Un general del Ejército alerta: el Covid-19 va a retrasar todas las compras de armamento

El jefe de la Artillería de Campaña propone priorizar las inversiones más urgente ante la etapa de austeridad que se avecina para las Fuerzas Armadas

Artillería de la Legión.
Artillería de la Legión.

¿Ha conseguido la ‘Operación Balmis’ convencer a los españoles de que es necesario invertir más dinero público en Defensa? ¿O, por el contrario, la crisis económica y la necesidad de recortar el gasto público va a llevar al Gobierno de Pedro Sánchez a reducir drásticamente el presupuesto destinado a las Fuerzas Armadas?

Si, por ejemplo, un editorial de la revista del Ejército del Aire era optimista y se inclinaba por la primera opción -la intervención militar ante el coronavirus permite reivindicar mejoras presupuestarias-, hay otros altos mandos que prevén que el futuro pasa más bien por la segunda opción: llegan tiempos de austeridad y recortes, sobre todo en los programas de compras y modernización de material en los ejércitos y en la Armada.

En esa última dirección apunta el general de Brigada Luis Torcal Ortega, jefe del Mando de Artillería de Campaña del Ejército de Tierra. Dicho mando lo forman “un conjunto de Unidades de Apoyo al Combate de Artillería de Campaña con capacidad de localización de Objetivos en el Campo de Batalla y proporciona fuegos potentes, profundos y precisos en apoyo de las Operaciones Terrestres”.

El general Torcal escribe un artículo, “Análisis y reflexiones 2020”, en el Memorial de Artillería de junio de 2020. En ese artículo ya recoge la situación excepcional generada por la epidemia de coronavirus y la crisis económica desatada por ella.

“Retraso en todos los programas de adquisiciones”

El jefe de la Artillería de Campaña del Ejército reflexiona sobre el impacto de la crisis: “No creo que peque de optimismo al pensar que las consecuencias sanitarias de la pandemia se acabarán superando en un momento no muy lejano, con el desarrollo de la vacuna correspondiente y tratamientos eficaces. Pero creo que las consecuencias de la crisis económica que va a provocar la epidemia sí tendrán un impacto determinante en las posibilidades de modernización de nuestro ejército”.

Según explica, esto se debe a que esa modernización “se basa en una parte sustancial en la adquisición de nuevos materiales que reemplacen a medios obsoletos e incorporen nuevas tecnologías”, y todos esos nuevos materiales son “significativamente caros”.

De ahí nace su pronóstico, su advertencia: “La más que previsible carestía económica implicará, por lo menos, un retraso en todos los programas de adquisiciones y modernización del Ejército”.

Defensa aseguró que no paralizaba programas

En este sentido, cabe señalar que el 25 de marzo el Ministerio de Defensa salió al paso de algunas noticias que afirmaban que ante la movilización sin precedentes de las Fuerzas Armadas en la ‘Operación Balmis’ y por la crisis que estaba provocando la epidemia de coronavirus había decidido congelar los programas de modernización del material militar.

La Dirección General de Armamento y Material aseguró que “no es cierto que la Dirección General de Armamento y Material haya congelado ni uno solo de los programas de modernización de las Fuerzas Armadas”.

 

Además, el secretario de Estado Ángel Olivares explicó en mayo que se estaba trabajando en el “plan Ave Fénix” para reactivar la industria de defensa en España, y a su juicio supondría un sinsentido recortar o anular programas ya en marcha. Eso sí, admitía que se ralentizarían algunos por el parón industrial.

“Excelente imagen pública”

Sin embargo, esas declaraciones de quien era el encargado de las compras -Ángel Olivares, que se ha sido sustituido recientemente por Esperanza Casteleiro- contrastan con la visión y los pronósticos más pesimistas de uno de los altos mandos que depende de esas adquisiciones, como es el general de Brigada Luis Torcal Ortega, jefe del Mando de Artillería de Campaña.

Tras prever un retraso en todos los programas de adquisiciones y modernización del Ejército, este general de Brigada subraya que si bien “las Fuerzas Armadas salimos de esta crisis con nuestra existencia reivindicada ante la sociedad por el extraordinario papel juzgado en al apoyo para atajar la crisis sanitaria”, queda por ver “si esa excelente imagen pública permitirá sacar adelante costosos programas de adquisiciones de materiales necesarios para el papel central de las Fuerzas Armadas, es decir, para el combate”.

En ese punto, precisamente, coincide con la visión del Ejército del Aire, pero en su caso con una conclusión más pesimista.

La clave: priorizar el gasto

El general al mando de la Artillería de Campaña saca otra conclusión de ese panorama que dibuja: “No es el objeto de este artículo el hacer prospectiva de los futuros presupuestos de defensa. Pero sí quiero remarcar que en este posible escenario de austeridad resulta aún de mayor importancia el dirigir bien el rumbo y establecer prioridades claras. No nos podemos equivocar en la dirección a tomar”.

Es decir, que “ante una situación de austeridad económica y con la experiencia acumulada con los años, hemos de ser muy realistas y cuidadosos al plantear la necesidad de sustitución o adquisición de nuevos sistemas. Porque lo que ahora se adquiera permanecerá en nuestro inventario durante muchos años”.

Su apuesta es “sacar el máximo rendimiento al material del que ya disponemos y completar o sustituir lo imprescindible”. Y entre lo imprescindible cita varios puntos concretos.

Por un lado, señala la necesidad de adquirir cohetes, con municiones que “permiten realizar fuegos muy potentes sobre áreas amplias o batir con precisión objetivos puntuales. Las plataformas existentes permiten también lanzar cohetes del tipo ATACMS, cuyo alcance futuro estará en torno a los 500 km [...]. La dotación de material cohete del Ejército español no puede demorarse sin cuestionar la viabilidad de los escenarios de combate futuros que se están planteando”.

También cita cañones de 155mm y M-109, y habla de la necesidad de reforzar la artillería de costa: “Es indudable que su capacidad se vería muy incrementada si estuviera dotado de misiles antibuque, pero aquí volvemos a toparnos con la necesidad de equilibrar lo deseable con lo posible. Otra posible opción podría ser el empleo de munición de 155 mm de guiado terminal que ya existe en el mercado, materializando ese guiado con designadores montados sobre plataformas RPAS”.

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