Inspección a las pistas de aterrizaje de las bases del Ejército del Aire

La Dirección de Ingeniería e Infraestructura del Mando de Apoyo Logístico ha iniciado un examen para detectar problemas de adherencia y resistencia del pavimento por el que ruedan las aeronaves

Una base aérea del Ejército del Aire.
Una base aérea del Ejército del Aire.

El Ejército del Aire ha iniciado un estudio exhaustivo para conocer el estado de la superficie de cada uno de sus campos de vuelo. El análisis lo han iniciado sus especialistas, pero además va a contratar a una empresa privada para que le ayude a las tareas de “auscultación” de las pistas de las bases aéreas.

Así lo establece una licitación, consultada por Confidencial Digital, que ha abierto la Dirección de Adquisiciones del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire. El presupuesto para esta tarea asciende a más de 132.000 euros en dos años, prorrogables por dos años más.

El contrato consiste en “los servicios de auscultación de los diferentes parámetros de evaluación del estado de los campos de vuelos (pistas, calles de rodaje y plataformas) de las distintas Unidades del Ejército del Aire (en adelante EA), correspondiente al expediente de título ‘Caracterización de los pavimentos de los campos de vuelo de las unidades del Ejército del Aire’”.

El objetivo del mismo es que la empresa que resulte adjudicataria ayude en la caracterización del estado de las superficies de los pavimentos de cada uno de los campos de vuelo, con la idea de que eso permita “una correcta planificación de las acciones, tanto de mantenimiento como de regeneración”, que precisan dichos pavimentos aeronáuticos en el medio plazo.

El trabajo lo ha iniciado la Sección de Campos de Vuelo, de la Subdirección de Infraestructura de la Dirección de Ingeniería e Infraestructuras del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire. Esta sección ya está llevando a cabo “un estudio detallado del estado de los pavimentos de cada una de las superficies de los campos de vuelo del Ejército del Aire”.

Textura, adherencia, resistencia y deterioro

La empresa en cuestión deberá trabajar con los expertos del Ejército del Aire en la “auscultación y evaluación de los pavimentos”. Sus análisis tendrán que obtener datos de cuatro parámetros: textura superficial de la pista, coeficiente de rozamiento longitudinal de la pista, capacidad estructural del firme (también denominada capacidad portante del pavimento) y evaluación del estado superficial del firme.

La textura superficial o macrotextura “es la responsable principal del drenaje masivo de agua de la superficie. Es uno de los parámetros característicos de los pavimentos que tienen influencia en la resistencia al deslizamiento en especial a altas velocidades, en el drenaje, en la proyección de agua y en el ruido de rodadura”, según se explica en los pliegos de condiciones.

Con el coeficiente de rozamiento longitudinal se evalúa la adherencia de los aviones sobre el pavimento. Es necesario que las pistas mantengan unas características adecuadas de rozamiento “para tres objetivos obvios: decelerar el avión después del aterrizaje o de un despegue interrumpido, mantener el mando de dirección durante el recorrido en tierra antes del despegue o después del aterrizaje y permitir el rodamiento en el punto de toma de contacto”.

El estudio de capacidad portante del pavimento permite conocer la resistencia de un pavimento para utilizarlo sin restricciones: “Se trata de la capacidad estructural de un firme para soportar un determinado tráfico de aeronaves, que dependerá de las capas que integran el firme, de los materiales que las componen y de los espesores que se hayan dispuesto”.

 

Se determina a partir de datos sobre los materiales y espesores de cada capa del firme de una pista de despegue y aterrizaje, así como del tráfico aéreo que soporta. Así que el Ejército del Aire tendrá que detallar a la empresa el volumen de ese tráfico, según el tipo de aeronave y el número de operaciones que hay en cada base aérea.

Por último, el estado superficial del pavimento o índice PCI consiste en un indicador numérico que evalúa la calidad de la superficie del pavimento: “Proporciona una medida del actual estado de un pavimento basado en los deterioros observados en la superficie. Además, supone una base objetiva para la determinación de las prioridades o necesidades de mantenimiento y reparación de un pavimento aeroportuario”.

Torrejón, Zaragoza, Morón, Albacete...

Este estudio, que se prolongará al menos durante 2020 y 2021, se llevará a cabo en las principales bases que Aire tiene repartidas por España.

Se trata de las bases aéreas de Málaga, Armilla (Granada) y Morón (Sevilla) y la Maestranza Aérea de Sevilla en el aeródromo de Tablada y en el Aeropuerto de San Pablo; la base aérea de Zaragoza; la base áerea de Son San Juan y el aeródromo militar de Pollença, ambos en la isla de Mallorca; el aeródromo militar de Lanzarote y la base aérea de Gando (Gran Canaria); la base aérea y la maestranza de Albacete; el aeródromo militar de León y las bases aéreas de Matacán (Salamanca) y Villanubla (Valladolid); la base aérea de Talavera la Real (Badajoz); el aeródromo militar de Santiago de Compostela; la maestranza aérea de Madrid y las bases de Cuatro Vientos, Torrejón de Ardoz y Getafe; la plataforma militar de Melilla; y las bases aéreas de San Javier y Alcantarilla (Murcia).

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