“A mí la Legión”: así se activó el Ejército para frenar la avalancha de inmigrantes en la valla de Ceuta

El relato en primera persona de la IVª Bandera durante las horas más calientes de la crisis con Marruecos en mayo

Militares del Ejército de Tierra interceptan extranjeros en la valle de El Tarajal, Ceuta (Foto: Antonio Sempere / Europa Press).
Militares del Ejército de Tierra interceptan extranjeros en la valle de El Tarajal, Ceuta (Foto: Antonio Sempere / Europa Press).

Los militares destinados en Ceuta fueron movilizados el pasado 18 de mayo, cuando la avalancha constante de personas que entraban de forma ilegal desde Marruecos estaba desbordando a las Fuerzas de Seguridad en las vallas y las playas de esta ciudad española del Norte de África.

Tras ser puestos en alerta, grupos de militares fueron desplegados en distintos puntos del perímetro de Ceuta para apoyar a la Guardia Civil en la contención de la presión migratoria, y al mismo tiempo para atender a los niños y mujeres que llegaban en peores condiciones de salud, por lanzarse al mar para pasar de Marruecos a España.

Entre las unidades que desplegó la Comandancia General de Ceuta, del Ejército de Tierra, se encontraba el Tercio ‘Duque de Alba’ 2º de la Legión, concretamente la IVª Bandera ‘Cristo de Lepanto’.

Este Tercio de la Legión ha relatado esta intervención ante la crisis migratoria del mes de mayo en “La Legión”, la revista de todos los tercios, banderas y grupos de la unidad, que se edita trimestralmente.

El número 555 – II/2021 de esta publicación, según ha comprobado Confidencial Digital, incluye un artículo sobre el “Despliegue fronterizo en Ceuta” que a lo largo de tres páginas ofrece algunos detalles de cómo se desarrolló el dispositivo militar para frenar la avalancha de extranjeros sin papeles. A diferencia de otros artículos de esa revista, este no está firmado.

Se preparaban para instruirse

El Tercio ‘Duque de Alba’ 2º de la Legión comienza señalando que el “el lunes 18 mayo de 2021 [el lunes fue 17 y la activación de los militares fue el martes 18], como cualquier otro lunes de primavera la IV Bandera iniciaba una semana llena de actividades de instrucción, sin embargo, este lunes no sería como los anteriores”.

Explica que “a media tarde”, se entiende que del lunes 17, “la tensión se palpaba en las calles de Ceuta, miles de inmigrantes estaban dispuestos a cruzar nuestras fronteras con el país vecino, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado empezaban a verse desbordados por la situación”.

Querían “acudir al fuego”

Revela que las órdenes que recibieron los legionarios en esos momentos eran “Tranquilidad, esperad, no os preocupéis”. Los militares eran “sabedores que la situación no era la de un lunes cualquiera”, y por ello, “siendo fieles a nuestro Credo, los legionarios querían ‘acudir donde oyeran fuego aunque no tuvieran orden para ello’”.

El relato de esta crisis que se incluye en la revista de la Legión está salpicado de referencias al Credo o ideario de la Legión, a sus ritos y lemas.

 

Continúa el artículo señalando que, tras esas horas de tensión, “por fin llegó la llamada, la orden era sencilla, prepararse para el combate, como no podía ser de otra manera a la voz de ‘¡A mí La Legión!’, acudieron todos. La premura del personal fue ejemplar, los ejercicios de disponibilidad de la plaza dieron sus frutos, consiguiendo tener a la Unidad preparada en tiempo récord, esta vez la misión era real”.

Malla radio: “¡A mí La Legión!”

El texto se centra en la intervención de la 3ª Compañía de la IVª Bandera, que en un primer momento fue enviada al espigón de Benzú, mientras que la 1ª Compañía estaba desplegada en la playa del Tarajal y la 2ª Compañía en el polígono del Tarajal.

“La noche tornó en calma tensa, los inmigrantes nadaban para llegar a la playa, siendo interceptados por nuestras fuerzas y entregados a la Guardia Civil”, se relata. El problema fue que “con las primeras luces del alba, la situación dio un giro de 180º”.

El Tercio ‘Duque de Alba’ 2º cuenta que “de repente la malla radio empezaba a sonar al grito de ‘¡A mí La Legión!’”. Lo que ocurría es que “una masa abrumadora de inmigrantes se localizó en la zona de la playa del Tarajal, haciendo que tanto las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como la 1ª Compañía se vieran apunto de ser sobrepasadas”.

Los BMR frenan la avalancha

El teniente coronel jefe de la IV Bandera ordenó a la 3ª Compañía reforzar la playa del Tarajal: “En menos de cinco minutos y con un solo corazón como un huracán [otra referencia a un lema legionario] apareció La Legión”.

De acuerdo con el relato de la intervención militares, “los inmigrantes, calados hasta los huesos andaban por la orilla como si de una procesión se tratase, con el agua por las rodillas, sabiendo que era su único camino para evitarnos, ya estaban sobrepasando a las fuerzas de la 1ª Compañía cuando sucedió lo inesperado”.

En ese momento llegó a la playa la 3ª Compañía a bordo de los vehículos BMR: “Nuestro teniente coronel ordenó el jalonamiento de vehículos hasta la playa, los legionarios estaban dispuestos para controlar la situación, entraron los BMR en la playa y desembarcaron nuestras fuerzas, no fue necesario más, la disuasión que produjeron nuestros vehículos y el porte de nuestros legionarios, consiguieron congelar el avance de los inmigrantes”.

