Críticas a la disolución de la Brigada de Sanidad del Ejército: “Se han perdido capacidades y se asume una organización obsoleta”

Un general en la reserva, que mandó la Brisan, califica la decisión como “injustificada, anacrónica e irresponsable”

Efectivos de la Brigada de Sanidad, en unas maniobras del Ejército de Tierra.
Efectivos de la Brigada de Sanidad, en unas maniobras del Ejército de Tierra.

La nueva organización del Ejército de Tierra aprobada en marzo entra en vigor este 1 de julio. Uno de los cambios más relevantes es la desaparición de la Brigada de Sanidad (Brisan), que reunía las capacidades de la Sanidad Militar integradas en el Ejército de Tierra.

La brigada estaba integrada por la Agrupación de Sanidad nº 1, con sede en Madrid; la Agrupación de Sanidad nº 3, de Zaragoza; la Unidad de Apoyo Logístico Sanitario (UALSAN); y un cuartel general, con base en Pozuelo de Alarcón (Madrid).

Ahora se disuelve y pasa a convertirse en una Agrupación de Sanidad que se integra en la Brigada Logística (Brilog), que tiene su cuartel general en Zaragoza.

Este miércoles 30 de junio se celebró en el cuartel general de la Brigada de Sanidad el acto de disolución de la misma, con la asistencia del general jefe de la Fuerza Terrestre.

Reflexiones de un general de la Brisan

El general de Brigada del Cuerpo Militar de Sanidad, en la reserva, Manuel José Guiote Linares, mandó la Brigada de Sanidad hasta su pase a la reserva. Es el autor del siguiente escrito sobre este cambio en la estructura de la Sanidad Militar del Ejército de Tierra.

DISOLUCIÓN DE LA BRIGADA DE SANIDAD

Hoy [por el miércoles 30 de junio] y como colofón de una decisión, desde mi punto de vista, de las más injustificadas, anacrónicas e irresponsables que me ha tocado vivir, se “celebra” el Acto de Disolución de la Brigada de Sanidad.

El personal que participa en la “celebración” tiene la tremenda suerte de que se realiza bajo medidas COVID y llevan la cara tapada por la “mascarilla”, así, en unos, se evitará que sus lágrimas manchen el suelo y en otros, ocultará la cara de vergüenza que deben tener por verse obligados a participar en ese acto, en el cual se escenifica como darse un “tiro en el pie” y se justifica diciendo que se hace para correr más.

Poco ganará la operatividad y la capacidad de combate de nuestro Ejército con esta decisión, más bien será lo contrario. Solo se ha derribado sin construir. Se han perdido capacidades, que no había muchas y en el peor momento; se han adoptado postulados anacrónicos que ya habían demostrado su fracaso y se asume una organización obsoleta y contraria a la de los ejércitos de nuestro entorno que diferencian perfectamente entre Logística (Abastecimiento, Mantenimiento y Transporte) y Sanidad.

No es la hora de llorar por lo que no se ha defendido. Si ayer fue el día de pelear, hoy es el día de morir, mañana será el de esperar la pronta, necesaria e imprescindible resurrección, que con nombre de Brigada u otro, no tiene más remedio que producirse. El Ejército necesita un Apoyo Sanitario: potente, bien dimensionado, eficaz y de calidad. En otro caso se comprometerá gravemente la Misión, defender a España, poniendo en grave peligro la capacidad de combate.

 

Esa “RESURRECCION” que espero que se produzca pronto, será cuando nuevas “cabezas” y nuevos responsables asuman los destinos y la responsabilidad de nuestro Ejército, pues si se persiste en un error de manera contumaz, este se convierte en un desastre.

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