El Desastre de Annual no será conmemorado en su centenario

Ni Defensa ni el Ejército recordarán una derrota en la que murieron 10.000 españoles

Soldados españoles en Marruecos
Soldados españoles en Marruecos

El próximo 22 de julio se cumplen 100 años del Desastre de Annual. Este es uno de los episodios más negros de la historia española y del Ejército. Sin embargo, la efeméride pasará sin pena por el calendario. Ni Defensa ni el Ejército español recordarán la masacre de 10.000 soldados españoles ocurrida en tierras rifeñas, apenas a 80 kilómetros de Melilla.

El Desastre de Annual tuvo lugar entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921 durante la Guerra de Marruecos. Este conflicto enfrentó a España con los rebeldes del Rif, la Yebala y la Gomara, regiones del norte del país alauí que por un tratado entre Francia y España, con el beneplácito del sultán, pasaron a ser un protectorado español.

Desastre de Annual

En 1921, 10 años después de la firma del tratado, el Ejército español estaba avanzando de manera inexorable en todo el norte de Marruecos tras un parón en las operaciones de ocupación de protectorado durante la Gran Guerra. En el oeste, en la comandancia de Ceuta, el Ejército había tomado un año antes la ciudad santa de Xauen, poniendo en serios aprietos a la rebelión que dirigía en la región de la Yebala el famoso bandolero-pirata, El Raisuni. En 1921 iba a ser el turno de la comandancia de Melilla, a cargo del general Manuel Fernández Silvestre, que avanzaría la ocupación en el este del protectorado.

El impetuoso oficial esperaba repetir el éxito del general Berenger, su jefe, en Xauen; llegando Silvestre a la bahía de Alhucemas, centro de poder de la cabila (tribu) de los Ben Urriaguel dirigida por Abd el-Krim líder de la rebelión en el Rif.

Para ello, avanzó de manera apresurada hasta situarse en las inmediaciones del río Amekrán, sin asegurar la lealtad de los rifeños que dejaba atrás. En este punto decidió moverse más al oeste, hasta el monte Abarrán el cual fue tomado el 30 de mayo y ocupada por una guarnición que contaba con cuatro cañones. Mas el puesto se perdió en la noche del 1 de junio, junto a los cañones. La batalla puso a la defensiva al Ejército español en Annual, que era donde Silvestre estaba concentrando a su Ejército.

El turno de este campamento con serias deficiencias llegó tras caer otra posición el 22 de julio, Igueriben, que batía Annual, tras un duro asedio de cinco días. A la mañana siguiente, Silvestre decidió retirarse, ya que los rifeños habían cortado los suministros y rodeaban el campamento.

La retirada se convirtió en una desbandada a los pocos momentos de iniciarse y muchos oficiales, entre ellos Silvestre desaparecieron dejando descabezada a la tropa. El veterano general, héroe de la Guerra de Cuba y famoso por su ímpetu, fue visto en estado de shock por los últimos españoles que abandonan Annual; no se volvió a saber de él. Otros oficiales corrieron hacia Melilla en automóviles, abandonando a sus hombres.

La columna en retirada huyó en completo desorden, y en el camino fueron masacrados cuando las cabilas de lealtad dudosa se unían a Abd el-Krim. Los últimos supervivientes se refugiaron en Monte Arruit, donde capitularon el 9 de agosto. Los rifeños no respetaron los acuerdos y gran cantidad de prisioneros fueron degollados en el mejor de los casos o torturados hasta la muerte en el peor. Dos meses después, los soldados españoles encontraron cuando retomaron Monte Arruit los cadáveres de sus compañeros sin enterrar, con las tripas abiertas y muchos mutilados.

La tragedia saltó a la opinión pública, lo que llevó a una comisión de investigación, el Expediente Picasso, dirigida por un tío general del pintor malagueño. El texto, que ocupa miles de hojas, señaló el mal mando y la corrupción imperante en el Ejército como causas del Desastre. No se llegó a exigir responsabilidades por los muertos, la dictadura de Primo de Rivera (que empezó en 1923) dio un portazo al expediente, y alejó el foco de las más altas esferas del país, las cuales no salieron bien paradas en la investigación.

 

Recuerdo a los caídos

Cien años después, España no recordará el Desastre de Annual ni sus consecuencias. El Ejército de Tierra explica a El Confidencial Digital que "Annual no se conmemora como tal, aunque sí se recuerde y honre a los fallecidos". El hecho que sí revivirá en los cuarteles es la carga del Alcántara. Este regimiento de caballería, que mantuvo la cohesión durante el desastre, se inmoló cargando contra los rifeños cuando la columna en retirada vadeaba el río Igan y tenía el peligro de quedar cercada. La unidad recibió en 2012 la Laureada de San Fernando colectiva (máxima condecoración del Ejército) por semejante bizarría.

Ambos actos, el recuerdo de los fallecidos y del Alcántara están englobados dentro del ciclo de actos que está llevando a cabo el Ejército de Tierra en memoria del centenario de la Campaña de Melilla: el avance de Silvestre y el posterior contraataque español (la línea del frente retrocedió a Melilla tras el Desastre). En otoño de 1921 se consagra la fama de la Legión, que apenas llevaba un año en activo, en episodios como El Blocao de la Muerte, donde 16 legionarios defendieron hasta el último hombre un puesto a la entrada de Melilla frente a centenares de rifeños armados con artillería.

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