El Gobierno niega en falso que dos aviones rusos sobrevolaron España con destino a Venezuela

En una respuesta parlamentaria, el Ejecutivo asegura que el Antonov y el Ilyushin de la Fuerza Aérea rusa no entraron en el espacio aéreo. Pero los datos del sistema ADB-S lo desmienten

Un Antonov An-124 de la Fuerza Aérea rusa.
Un Antonov An-124 de la Fuerza Aérea rusa.

El pasado 7 de febrero, el Gobierno respondía de forma oficial a una pregunta registrada por escrito de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados sobre el sobrevuelo de España por aviones rusos.

La pregunta, presentada por el diputado Francisco Javier Cano Leal el pasado 19 de diciembre, hacía referencia explícita a una información publicada por Confidencial Digital pocos días antes.

Tal y como contó entonces ECD, el domingo 9 de diciembre dos aeronaves de transporte militar rusas -un Antonov An-124 y un Ilyushin Il-62- sobrevolaron la Península Ibérica de norte a sur entre las 19 y 22 horas.

Lo llamativo de su ruta era su destino final: Venezuela. El régimen de Maduro preparaba una demostración de fuerza militar para esos días, con un simulacro de defensa aérea que contaba con el apoyo del Kremlin y para el que se movilizaron incluso dos bombarderos estratégicos Tupolev Tu-160. Los llamados ‘Cisnes Blancos’, pieza clave de la estrategia militar rusa ya que son aeronaves designadas para ataques con armamento nuclear.

El Gobierno dice que no sobrevolaron España...

Sin embargo, tal y como figura en la respuesta que ha dado el Gobierno al grupo parlamentario de Ciudadanos, “estos aviones finalmente no sobrevolaron espacio aéreo español y no fueron acompañados en su tránsito por aviones españoles”.

Efectivamente, como reseñaba ECD en su información, ninguna de las dos aeronaves fue interceptada ni vigilada por cazas españoles (como sí ocurrió con los dos Tu-160 a su paso próximo a Gran Bretaña).

Ambas contaban con permiso del Estado español para que su ruta atravesase el espacio aéreo español. De hecho, como admite el Gobierno, la Federación de Rusia informó que el Antonov An-124  -uno de los aviones de carga más grandes del mundo- llevaba en su bodega de carga material militar calificado como ‘mercancía peligrosa’. Concretamente tres camiones militares Ural 4320. El Ilyushin, sin embargo, no aportó manifiesto de carga, entendiendo el Gobierno que, entonces, no llevaba material sensible en su interior.

El hecho de que el Ilyushin no presentase manifiesto de carga llamó la atención en círculos militares. El avión procedía de la base de Chkalovski, 30 kilómetros al norte de Moscú, donde la Fuerza Aérea rusa tiene una de sus plataformas logísticas más estratégicas.

...pero sí sobrevolaron España

El Gobierno, en su respuesta, afirma que las dos aeronaves no sobrevolaron “finalmente” el espacio aéreo español. Sin embargo, los registros de vuelo y los datos de tráfico civil que se remontan a ese día afirman lo contrario.

 

Concretamente, los datos ofrecidos por el sistema ADS-B (Vigilancia Dependiente Automática) indican que la primera de las aeronaves, el Antonov, entró en espacio aéreo español en la vertical de Santoña pasadas unos minutos de las siete de la tarde.

En aproximadamente una hora cubrió la distancia que separa ese punto del Parque Nacional de Doñana, de donde salió hacia el Atlántico. Voló a 28.000 pies y a una velocidad de 800 kilómetros por hora. Datos que quedaron registrados en el citado sistema.

Dos horas después de que el An-124 hubiese abandonado espacio aéreo español, el Ilyushin tomó la misma ruta exacta y con parámetros de vuelo idénticos.

Datos imposibles de manipular

Resulta llamativo que el Gobierno niegue la existencia de este vuelo, ya que todas los datos técnicos quedaron reflejados en las herramientas de gestión de tráfico aéreo como pudo contrastar ECD.

Estos datos son imposibles de manipular. Se obtienen gracias al Sistema de Vigilancia Dependiente Automática (ADS-B) que utilizan prácticamente todos los aviones actuales, y que es mucho más preciso que los datos que se obtienen por reflejo de radar.

Este funcionalidad provoca que los aviones transmitan información sobre su posición exacta GPS, con latitud, longitud y altura, en lapsos de una vez por segundo. Además, permite a las aeronaves informar al control aéreo con un código o ‘squawk’ de que tiene algún tipo de problema. Por ejemplo, un secuestro.

Todos estos datos no son secretos: El protocolo permite a cualquier persona obtenerlos mediante un receptor de radio capaz de operar en la frecuencia de 1090 megaherzios. Una tarea que se complica cuando la aeronave objetivo atraviesa vastos espacios vacíos, como un océano. En ese caso, la señal puede desaparecer y suele hacerlo.

En el mundo hay miles de estos receptores, y algunas páginas web y herramientas informáticas permiten conocer en tiempo real el estado de prácticamente cualquier vuelo obteniendo los datos que emiten en tiempo real los aviones a través de esta frecuencia.

Vea un vídeo explicativo -en inglés- sobre cómo funciona el sistema ADS-B.

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