Defensa expulsa a una soldado del Ejército de Tierra por trastorno ansioso-depresivo

La militar va a recurrir ante la justicia, ya que considera que fue una dolencia puntual y que además habría estado motivada por sufrir acoso laboral

Mujer militar.
Mujer militar (Foto: Pepe Díaz / Ministerio de Defensa).

“Acuerdo […] declarar la insuficiencia de condiciones psicofísicas, ajena a acto de servicio, de la soldado MPTM del Ejército de Tierra, doña Cristina Valdearcos”. La subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, firmó el 17 de diciembre y por delegación de la ministra la resolución que pone fin al expediente con el que se expulsa del Ejército a esa soldado, con la motivación oficial de que sufre un problema de tipo psiquiátrico.

Confidencial Digital ha podido conocer detalles de este caso, en el que la soldado se resiste a ser expulsada del Ejército de Tierra. Su intención firme es llevar el asunto ante los tribunales y anular esa declaración de insuficiencia de condiciones psicofísicas para formar parte de las Fuerzas Armadas.

Accidente y daños en la espalda

La soldado sufrió en febrero de 2018 un accidente durante un ejercicio en la base madrileña de El Goloso. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por daños en la espalda, que le afectaron a la columna vertebral, lo que la obligó a estar de baja durante meses.

Al superar los seis meses de baja, se inició un expediente de aptitudes psicofísicas para comprobar si las lesiones le impedirían continuar siendo militar. Su sorpresa fue que ese expediente no se centró en analizar los daños en la espalda, sino que también conllevó un estudio psiquiátrico.

La Junta Médico Pericial que dirigió el expediente dictaminó que padecía dos patologías de las consideradas en el Real Decreto 944/2001, de 3 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento para la determinación de la aptitud psicofísica del personal de las Fuerzas Armadas.

En primer lugar, le diagnostica “trastorno adaptativo con síntomas mixtos (ansioso depresivo)”, considerado dentro de los trastornos de ansiedad en ese decreto. Le asignan un coeficiente 5, que se aplica “únicamente y exclusivamente en aquellos casos en los que la enfermedad o defecto psicofísico supongan una gran restricción a la asignación de destinos debido a su especial capacidad funcional, de tal modo que, considerándose incompatible con actividades que son exclusivas de las Fuerzas Armadas, pudiera existir compatibilidad con aquellas otras actividades que son comunes a las Fuerzas Armadas y al ámbito civil”.

En segundo lugar, también le diagnostican “espondilolisis con listesis”. La espondilolisis es el defecto de unión o fractura en una parte de la vértebra de causa degenerativa, traumática o congénita que origina una inestabilidad.

A esta dolencia le asignan un coeficiente 4, lo que supone que le supone “determinadas restricciones que deban tenerse en cuenta al asignársele destino, en especial si implican manejo de armas o sistemas de armas o mando y empleo de unidades de la fuerza. Se considerará física o psíquicamente capaz de cumplir con una tarea apropiada a su capacidad funcional”.

Como consecuencia de estas patologías, la Junta Médico Pericial le asigna un coeficiente final 5 y un grado global de limitación en la actividad del 25%.

 

Los médicos que la analizaron -contra los que ella recurrió, al considerar que no tenían las titulaciones ni eran especialistas- concluyeron que estas dolencias “son de etiología multifactorial y constitucional, respectivamente, están estabilizadas y son irreversibles o de remota o incierta reversibilidad, no habiendo quedado acreditado ante la Junta que las mismas guarden un hecho o circunstancia concreto”.

Relación o no con el accidente

Contra ese informe de la Junta Médico Pericial alegó la soldado. Por un lado, destacó que no había estado de baja por motivos psicológicos y psiquiátricos, por lo que no se justificaba que la declararan incapaz permanente total para el servicio militar.

Por otro lado, defendió que las dolencias tanto de vértebras como psiquiátricas que pudiera tener, sí estaban relacionadas con cuestiones del servicio. La lesión en la columna tendría origen en ese accidente en un ejercicio con su unidad de Tierra en El Goloso, y en otros accidentes que tuvo.

En cuanto al “trastorno adaptativo con síntomas mixtos (ansioso depresivo)”, de nuevo argumentó que sí tenía relación con el servicio, ya que aseguró que estaba sufriendo un caso claro de acoso laboral.

