y es que en la edición del curso en la que participó el capitán de Corbeta Corral, había tres alumnos: el oficial español y dos alumnos noruegos. Los dos noruegos suspendieron el curso de su propia armada. Un año antes, el único candidato noruego tampoco consiguió superarlo.

El oficial de la Armada española cuenta de esta forma la dureza de los instructores y cómo hasta el último momento los alumnos pueden suspender: “Los dos alumnos noruegos que estaban conmigo suspendieron; uno de ellos a cuatro días de acabar el curso, y el otro el último día, a cuatro horas de finalizar... En ese preciso momento en que se comunica que alguno ha suspendido, el submarino hace superficie y directamente es desembarcado y llevado a alguno de los barcos de superficie para regresar a tierra y abandonar el curso definitivamente”.

Según explica la Armada, “este curso es considerado el más exigente de los que se realizan en la marina noruega -la tasa histórica de aprobados es del 60%- por lo que cuenta con un gran prestigio”.

Apunta también que los organizadores son muy conscientes de la importancia que tiene una exigente formación para los futuros comandantes de submarinos, por lo que no bajan el nivel a pesar de la alarmante falta de comandantes que tienen en la actualidad: “Desde hace algo más de un año tienen a tres comandantes para seis submarinos”.

En la 50ª edición del curso en el que estuvo integrado el CC Manuel Corral, hubo sólo tres alumnos (dos noruegos y un español). “Por norma general se suele admitir a uno o dos estudiantes extranjeros, siendo los más habituales Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Suecia y Países Bajos; razón por la cual desde el año 2004 se realiza siempre en lengua inglesa”, explica.

La Armada española participó por primera vez en esa edición de 2020, y el capitán de Corbeta consiguió superar el Curso de Comandante de Submarinos de Noruega.

Liderazgo y conocimiento táctico

El objetivo de esta formación especializada de la marina noruega es que los futuros comandantes de submarinos demuestren varias destrezas:

-- “Ser plenamente capaz para mantener la seguridad de los submarinos en las diferentes situaciones en las que se pueda encontrar”.

-- “Poseer el conocimiento táctico requerido para operar en operaciones nacionales o internacionales”.

-- “Poseer capacidad para efectuar planeamiento operativo”.

-- “Liderazgo con la dotación”.

Mantener el control bajo mucho estrés

El capitán de Corbeta español y los dos alumnos noruegos tuvieron que pasar, antes de empezar el curso propiamente, por una fase de preparación que dura cuatro semanas para los militares locales y cinco para los extranjeros. La idea es evaluar las capacidades de los alumnos para afrontar el curso completo y sobre todo el inicio.

Ya en el curso propiamente, la primera fase es la “Fase de seguridad”. Explica el futuro comandante del S-81 que se trata de una fase “diseñada para enseñar y evaluar las habilidades de los alumnos para mantener el control de la situación de superficie por medios manuales desde el periscopio”.

Dura unas seis o siete semanas, y se basa en realizar ejercicios en el simulador y en el mar “muy intensos, exigentes y en circunstancias siempre cambiantes”, con el objetivo de que los alumnos demuestren que están capacitados para mantener el control de la situación trabajando bajo mucho estrés.

De rodillas con el periscopio

En las primeras semanas la formación tiene lugar en el simulador, donde los alumnos realizan un mínimo de 45 ejercicios progresivamente más complicados, hasta tener que enfrentarse a cuatro buques de guerra a diferentes velocidades y realizando cambios de rumbo.

Los alumnos usan varios cronómetros para controlar los tiempos entre observaciones de cada uno de los contactos: “Aunque el objetivo sea mantener la seguridad de submarino en cota periscópica, se tiene que intentar ser audaz y atacar a los buques, realizando cálculos manuales como si se tratasen de torpedos rectilíneos”, explica Manuel Corral en su relato del curso.

Una vez que salen a la mar a bordo de un submarino de la marina Noruega, los alumnos se enfrentan a nuevos ejercicios frente a hasta tres y cuatro barcos, mediante un procedimiento denominado “Eyes Only”:

-- “El procedimiento “Eyes Only”, no se utiliza en nuestra Armada, por lo que para mí supuso empezar de cero. Es muy demandante e intenso, puesto que hay que calcular mentalmente muchos datos y retener esos datos para poder ir comprobando los cinco cronómetros que llevamos colgados”.

-- “La situación se complica cuando pasamos del simulador a la mar, puesto que los dos periscopios del submarino se izan hasta la misma altura, así que para que el profesor tenga una visión de 360º, el periscopio que utiliza el alumno se lleva arriado entre 60-80 cms. con respecto al del profesor. Así, para poder girar el periscopio estando parcialmente arriado, los alumnos debemos hacerlo de rodillas. Esta situación supone un plus de dificultad con respecto al simulador, porque además de la presión mental, físicamente supone una tensión añadida al hecho de tener que atender a tus cinco cronómetros y a unas rodilleras que te hacen sentir un tanto extraño...”.

