Desfile del 12 de octubre: los reyes tuvieron que esperar a Pedro Sánchez

Felipe VI y doña Letizia se quedaron dentro del coche hasta que se colocó en la línea de saludo el presidente, quien recibió pitos e insultos. Alberto Garzón fue el único ministro sin corbata. Ayuso hizo un ‘paseíllo’

Los reyes, Pedro Sánchez y otras autoridades.
Los reyes, Pedro Sánchez y otras autoridades.

El inicio del desfile militar en Madrid por la Fiesta Nacional estuvo marcado por un pequeño desajuste en el protocolo. Los reyes Felipe y Letizia y la infanta Sofía llegaron alrededor de las 11 de la mañana a la Plaza de Lima, para comenzar el acto.

Pero una vez que se paró el Rolls Royce, los reyes no se bajaron del vehículo. Esperaron dentro más de lo habitual. El motivo era que faltaba una de las autoridades del Estado que les debía recibir: el presidente del Gobierno.

El coche oficial de Pedro Sánchez llegó prácticamente a la vez que el de los reyes, pero en esta ocasión el presidente se retrasó ligeramente y obligó a don Felipe y doña Letizia a esperar a que se colocara en la línea de saludo, junto a la ministra de Defensa, la presidenta de la Comunidad de Madrid, el alcalde de Madrid y el JEMAD.

En años anteriores se había observado también que Sánchez apuraba su llegada hasta hacerla coincidir con la de los reyes. La interpretación más extendida es que de esa forma podría tratar de evitar los pitos, abucheos e insultos que algunos asistentes le suelen dirigir en estos actos.

En esta ocasión, sin embargo, esas muestras de rechazo al presidente del Gobierno se repitieron. Nada más salir del coche, el líder del Ejecutivo recibió pitos, silbidos, insultos y gritos de “¡Sánchez, cabrón!” y “¡Dimisión!”.

Algunas cuentas de Twitter vinculadas a militantes del PSOE habían difundido en los últimos días un llamamiento a que simpatizantes socialistas acudieran al desfile para tratar de contrarrestar estos abucheos con aplausos y vítores.

Al acabar el acto se recrudecieron los abucheos y silbidos contra Pedro Sánchez. Algunos asistentes corearon “¡Sánchez dimisión!” y “¡Fuera, fuera!”, mientras otros daban vivas a España y al rey.

Comentarios de Margarita Robles

Minutos antes de comenzar el desfile, por los altavoces sonó el himno de España. Margarita Robles mostró su contrariedad porque no hubiera ciudadanos en la Plaza de Lima para aplaudir los acordes de la Marcha Real.

La ministra de Defensa -cuyo departamento ha sido parte principal en la organización del evento- lamentó también que no se hubiera acordonado un lugar en la Plaza de Lima para permitir que el público estuviera más cerca.

 

Hay que recordar que una semana antes de este 12 de octubre el diario ABC reveló que se había filtrado por canales abiertos un documento oficial en el que se revelaban planos y horarios de llegada de las autoridades, lo que ponía en riesgo las medidas de seguridad del acto.

Sin Lesmes ni dos vicepresidentas

El desfile por la Fiesta Nacional reunió en Madrid a las principales autoridades del Estado. La ausencia más destacada, ya prevista, fue la de Carlos Lesmes, quien hace un par de días renunció al cargo de presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.

Casi todos los ministros del Gobierno asistieron al acto, con excepciones. Las vicepresidentas primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, faltaron por tener otros compromisos, por lo que la única vicepresidenta presente fue Yolanda Díaz.

Ione Belarra, por su embarazo, y Jon Subirats, tampoco acudieron. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, destacó por no llevar corbata.

Juanma Moreno (Andalucía), María Chivite (Navarra), Alfonso Rueda (Galicia), Fernando López Miras (Murcia), Concha Andreu (La Rioja), Miguel Ángel Revilla (Cantabria), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Javier Lambán (Aragón), María Chivite (Navarra), Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), Juan Jesús Vivas (Ceuta), Ángel Víctor Torres (Canarias), Adrián Barbón (Asturias), Francina Armengol (Baleares), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), Eduardo de Castro (Melilla)... la mayoría de presidentes autonómicos viajaron a Madrid por la Fiesta Nacional.

Faltaron, como es habitual, los presidentes de partidos nacionalistas: Pere Aragonès e Íñigo Urkullu.

Isabel Díaz Ayuso se dio un auténtico paseíllo entre los ciudadanos que acudieron a presenciar el desfile, a su llegada para recibir a los reyes.

Feijóo, Patxi López, Abascal

Durante los saludos de los reyes, la infanta Sofía, el presidente y la ministra de Defensa con las autoridades llamó la atención que la reina Letizia se paró unos momentos a hablar con Concha Andreu, presidenta de La Rioja.

En la línea de saludos se encontraban también la directora del Centro Nacional de Inteligencia, Esperanza Casteleiro, y el secretario general del servicio, Arturo Relanzón.

En la tribuna de invitados se pudo ver a algunos líderes políticos. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que acudió durante años como presidente de la Xunta de Galicia, se sentó junto a Patxi López, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados.

Ambos intercambiaron algunas palabras. La portavoz popular, Cuca Gamarra, charló entre sonrisas con Santiago Abascal, el líder de Vox, que acudió acompañado de Iván Espinosa de los Monteros.

Feijóo y Abascal también estuvieron hablando antes del inicio del desfile.

Varias filas por detrás se sentaron varios altos cargos de La Moncloa, los hombres más cercanos a Pedro Sánchez: el director del Gabinete de la Presidencia, Óscar López; el director adjunto del Gabinete, Antonio Hernando; Francisco Martín, secretario general de Presidencia; y Francesc Vallès, secretario de Estado de Comunicación.

El viento, la bandera y el paracaidista

El acto comenzó con el salto paracaidista con la bandera de España. Si hace unos años se turnaban la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas del Ejército de Tierra (Bripac) y la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (Papea), desde hace unos años el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor de la Defensa han decidido que sea sólo la Papea la que protagonice estos saltos, y no la Bripac.

El viento complicó el salto de un cabo 1º y un soldado de la Papea. El soldado que portaba la enorme bandera de España tuvo que maniobrar en el aire para apartar la tela y deshacer el nudo que se había formado, y que le obstaculizaba.

Pudo finalmente tomar tierra sin problemas delante de la tribuna del rey. Don Felipe le sonrió y le hizo el saludo militar, y el soldado, después de recoger su paracaídas, inclinó la cabeza ante el jefe del Estado.

Los vehículos de cadenas (un carro de combate Leopardo y un vehículo de combate de infantería Pizarro) desfilaron sobre góndolas motorizadas, en vez de circular directamente sobre el asfalto, que suelen dañar con esas cadenas. También sobre góndola apareció un obús autopropulsado como el que se ha enviado recientemente a Letonia.

Como es habitual en los desfiles del 12 de octubre, la representación de la Legión provocó más vítores y aplausos del público que seguía la parada militar en el Paseo de la Castellana, con sus 160 pasos por minuto, su música propia y su mascota, un carnero.

Les seguía un tabor del Grupo de Regulares de Melilla nº 52, con su paso más lento, su capa y su tarbush rojo característico. Precisamente a los Regulares, pero de Ceuta, pertenecía un militar que fue asesinado hace unos días en la ciudad autónoma por disparos a manos de delincuentes de la Barriada del Príncipe Alfonso.

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