La industria armamentística estadounidense se opone al nombramiento de Morenés
Washington aún no ha respondido al placet solicitado por el Gobierno para ser nombrado embajador
El ex ministro de Defensa Pedro Morenés es la persona elegida por Moncloa para ocupar el puesto vacante en la embajada española de Washington. El Gobierno ya ha pedido el placet a la administración Trump, pero de momento no hay respuesta. Hay quien no ven con buenos ojos la llegada de Morenés al cargo. Principalmente desde las firmas armamentísticas estadounidenses, que han mantenido una relación tensa con el ex ministro.
Ramón Gil-Casares Satrústegui , actual embajador de España en Washington, es uno de los diplomáticos afectados por el profundo relevo que está llevando a cabo el gobierno de Mariano Rajoy.
Su sustituto será, con total probabilidad, Pedro Morenés. El ex ministro de Defensa ha sido elegido por Moncloa como la persona idónea para el cargo. Tal y como explican fuentes diplomáticas a ECD, ha sido el miembro del anterior gobierno que más contacto ha tenido con la administración estadounidense.
Las negociaciones para la renovación del convenio bilateral de Defensa entre España y Estados Unidos, las visitas estadounidenses a Rota y Morón o las cumbres sobre la lucha antiyihadista y la aportación de España a la misión de Irak han sido algunas de las tareas que el Gobierno encomendó al ministro Morenés.
Y desde estas mismas fuentes diplomáticas se asume que Morenés “conoce la idiosincrasia norteamericana mejor que nadie en el ejecutivo”. Sin embargo, no todo son rosas en el camino de Morenés hasta la embajada de Washington.
Según ha podido saber El Confidencial Digital de fuentes bien posicionadas de la industria armamentística, a Morenés se le ha abierto un frente crítico: el de las empresas de defensa estadounidenses.
Tal y como explican, Morenés ha sido y es un “hombre de la industria europea”. Ha ocupado importantes cargos ejecutivos en algunos de los mayores consorcios armamentísticos europeos, como la empresa de misiles MBDA, propiedad entre otras del Grupo Airbus y BAE Systems.
Esta marca de “hombre de Airbus”, como se le conoce en el sector, habría marcado algunas de sus decisiones y estrategias de adquisición al frente de Defensa. “Ha primado a la industria europea frente a la estadounidense” explican las fuentes consultadas, que exigen el más estricto anonimato.
En la industria se recuerda, por ejemplo, su apuesta decidida por el dron Heron TP de la israelí IAI. El sistema israelí competía con el estadounidense Reaper, que era el favorito del Ejército del Aire –y así figuraba en informes técnicos internos-.
IAI y Airbus, explican estas voces, tienen firmado un acuerdo de colaboración sobre el mantenimiento de estas plataformas entre operadores europeos. Por ejemplo, con el ejército del Aire alemán. Finalmente el elegido fue el Reaper, pero la decisión se tomó con la oposición del ministro de Defensa.
En las propias Fuerzas Armadas españolas se refrenda también esa imagen de hombre de la industria europea. De hecho incluso hay quien le acusa de haber bloqueado la compra de repuestos para sistemas de armas de origen estadounidense para “dejarlos morir” y forzar la compra de armamento europeo.