Territorio enemigo en tiempo de guerra

Una vez superada la “Fase de seguridad”, los futuros comandantes pasan a la fase táctica, que dura dos meses y se divide en dos partes. En esta fase “se busca que el alumno sea capaz de priorizar las misiones que se le ordenan de la forma más táctica posible (no siendo detectado y manteniendo la seguridad de la plataforma) y bajo una fuerte amenaza de superficie, aérea y en algunos casos submarina”.

Las dos semanas en el mar de la “Fase táctica I” los alumnos participan en operaciones simuladas en el norte de Noruega, en latitudes cercanas al círculo polar ártico, “ algo insólito para la flotilla de submarinos española”.

Allí los futuros comandantes se enfrentan a una oposición militar de escoltas, patrulleros y medios aéreos: “El escenario es en tiempo de guerra”, explica el capitán de Corbeta español, “con el submarino operando en territorio enemigo en un entorno de aguas poco profundas principalmente”.

Infiltración y obtención de inteligencia

Según el relato del futuro comandante del primer S-80 español, en esta fase se generan “situaciones difíciles de gestionar para los alumnos”, con un enfoque táctico extremo muy exigente.

Por ejemplo, tuvieron que navegar dos semanas en inmersión en el interior de un fiordo, en la costa Noruega, bajo amenazas de superficie y aéreas simuladas, y con numeroso tráfico civil. Ese escenario era idóneo para que los alumnos aprendieran a dirigir un submarino con seguridad en un ambiente costero y en aguas poco profundas.

Entre otros ejercicios, en esta fase los alumnos se adiestraron en “levantamientos fotográficos, obtención de inteligencia, posadas en el fondo, infiltración en cota profunda por pasos angostos, y ejercicios con equipos de operaciones especiales de Noruega”.

Ejercicios con Reino Unido, Alemania y Países Bajos

La segunda parte de la “Fase Táctica” dura de cuatro a cinco semanas, con una en el puerto y tres o cuatro en el mar.

En este caso, el oficial español y los marinos noruegos navegaron hasta Escocia, para entrenarse de forma conjunta con los participantes en los cursos de comandante de submarinos de las marinas de Reino Unido, Países Bajos y Alemania.

Un aspecto a entrenar fue la guerra antisubmarina junto a submarinos británicos, alemanes y holandeses: “En esta primera parte hay una cierta rivalidad con los otros submarinos, puesto que para pasar el curso tienes que hacerlo bien, y hacerlo bien implica haber planeado bien y acabar detectando al otro submarino, que también se está jugando aprobar el curso”.

Otra parte, denominada “Miniwar”, incluyó la simulación de misiones de obtención de inteligencia. Los futuros comandantes de submarinos debían dirigir los submarinos en torno a una isla, frente a la amenaza de buques del Reunido Unido “que se conocen la zona a la perfección y son muy agresivos en sus maniobras para acosar al submarino en caso de detectarlo”.

Problemas para dormir

El capitán de Corbeta cuenta algunos detalles sobre la vida en los submarinos noruegos durante el Curso de Comandante. Por ejemplo, explica que “los submarinos noruegos son pequeños y tienen un reducido número de camas. Cuando se realiza el curso de comandante de submarinos es el momento de más personal a bordo y para los tres alumnos sólo tenían una única cama”.

De forma que se repartían el tiempo para dormir: “El alumno que acababa de salir de guardia de comandante dormía en la única cama que teníamos, el alumno que le tocaba planear antes de su periodo de guardia, dormía en los asientos de la cámara de oficiales, y al que le tocaba de guardia de comandante (que dormía una media de 0 a 3 horas y en breves periodos de tiempo) dormía en un colchón que se colocaba en el puesto de control de la propulsión, en medio de dos cuadros eléctricos”.

Para romper la monotonía de los días y semanas en inmersión, los domingos se organizaba un concurso con preguntas tipo “Trivial” por cámaras. El oficial español introdujo una novedad: “Cómo quería trasladar parte de nuestras costumbres, me llevé de España unos cartones de bingo, y me descargué en el móvil una aplicación de bingo y el último domingo del curso, cuando ya había acabado el curso y estamos de regreso a Noruega, propuse organizar el bingo. Pusimos el audio de la aplicación por las órdenes generales y repartimos los cartones. Los premios de línea y bingo fueron camisetas y tazas de nuestros submarinos. La dotación quedó encantada y el 2º me dijo que intentarían instaurar nuestra costumbre”.

Por último, el comandante del nuevo submarino de la Armada española, el S-81, sugiere que “ante la posibilidad de instaurar un curso similar en España, considero que se podría realizar en un futuro próximo, utilizando el nuevo simulador táctico del S-80 y cuando contemos con la primera unidad de esta serie operativa”.

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