“¡Señores, aquí manda La Legión!”

Ahí se produjo una anécdota señalada. Según el artículo de la revista de la Legión, un legionario gritó a los inmigrantes que desbordaban el despliegue en la playa de El Tarajal: “¡Señores, aquí manda La Legión! […] haciéndoles ver a los inmigrantes que el descontrol y el caos ya había terminado”.

A quienes estaban entrando de manera irregular en territorio español “se les ordenó que salieran del agua y se colocaran en grupos, y como si fueran reclutas de nueva incorporación, obedecieron sin titubear, sabedores de que era el único camino que podían tomar”.

Ya controlada la situación, los legionarios de la 3ª Compañía fueron relevados, y se quedaron desplegados en el intervallado que separa España de Marruecos, donde se quedaron hasta que la IV Bandera fue relevada por la noche por otra unidad del Ejército de Tierra en Ceuta.

Repliegue después de 24 horas

Desplegados en las vallas que tratan de dificultar el salto de los inmigrantes ilegales, los militares se prepararon junto a los guardias civiles y los policías nacionales para resistir a un salto masivo.

“Los inmigrantes iniciaron el salto, encaramándose a la valla y los objetos contundentes sobrepasaban la valla como si de tiros por el segundo sector se tratasen, ‘¡Cubrirse!’, se escuchaba en el intervallado. Los legionarios se cubrían con BMR,s, paredes o acudían al paraguas de nuestros compañeros policías y guardias civiles”, cuenta el relato que reconstruye lo vivido por los legionarios de Ceuta en El Tarajal.

Los inmigrantes que lograban saltar la valla “eran controlados y entregados a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. Destaca la Legión que “la situación estaba bajo control, la coordinación era sobresaliente, el engranaje fue cogiendo forma hasta convertirse en una máquina de precisión”.

El relato es casi bélico: “Así pasaron las horas hasta la noche, las ternas de la Guardia Civil dificultaban el avance de los inmigrantes, mientras la Policía controlaba a quien sobrepasaba la primera línea de defensa. Esta fue la dinámica hasta las once de la noche, cuando las Fuerzas Regulares nos relevaron el puesto”.

Finalmente, “después de más de 24 horas, la IV Bandera ‘Cristo de Lepanto’ relevaba las líneas de defensa, con la satisfacción del deber cumplido, la situación estaba bajo control tras horas de caos que serían el preámbulo de la vuelta a la normalidad del día siguiente”.

Experiencia de la ‘Operación Balmis’

El Tercio ‘Duque de Alba’ 2º incluye hasta un “análisis de las funciones de combate dentro del contexto del conflicto”, en el que se exponen las claves del “éxito” de la operación, de nuevo con conceptos propiamente militares.

En primer lugar, destaca que si bien “la situación cambiaba de forma constante, los inmigrantes saltaban desde diferentes frentes como si de un torrente de agua se tratase”, los legionarios y el resto de fuerzas “atajaron el avance con gran flexibilidad, manteniendo en todo momento la movilidad con nuestros vehículos BMR,s, reforzando a las unidades en los frentes donde los saltos eran más masivos”.

Gracias a ello, “las unidades desplegadas ocupaban un gran frente, sin embargo, el buen enlace táctico que se ejecutó entre ellas, consiguió una barrera sin fisuras, que controló las avalanchas de los inmigrantes”.

Pone en valor el Tercio que “gracias a la anterior ‘Operación Balmis’, nuestros legionarios conocían la zona de acción perfectamente, disminuyendo el tiempo de reacción de las unidades”. Los legionarios fueron desplegados en la frontera en el primer estado de alarma para liberar a los guardias civiles.

Eso, “junto al buen conocimiento de la situación por parte de las fuerzas propias, a través de la constante actualización de la información, hizo que el caos no afectara a nuestras fuerzas”.

“Efecto disuasorio”

Otra clave de la intervención fue la protección: “La buena coordinación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, permitió una protección 360 grados, consiguiendo la sinergia necesaria para el cumplimiento de la misión”. Y señala que “el porte de nuestro personal y material provocó un efecto disuasorio de vital importancia en la operación”, como ya se había contado antes.

De vital importancia fue el Mando y Control: “Las unidades de primera línea éramos los ojos del mando”, y aunque las constantes embestidas de inmigrantes irregulares dificultaron el adecuado flujo de novedades, sí se “proporcionó información situacional al instante, evitando la demanda constante de datos de las unidades que se encontraban en primera línea, proporcionando una alta libertad de maniobrabilidad a estas”.

“Centinela de España”

Por otro lado, “la descentralización, basando las acciones en la misión y el propósito del Mando, fueron sin duda las claves para el buen desarrollo de la operación, misión y propósito que quedó claro desde el principio: control del personal que saltaba y entrega de estos en los puntos de control a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.

En último lugar, afirma el Tercio ‘Duque de Alba’ 2º que “la predisposición de nuestros legionarios, queriendo ser empleados en los puestos de mayor riesgo, sin quejarse de fatiga, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño y trabajando en lo que le manden [otra vez el Credo Legionario], permitió a los escalones de Mando ejercer las acciones de forma contundente y efectiva, logrando el cumplimientos de la misión encomendada al Tercio Duque de Alba 2º de la Legión, siendo una vez más centinela de España, que estuvo, está y estará preparada para todo lo que la Patria le demande”.

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