Defensa reivindica el compromiso democrático de los militares tras la polémica de los chats franquistas

Asegura que los miembros de las Fuerzas Armadas se forman en los valores constitucionales y que todos son garantes de la carta magna, lo que incluye el deber de neutralidad política

Pedro Sánchez, con Margarita Robles en una visita a la base de la UME.
Pedro Sánchez, con Margarita Robles en una visita a la base de la UME.

El Gobierno de Pedro Sánchez defiende, y por escrito, a las Fuerzas Armadas tras el goteo de polémicas que en los últimos meses han provocado críticas sobre la inclinación de un sector -mayor o menor, ese es el debate- de los militares hacia la extrema derecha y la nostalgia del franquismo.

Confidencial Digital ha consultado el texto que el Ejecutivo está utilizando como respuesta ante distintas preguntas parlamentarias por escrito que le han llegado en los últimos meses, en las que se le requiere que explique si está tomando medidas para frenar la infiltración de la ultraderecha en las Fuerzas Armadas.

Diputados como Miriam Nogueras (de Junts per Catalunya) y Joan Josep Nuet (de Esquerra Republicana de Catalunya) preguntaron al Gobierno de España por polémicas como los manifiestos dirigidos al rey a finales de 2020, así como los mensajes de un chat de militares retirados, de carácter filofranquista y fantaseando con la posibilidad de un golpe de España, entre otros episodios.

Cada uno en su pregunta, los dos diputados independentistas pedían saber si el Gobierno tiene localizados “a los militares de ideología fascista”, si los controla como hace Alemania, si se plantea disolver las unidades donde ocurran estos episodios, si hay informes sobre “la prevención de la difusión de ideologías contrarias a la Constitución Española y de extrema derecha dentro de las filas de las Fuerzas Armadas”...

Compromiso con los valores constitucionales

Una de las respuestas del Gobierno -se entiende que elaborada por el Ministerio de Defensa- a estas cuestiones es más escueta. Se limita a afirmar que “los miembros de las Fuerzas Armadas trabajan por y para España y tienen un compromiso total y pleno con los valores constitucionales”.

Sobre el vídeo difundido de militares de la Brigada Paracaidista con el brazo en alto y cantando una canción de la División Azul, añade que “una vez conocidos, en el mes de enero de 2020, los hechos que se podrían asociar a esta pregunta parlamentaria, se completó una información previa, a resultas de la cual se incoaron sendos procedimientos disciplinarios que concluyeron con tres sanciones disciplinarias”.

Pero en otra contestación, el Gobierno PSOE-Podemos se extiende en un verdadero alegato en defensa del carácter democrático de las Fuerzas Armadas.

“Son garantes de la Constitución”

“Las Fuerzas Armadas, conforme al artículo 8 de la Constitución, trabajan al servicio de todos los españoles, sin distinción y sin esperar nada a cambio, como se aprecia día tras día en sus actuaciones e iniciativas para combatir los efectos de la actual crisis sanitaria, en el desarrollo de sus misiones permanentes o en las operaciones de mantenimiento de la paz internacional”.

Así comienza la respuesta del Ejecutivo a las preguntas sobre por qué no actúa de forma más contundente para frenar “brotes” de ultraderechismo en las Fuerzas Armadas.

 

El Gobierno defiende que los militares reciben una formación democrática: “La condición de militar se adquiere tras superar unos planes de estudios, modernos y alineados con el sistema educativo general, en un sistema de formación exigente y actual. Desde el momento del ingreso en las Fuerzas Armadas, los militares se forman en unas reglas de comportamiento que se adquieren con un método continuado de formación y exigencia personal, totalmente acordes con los valores democráticos y la Carta de las Naciones Unidas”.

Como resultado de ello, sentencia la respuesta, “todos los miembros de las Fuerzas Armadas son garantes de la Constitución, norma fundamental del Estado que inspira sus actuaciones, incluyendo el deber y el compromiso de neutralidad política”.

Contra los firmantes de los manifiestos

En la línea de las declaraciones públicas de Margarita Robles en el mes de diciembre, principalmente, en la respuesta por escrito el Gobierno afirma que “las opiniones particulares de ciudadanos que adquirieron tiempo atrás la condición de militares retirados y no están, por ello, sujetos al deber de neutralidad política ni a responsabilidad disciplinaria son exclusivamente suyas y no son de ningún modo representativas del colectivo del personal militar, ni de los más de 20.000 militares retirados”.

Es decir, que no son militares, sino militares retirados, y no representan ni pueden tratar de representar ni a las Fuerzas Armadas, ni a todos los militares retirados: “En ellas se representan únicamente a sí mismos, aunque al ampararse en un grupo hayan dañado, lamentablemente, la imagen de la Institución militar, de la que ya no son parte”.

El Gobierno termina con otro alegato en defensa de los militares: “Las Fuerzas Armadas, con su entrega a los valores constitucionales, su permanente disposición de servicio, su eficacia y su espíritu de sacrificio, son un motivo de orgullo para la sociedad española, cuyo respeto se ganan a diario con discreción y con su buen trabajo, el de siempre y el extraordinario que han prestado en las operaciones Balmis y Misión Baluarte”.

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