Defensa ficha a una empresa de cazatalentos para decidir los ascensos de coronel a general

Los candidatos deberán realizar entrevistas personales, pruebas escritas y casos prácticos con profesionales de Facthum Talent Management S.L., que valorarán su competencia al frente de la tropa

Teniente Coronel Cañadas recibiendo el guión de la unidad.
Teniente Coronel Cañadas recibiendo el guión de la unidad.

El Ejército de Tierra va a comprobar las competencias de entre 33 y 40 de sus coroneles antes de que acabe el año utilizando técnicas que ya emplean diversas empresas privadas para la selección de su personal directivo. Su objetivo: comprobar quiénes pueden ser generales.

Las plazas las ha asignado el Estado Mayor de la Defensa para el Ejército de Tierra dentro de este procedimiento: el Curso de Aptitud para el Desempeño de los Cometidos de Oficial general. Así se prepara a los coroneles para sus futuras labores, en el caso de que acaben desempeñando el cargo.

La cifra varía entre los 33 y los 40 candidatos porque son los que pertenecen al cupo asignado por el EMAD a los miembros del Ejército de Tierra, dentro de un total de 120 para las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. De esta forma. Según Defensa, se compensan las “posibles variaciones en el número de asistentes finales”.

El análisis va a establecer el grado de preparación de este personal en cuanto a su capacidad de liderazgo, decisión, pensamiento analítico y estratégico. Así, el Ejército de Tierra comprobará lo preparados que están, o no, sus militares para mandar sobre otros miembros de las Fuerzas Armadas.

Además, comprobarán su comportamiento ante situaciones conflictivas y de estrés, sus habilidades sociales, de comunicación y sus métodos de planificación, enfrentándolos a diversas pruebas tanto de carácter teórico como práctico.

Algo que se destaca en la documentación publicada en el BOE y a la que ha podido acceder Confidencial Digital es el carácter “no comparativo” de los informes. Es decir, estas pruebas no deben servir para establecer ningún tipo de clasificación pública o privada de los sujetos.

Este es el compromiso al que ha llegado la empresa madrileña Facthum con el Ministerio de Defensa por 14.000 euros.

¿A qué se enfrentan los coroneles?

Las pruebas serán tanto individuales como grupales, teóricas y prácticas, escritas u orales. El contrato especifica que al menos dos pruebas van a evaluar cada una de las competencias especificadas, y por lo menos una de esas dos deberá evidenciar la posesión directa de la misma.

“Cómo mínimo se mantendrá una entrevista personal con cada uno de los candidatos” por parte de varios miembros del equipo evaluador. A parte, se le expondrán casos que no tienen porqué estar relacionados con su trabajo para comprobar cómo actuarían.

 

También se someterá a los coroneles a pruebas de tipo test escritas cuyos resultados sirven para ampliar ese análisis de sus competencias.

Informes privados y confidenciales

Al finalizar las pruebas, la empresa contratada, deberá aportar un informe confidencial individual de los participantes evaluados con toda la información recopilada a la Dirección de Personal del Ejército.

Esto quiere decir que se centrará en cada uno de los sujetos, y no solo eso, que no establecerá ningún tipo de “criterio comparativo” entre el personal analizado. Aunque deberá incluir un perfil propio que refleje el grado de los coroneles respecto a las competencias establecidas.

Este equipo de evaluación está sujeto a un contrato de confidencialidad muy estricto que le obliga a “no aplicar, no utilizar y no ceder a terceros los datos personales e información a la que hayan tenido acceso durante la prestación de este servicio”.

Facthum Talent Management S.L

Es la empresa que va a realizar los análisis. Operan en todo el mundo aunque tiene origen español. Son especialistas en los Recursos Humanos para favorecer la aplicación de la tecnología en la administración de las personas dentro de las empresas.

Su actividad, en este caso, se centra en utilizar todas las herramientas tecnológicas a disposición para mejorar el funcionamiento de los empleados de sus clientes. Por lo que, en el caso del Ejército, también pueden utilizar sus métodos de trabajo para mejorar las formas en las que funcionan los militares.

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