Defensa adquirirá un sistema portátil de inhibición de drones operado como si fuera un fusil

Tarde de finales de agosto, vuelta de vacaciones. Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid – Barajas. Un dron se cuela en las instalaciones aeroportuarias provocando el desvío de siete vuelos. “Por presencia de drones en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, se están produciendo desvíos y demoras. Guardia Civil, Enaire y AENA trabajan conjuntamente para restablecer las operaciones”, comentaba la empresa pública que gestiona los aeropuertos españoles en Twitter. Tras las observaciones pertinentes, el tráfico se reanuda. Este ha sido el último episodio más mediático en nuestro país con el uso no debido de este tipo de aeronaves.

Por estas (y otras) razones el Ejército de Tierra se dotará de dos sistemas de inhibición de RPAS, es decir, drones de uso civil. La Jefatura de Ingeniería, a través del mando de apoyo logístico del Ejército de Tierra, adquiere sistemas para repeler este tipo de aeronaves. Su crecida sustancial en los últimos años ha puesto en jaque la seguridad de diferentes instalaciones (militares, civiles e incluso nucleares) en todo el mundo.

Este tipo de aparatos se colocan habitualmente en vehículos blindados del Ejército de Tierra, donde se realiza una desactivación de estos aparatos cuando se acercan a la zona de seguridad. Aunque en este caso, señalan los documentos consultados por ECD, “será un sistema portátil y podrá usarse por un operario de forma individual”. Para ello no excederá los 10 kg de peso en operación incluyendo las baterías y sin contabilizar los elementos de mantenimiento y carga. Uno de los requisitos valorables es que tenga forma de fusil o pistola para facilitar el apuntamiento por parte del operario.

A principios de 2018 el Ejército de Tierra advertía en un reportaje que "los ataques con sistemas aéreos pilotados de forma remota (RPAS) son una amenaza real y el Ejército de Tierra trabaja en la mejor forma de poder combatirla". 

Los drones se sitúan como una de las amenazas más destacables en el terreno militar. Tanto en forma de ataque (visto por parte de Ucrania con los Bayraktar TB2 turcos contra las tropas invasoras rusas) como de intrusión (Greenpeace estrelló en 2018 un dron contra una central nuclear francesa para denunciar su falta de seguridad). El Ejército de Tierra, aparte de sus instalaciones militares de diferentes unidades como caballería o zapadores, también posee su sección aérea, compuesta, por ejemplo, por helicópteros Chinook HT-17, los HA-28 (Tigre), el HU-21 (Super Puma) e incluso drones para vigilancia aérea, siendo una amenaza la aparición de aeronaves en estas zonas de maniobras.