Una sanción y una polémica

A esta soldado el Ejército de Tierra le impuso en 2019 una sanción de pérdida de 12 días de haberes económicos, por “la exhibición, anuncio o publicidad de un portal pornográfico y la invitación para acceder a él con el consiguiente coste económico, y todo ello durante unos ejercicios propios del servicio”.

El caso generó una fuerte polémica. La soldado ha recurrido la sanción ante la jurisdicción contencioso-administrativa, y llevó ante la justicia penal ordinaria, y la penal militar, a varios mandos a los que acusó de urdir una trama para perjudicarla en este asunto. De hecho, ella insistió en que quien aparecía en el vídeo no era ella, y pidió un peritaje para que se comprobara.

Todo este proceso -investigación interna, expediente- se produjo coincidiendo con su baja por el accidente en El Goloso.

A ello se añade otra polémica. En el verano de 2018 se publicó un manifiesto de oficiales generales y oficiales retirados en defensa de la figura militar de Francisco Franco, como reacción al plan del Gobierno de Pedro Sánchez de exhumar del Valle de los Caídos los restos mortales del dictadura.

Como réplica, otro grupo de militares suscribió un “Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas”, en que mostraron su “rechazo total, sin ambigüedad alguna a la Declaración de militares franquistas en defensa del general Francisco Franco”, y declararon que “el general Franco no merece respeto ni desagravio alguno, sino nuestra repulsa más absoluta por haber encabezado un golpe de estado sangriento y genocida contra la legal y legítima II República Española, la feroz guerra civil posterior, y una dictadura opresiva e inclemente durante casi cuarenta años”.

Entre los firmantes del “Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas” estaba Cristina Valdearcos, lo que según fuentes de su entorno, provocó que en su cuartel algunos empezaran a llamarla “roja” o “republicana”.

Entre las acusaciones por los vídeos pornográficos y las críticas por el manifiesto “antifranquista”, esta soldado defiende que sufría acoso laboral, por lo que la dolencia psiquiátrica sí tendría origen en su trabajo como militar.

La resolución que decide la resolución del compromiso de esta soldado temporal está firmada por la subsecretaria de Defensa, como se ha indicado, pero en su mayoría consta de un informe del asesor jurídico general de la Defensa, el general consejero togado Antonio Afonso.

Es el asesor jurídico general de la Defensa quien contesta a las alegaciones de la soldado: “Por lo que respecta a su petición de que se vincule el trastorno psiquiátrico que padece a una situación de persecución laboral y se declare ocasionado en acto de servicio, esta Asesoría Jurídica tampoco no [sic] puede tomarlo en consideración, pues es recurrente en este caso la constante jurisprudencia de la Sala de lo Contencioso Administrativa de la Audiencia Nacional (por todas, por ejemplo, la Sentencia de 25.05.2016) que se pronuncia de forma contraria a reconocer como actuaciones propias del servicio a aquellas vicisitudes laborales que deriven de acciones ilegítimas de superiores o compañeros”.

Así que termina confirmando “que procede resolver en el sentido de declarar la insuficiencia de condiciones psicofísicas, ajena a acto de servicio, a efectos de la resolución de compromiso”.

Recursos judiciales

ECD ha podido saber que la defensa de esta soldado tiene decidido recurrir a los tribunales. La resolución de la subsecretaria permite interponer un recurso de reposición ante la ministra de Defensa.

Sin embargo, ha decidido presentar directamente un recurso contencioso-administrativo ante los juzgados centrales de esta jurisdicción.

Su empeño es llevar este caso hasta el final, y que se anule su expulsión del Ejército de Tierra en base a esa “insuficiencia de condiciones psicofísicas” por “trastorno adaptativo con síntomas mixtos (ansioso depresivo)” y por “espondilolisis con listesis”.

También va a presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, contra la decisión de un juzgado militar de archivar su denuncia contra los mandos a los que acusa por el asunto de los vídeos pornográficos.

Quiere que se le reconozca haber sido objeto de acoso laboral y de una campaña de injurias y calumnias dentro de su unidad y del Ejército de Tierra. Para ello piensa recurrir a las instancias que sean necesarias, incluso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo.

Justo antes de recibir la notificación de la resolución de su compromiso y su salida del Ejército de Tierra, la soldado había solicitado por escrito ante los ministerios de Defensa e Igualdad ser recibida por las ministras Margarita Robles e Irene Montero.

Quería poder exponerle su caso de acoso laboral, pero hasta el momento no ha recibido respuesta de ninguno de los dos ministerios.

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